El tabaco, drogas, VIH-SIDA, y la malaria en Ecuador en los años 80. Salud, política y vida en La Mitad del Mundo. Capítulo 20

Mientras estaba viviendo y trabajando en la producción y comercialización de plantas medicinales  mediante mi empresa ECUAPLANTA, en Quito,  mi padre sufrió un segundo infarto que lo advertí y oportunamente, lo llevé hasta la clínica Pichincha, donde lo salvaron.
Mi padre, uno de los más prestigiosos abogados de la capital, y fundador del partido Izquierda Democrática, partido político que nació precisamente en su oficina situada en la Av. Amazonas y Roca  esquina,  cuando Andrés F. Córdova, y otros liberales abandonaron el Partido Liberal,  debido al llamado Pacto Mordoré, entre los liberales y Velasco Ibarra años antes.  Para las elecciones de 1968 fueron derrotados por Velasco, que por quinta vez volvió a ganar una elección, pero al menos Rodrigo Borja, futuro presidente del Ecuador, se convirtió en el primer diputado del nuevo partido.
Desde la llegada del cine, y luego de la Segunda Guerra Mundial, el tabaco norteamericano se popularizó, dejó de lado a los puros y tabacos hechos a mano de Ecuador, que por lo general se fumaban en pipas. El tabaco norteamericano se convirtió en causa de numerosas enfermedades pulmonares, cardíacas e incluso del cáncer, debido al uso de  productos químicos, usados en las plantaciones como pesticidas o abonos,  e incluso por la adición de urea, usada como abono, pero que añadido a la hoja seca aumentaba la  adicción.   
Mi padre un fumador crónico,  se fumaba hasta una cajetilla al día, tuvo su primer infarto en 1972 y ahora, en 1988, tuvo un segundo infarto.
Desde la Segunda Guerra Mundial, los soldados norteamericanos popularizaron el uso del tabaco, la marihuana, y la cocaína,  pues una marca que para entonces era la más popular Luke Strike, contenía cigarrillos de tabaco o de marihuana, que actúan como tranquilizantes en los aterrados soldados, pero en el otro bolsillo de la camisa de su uniforme, tenían cocaína y chocolates, que actuaban como estimulantes, en tanto los soldado alemanes usaban las anfetaminas para crear los llamados súper soldados, que bajo sus efectos pudieron llegar millones de soldados y miles de tanques hasta Moscú y Leningrado, en pocos días, mediante marchas forzadas durante el día y la noche.
En Ecuador, el tabaco y el  alcohol ponían y quitaban presidentes o alcaldes como el alcalde de Quito  Alvaro del Castillo, dueño de la marca de Traguito y Gallito,  ganó las elecciones por el nuevo partido de Izquierda Democrática,  porque en las plazas donde hacía sus reuniones repartía más tabaco y alcohol que otros candidatos.
Desde la guerra de Vietnám los soldados norteamericanos popularizaron el uso de la heroína en Australia,  Estados Unidos y el resto del mundo donde llegaban,  en tanto los hippies y los llamados baby boomers o la generación rebelde de la posguerra,  que luchaban por los salarios, los derechos civiles, la libertad sexual, el aborto, la igualdad de género, o la igualdad racial,  popularizaron el uso de la cocaína, el LSD, y la marihuana,  que se convirtió en ilegal después de 1974, en las presidencias de Richard Nixon que inició la guerra a las drogas dentro de USA y en  las de Ronald Reagan, que llevó  adelante la guerra a las drogas en América Latina, en especial en Colombia.
Luego del infarto de mi padre, me fui a trabajar nuevamente en el Cantón Muisne, como lo había hecho desde 1982 cuando hice mi rural como médico del Cabo San Francisco, en la Provincia de Esmeraldas.
