LA FIEBRE DE LAS ROSA en la Sierra y del CAMARÓN en la Costa. Salud, política y vida,en La Mitad del Mundo, capítulo 28, EL CORAZÓN DE LAS ROSAS y NARCOMAR











El nuevo gobierno de Sixto Durán Ballén,  que llegó al poder en 1992, fue un gobierno donde por primera vez el narcotráfico tuvo influencia.  Los empresarios camaroneros y pesqueros de Manabí, se habían convertido en lavadores de dinero de los traficantes que usaban Ecuador, desde los tiempos del Cartel de los Reyes Magos, como se les conocía al cartel de narcotraficantes de la provincia fronteriza de Loja, que inclusive emigraron  primero a Esmeraldas donde compraron la Hacienda El Timbre y otra en la Unión de Atacames y luego a Manabí donde pusieron camaroneras en Chone y Bahía, dando origen al Cártel de los Choneros. 
 Los empresarios camaroneros, tenían sólo pocos empleados para alimentar a los camarones en cautiverio y a las larvas en las piscinas,  pero muchos guardias bien armados, que custodiaban sus propiedades, que  convirtieron en territorios  inexpugnables,  con ley propia, donde no entraba ni el ejército, ni la policía. Las piscinas de camarón comenzaron a  esconder la droga bajo el agua, de los perros sabuesos y la policía antinarcóticos, sus lanchas y barcos pesqueros,  llevaban la droga a los barcos extranjeros, que entraban y salían de los puertos de Ecuador, o hacían viajes hasta  hasta Tumaco, en Colombia, con pasta de cocaína o precursores como gasolina financiada por el gobierno de Ecuador.  La venta de autos, de buses, de motores fuera de borda, o la construcción de  edificios en Manta, Bahía, Pedernales, Chone incluso en Quito, y Guayaquil,   era el mecanismo para lavar los narcodólares, las pistas para sus avionetas, servían también a las avionetas de los narcos de Colombia o México,  sus cajas de camarón congelado también llevaban cocaína. 
Los  camaroneros, terminaron siendo  un poder económico con propio ejército paramilitar, cuando en Colombia las Autodefensas Unidas de Colombia,  que combatían a la guerrilla colombiana,  eran fuerzas paramilitares de los terratenientes colombianos,   un ejército privado, que tambien traficaba drogas.
Los camaroneros y la industria pesquera de la provincia de Manabí,  financiaron la campaña electoral de Sixto Durán y Alberto Dahik.
Ecuador ya era, desde los años 80,  camino de paso de la pasta de cocaína que venía de Bolivia y Perú  incluso,  el recién nombrado gobernador de la provincia  por Sixto Durán, terminó años más tarde  en prisión cuando se descubrió que traficaba cocaína en avionetas
De regreso a Ecuador en enero de 1993, luego de un frustrante viaje de negocios a Rusia,  en que llevé dos estudiantes a estudiar en el Instituto Pedagógico de Volgogrado, pero no puede vender artesanías ecuatorianas que había llevado, me vi endeudado con el dueño de las artesanías en Ecuador. Mi padre me salvó ayudándome con el pago.  Además no pude enviar más estudiantes a estudiar en Rusia, porque ese país se volvió más caro que Ecuador, fue muy diferente a cuando yo fui a estudiar en Volgogrado en  1992.
Entonces fui a visitar las plantaciones de flores, cada plantación me donó dos cajas de muestras de rosas que contenía cada una 250 flores, de tallos largos y botones grandes, que en Estados Unidos y Europa, no se vendían, pues lo que esos mercados demandaba  eran rosas de tallos y flores pequeñas, ya que a diferencia de Rusia, donde las personas compraban una y máximo tres rosas, en los países occidentales se regalaba ramos. 
Resolví el pago del embarque  que lo hicieron los peruanos que iban a recibir las rosas, que además pagarían la desaduanización en Moscú.  Es decir mi primer embarque lo hice sin poner un centavo.
Reuní seis cajas que cumplían con el peso mínimo que me exigía la aerolínea,  que fue KLM de Holanda, en ese tiempo, 1993, KLM era la única que podía llevar flores hasta el aeropuerto de Sheremétievo en Moscú, con escala en Amsterdam.  El embarque tardó tres días en llegar, pero llegó muy bien. Era una prueba de fuego para las rosas ecuatorianas, que para entonces se exportaban sólo a Estados Unidos o Europa, donde el viaje del cargamento a lo mucho demoraba 9 horas, no 72 horas, como a Moscú.
En el aeropuerto, los peruanos vendieron el mismo día que llegaron las rosas,  era el mes de marzo,  vísperas del 8 de Marzo.  
 Curiosamente, las rosas una vez que llegaban a Rusia, no podían vivir más de 5 días fuera de los cuartos fríos, y dos días en el mercado o las tiendas, los que las compraban era para verlas por uno o dos días, con buena suerte. 
 Con una rosa con  tallo de gran tamaño, caminaban por el metro de Moscú,  en medio de una multitud de  humanos autómatas,  que corrían para alcanzar el metro. El metro era por lo común el sitio de encuentro de amigos y novios,  donde las rosas cumplian su misión.  A la salida. estaban los vendedores  cubiertos de gorras y abrigos de piel,  que a duras penas protegían  sus rosas del temible frio ruso. 