Esta vez volví como investigador contratado por la Universidad de Heidelberg de Alemania, para investigar la infección y propagación de la malaria en Ecuador.   Esta investigación escondía los intereses de la compañía alemana Bayer, para vender toldos impregnados de piretroides, un insecticida que los alemanes descubrieron antes de la Segunda Guerra Mundial en Ecuador y que producían en plantaciones en los Andes antes de sintetizarlo, en una fábrica que aún funciona en Guápulo, un barrio de occidente de Quito, que ahora produce aceites esenciales, colorantes, y aromatizantes de comida.  Al momento de ser contratado, yo no sabía que se trataba de un experimento con seres humanos,  para probar la eficiencia de un producto químico  para matar a los mosquitos, impregnado en los toldos, sin que la población supiera y voluntariamente aceptara que serían expuestos a este producto químico, lo que la población aceptó, fue que le hicierna los exámenes de sangre para detectar si eran portadores de la enfermedad,  que en el caso del plasmodium vivax, puede aparecer y desaparecer cada año, pues el plasmodium es resistente a los medicamentos y vive en los pacientes crónicos de malaria. Entonces, se trataba de una investigación donde los campesinos eran usados para probar los toldos con piretroides, pero se disfrazó la investigación con el nombre de PARTICIPACIÓN POPULAR EN EL CONTROL DE LA MALARIA.
Me contrató, Eduardo Estrella, mi profesor de psicología médica en la Facultad de Medicina y a quien ayudé recopilando datos sobre las plantas y alimentos nativos en la parroquia del Cabo San Francisco una de las primeras parroquias en la costa del país, que estuvo aislada por un año durante el Fenómeno del Niño de 1982, cuando llegué con mi esposa a trabajar como médico en ese lugar. Gracias a este aislamiento vi como los vecinos volvieron a usar las plantas medicinales, y los alimentos nativos.
El trabajo lo debía hacer con otros dos médicos un homosexual y un bisexual,  el uno colombiano, lleno de buen humor, y el otro un serrano amazónico o colono, que habían estudiado en la Universidad de Heidelberg.  Como es común en los colonos amazónicos del Ecuador, como el ex presidente Lucio Gutiérrez, o Lenin Moreno, son expertos en el uso del camuflaje,  que los nativos lo usan para cazar,  en el engaño y sobre todo la traición, que desde siempre ha sido usado como estrategia de guerra en la Amazonía,  además era cuñado del director de la investigación en Alemania.  
En estos tiempos, el VIH SIDA  había estigmatizado a los homosexuales, gays, travestis, y bisexuales,  masculinos, que eran los principales portadores y transmisores de la enfermedad, y desde la Princesa Diana, hacían campaña contra esto prejuicios.  que incluso consideraban a la simple proximidad de un enfermo con sida como un peligro.  Pero curiosamente en la provincia de Esmeraldas, con excepción de la ciudad de Esmeraldas, los homosexuales no vivían la discriminación, eran parte  de la vida cotidiana de pueblo al igual que  cualquier persona diferente, sea rico o pobre, nacional o extranjero, además tampoco se despreciaba a las trabajadoras  o  trabajadores sexuales o a los discapacitados.  Este investigador bisexual logró que mi amigo Carlos, tambien gay,  fuera visitarlo años más tarde en España, cuando hacía un posgrado, donde en una de sus orgías,  Carlos pescó sida, y murió frente a mis ojos en Quito.
El trabajo debía hacerse con los promotores de salud de la OCAME, organización campesina Muisne Esmeraldas, que yo había colaborado en su capacitación  desde 1976, cuando aún era estudiante de medicina y los visitaba en mis vacaciones.  Nuestra sede estaría precisamente en Puerto Nuevo donde los campesinos tenían una casa de los promotores de madera, y en su finca que ya vivía el deterioro.
Pero mientras los investigadores de Quito, que eran sobre todo los que recogían las muestras se sangre, y analizaron con el microscopio, y estos investigadores de la Universidad de Heidelberg vivían en un cómodo hotel de tres estrellas en Muisne, con almuerzo, desayuno y merienda a la orden más ducha de agua caliente, yo dormía bajo un toldo asediado por mosquitos, en Puerto Nuevo y más tarde en Salima.
Además de recoger las muestras de sangre, en placas para detectar el tipo de plasmodium, vino un entomólogo peruano que junto conmigo, y los promotores de salud teníamos que capturar vivos a los mosquitos usando sorbetes al momento que nos picaban y para evitar la enfermedad teníamos que tomar cloroquina.


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