En 1993,  fue el primer año que Western Union empezó a transferir dinero directamente de Rusia a Ecuador, se lo podía recibir en 30 minutos de ser enviado.  Fue muy emocionante enviar, esperar los tres días para recibir el pago, de  inmediato volví a preparar un nuevo embarque. Esto era un suceso en el comercio exterior de Ecuador, pues los exportadores de banano, tenían que solicitar una garantía bancaria al banco, por decenas de miles de dólares,  embarcar la fruta en Guayaquil, el viaje tardaba 22 días, y el pago por la fruta podría tardar un mes más.
Pero al quinto embarque, la rosas llegaron muertas, porque las  dejaron expuestas en Holanda, no las pusieron en cuartos fríos antes del embarque de Amsterdam a Moscú.  
Sin embargo el costo de cada embarque representaba una ganancia de casi el 100 por 100%, pues las rosas se compraban a  27 centavos en Ecuador, el costo del flete era de 50 centavos por rosa, el de desaduanización de 20 centavos, y se vendía cada rosa a dos dólares. 
 Cada caja produciría una ganancia de 250 dólares, en temporada alta,  esto es desde febrero hasta el 8 de marzo, se podía enviar hasta tres embarque por semana, el retorno del dinero era inmediato.  El problema más serio era que no había seguro para las flores hasta Moscú, si las rosas se exponían al calor o frio en Holanda, España, Miami o Londres,  que era por donde pasaban en 1994.

Cuando se desató la fiebre de la exportación de rosas a Rusia, los embarques se perdían, cada embarque perdido tenía un mínimo de 5000 dólares, entre el valor de la rosa, el precio del flete, y el costo de desaduanización. En los años sucesivos, el valor de las rosas subió hasta un centavo por centímetro de tallo, los tallos de 90 centímetros, los más solicitados faltaban.  Otro problema era la moda de las rosas  que cambiaba bruscamente de nombre y modelo, en un principio la variedad llamada "Madame del bar" fue el suceso, luego cada año había una nueva, 1997 la nueva variedad, "My rose", era la apetecida, y un pícaro de una plantación de rosas, me envió otra variedad, cuando le reclamé,  porque me envió rosas de una variedad  diferente, que moría al día siguiente de llegar a Moscú me dijo "pero si esa es Mi Rosa, las rosas de mi plantación".

Habían rosas que en Ecuador eran muy grandes como la "Texas", pero que al llegar a Moscú, al menor contacto con el aire de la ciudad, todos los pétalos del botón caían.  Para 1997, el valor de la rosa ecuatoriana comprada a las plantaciones desde antes del 14 de febrero, día de San Valentín, hasta el 8 de marzo, llegó a ser de un centavo por centímetro del tallo,  más un centavo por el centímetro del tamaño de la flor, esto significaba que cada rosa podía valer más de un dolar en la plantación. 
Además los dueños de las plantaciones eran unos desleales oportunistas (salvo honrosas excepciones), que no  garantizaban nada, cuando sus flores tenían gran demanda. 
A esto se suma que los floricultores ecuatorianos sufren hasta hoy de LA MALDICIÓN DE MALINCHE, la maldición de la amante de Cortés, el conquistador de México.  Esta maldición dice que los latinoamericanos, preferimos a los extranjeros que a los nativos, y los floricultores ecuatorianos preferían vender a un comprador ruso, o extranjero, que a un comprador ecuatoriano, a pesar de que los rusos  o sus intermediarios europeos o norteamericanos les hicieron muchas trastadas.  Esta es la diferencia fundamental entre un floricultor colombiano y un ecuatoriano, los colombianos que prefieren que su distribuidor de flores o incluso de cocaína sea otro colombiano.

En los años siguientes el precio del transporte aéreo se encareció.  Hasta 1997, ninguna compañía aérea ni empresa de cargo de flores ofrecía seguro. Si se perdía el embarque no había compensación, esto sumado  a que los compradores rusos eran unos bandidos, que no pagaban cuando se les daba a crédito,  por lo que las plantaciones exigían el prepago de la rosa, algo que no lo hacen cuando envían a otras partes del mundo, donde las rosas van a consignación, con seguro,  de manera que si no se venden por cualquier razón, el comprador no está obligado a pagar,  lo paga el seguro aéreo,  o cuando no se venden, los exportadores descuentan de sus impuestos al estado. Cuando se perdía un embarque a Rusia, el que perdía era el que enviaba el embarque, nadie más.   Esto era un alto riesgo que se podía compensar  si habían ganancias del 100 por ciento, o cuando la comercialización  tenía buenos precios.

Con los años, subió el precio de la rosa a Rusia, subió el precio de transporte, miles de cajas se embarcaban,  la red de frio en los aeropuertos intermedios no era suficiente, el manejo de la carga mostraba fallas cuando había gran volumen de carga, pero sobre todo la corrupta aduana de Rusia, exigían se les regale cajas de los embarques,  a la que llamaban la CELEONE MAFIA o mafia azul, por el color de sus uniformes azul marino.  Los inspectores de aduana rusa se apropiaban arbitrariamente de cientos de rosas  a cambio de no declarar la rosa como infectada de hongos, que traía gusanos o insectos, o simplemente por  no demorar días en desaduanizar la flor, dejándola con o  sin refrigeración.
 Era imposible, peligroso, o  arriesgado,  irse contra lo que decían los inspectores o los policías de la aduana en los aeropuertos de Moscú, había que dejarles que escoja cuantas cajas querían y de qué variedad, silenciosamente, bajando la mirada, mostrando una amable sonrisa, cualquier reclamo, opinión, comentario, gesto u observación del importador significaba la pérdida total del embarque.  Los policías o inspectores de la aduana de Sheremetyevo, tenían sus propias empresas de desaduanización, empresas aduaneras amarradas con la mafia rusa. Lo mismo sucedía con los abogados, cuando uno quería demandar a los compradores rusos que no le pagaban,  el abogado  decía lo mismo que la mafia,  que  para cobrar las deudas tenía dos opciones, un trámite demorado  en las cortes,  que costaba el 10 por ciento de la deuda, o un trámite rápido,  fuera de las cortes, que costaba el 50 por ciento de la deuda, y podría incluir la oreja o un dedo del deudor. 
 
Finalmente, para colmo,  la mafia rusa, armenia, georgiana o chechenia, y de la policía de Moscú, que se disputaban territorios,  exigían la KRISHA o protección, cuando uno les preguntaba cuál era el riesgo  si no se pagaba la extorsión,  decían con una sonrisa burlona y empujando con el dedo índice el pecho de la víctima,  de la forma más cínica y descarada.., tienes que protegerte de nosotros......
En un principio pude librarme de la mafia armenia que hacía de las suyas en el lugar donde tuve mi primera bodega, diciendo que yo era colombiano, en los tiempos en que Pablo Escobar y el Cartel de Medellín eran noticia mundial, porque causaban estragos en Colombia. En 1994,  los mafiosos incluso me besaron en las mejillas y me llamaron BRAT (hermano),  no me molestaba,  hasta me ayudaron a recuperar el 50% de un embarque que envié a un cliente en Ekaterinburgo, en los Urales, entre Europa y Asia,  Pero en 1995,  la mafia pactó con mis empleados para hacerme un gran robo,  aquellos empleados que eran ecuatorianos, nicaragüenses y cubanos, a los que pagaba muy buenos sueldos,  me robaron todo el embarque que llevé para la primera exposición de flores ecuatorianas en Moscú, organizada por Ecuaplanta, mi empresa, con la embajada de Ecuador en Rusia, por su embajador,  y con la colaboración de EXPOFLORES Y AEROFLOT. 

Luego del   primer año las ganancias por la exportación de Rusia cayeron del 100 por ciento, a menos del 50%.  Al inicio era posible volver a enviar flores al día siguiente de que un embarque fracasaba, pero cuando las ganancias eran del 30 %,  o fuera de temporada alta, que eran sólo los tres meses de invierno,  desde fines de diciembre, enero, febrero, hasta el 8 de marzo (día de la mujer),  ya   era casi imposible la recuperación de los embarques fallidos.  Cuando un embarque fallaba, el próximo embarque era una o dos semanas después, o, hasta el próximo año.  Entonces las plantaciones que nos proveían reclamaban, porque ellas habían destinado tiempo, flores, y trabajo para proveernos, las flores estaban listas todos los días, por lo que  buscaban otros clientes más confiables, o nos obligaban a enviar flores cuando el negocio era malo, a cambio de no desabastecernos en la temporada alta o  desacreditarnos ante otras plantaciones.

Era una esclavitud. Nosotros los importadores de flores a Rusia les dábamos fama,  les abríamos el mercado,  pero ellos eran como unas putas,  que se iban con el mejor postor.  Me apenaba ver cómo las empresas a las que yo había comprado por años enviaban sus mejores flores a un competidor mío en Rusia, y a mi me daban lo peor por el mismo precio y las mismas condiciones de prepago.  Sólo la empresa Agroflora, del economista Mauricio Dávalos,  fue confiable, porque su producto y calidad eran siempre buenos, no cambiaba de un embarque a otro. 

Desgraciadamente, es parte de la idiosincrasia serrana de Ecuador, especialmente de los quiteños, o cuencanos,  dueños de las plantaciones o su personal, ser unos mentirosos compulsivos,  algo que ya es parte de su cultura, desde hace 500 años,  ofrecían lo que no tenían,  y luego de recibir el prepago, en los embarques, ponían rosas que no se habían pedido, que eran invendibles en Rusia por el tamaño de los tallos, por la variedad,  no llegaban con las rosas a tiempo al aeropuerto, algunas de las rosas eran viejas, ya no podían vivir más de un día, otras tenían hongos.

Verónica y yo  íbamos al Aeropuerto Mariscal Sucre, que entonces estaba al norte, dentro de la ciudad, a altas horas de la noche o la madrugada, a verificar abriendo caja por caja, si las rosas que nos dieron eran lo que pedimos, cuando no lo hacíamos, algo salía mal.
Desde 1997, los rusos y su mafia, pusieron sus propias plantaciones en Ecuador, ellos son ahora los principales exportadores de flores a ese país desde Ecuador, pero hoy las exportación de rosas a Rusia está interrumpida por la guerra de Rusia en Ucrania contra la OTAN, lo cual golpea a las empresas rusas de flores en Ecuador, pero no a las demás, que cada año fueron exportando menos a ese país y abrieron otros mercados. Seguramente las plantaciones rusas en Ecuador van camino a la quiebra por la guerra.


 

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