El camino hacia el respeto
Durante siglos, Ecuador y los países del tercer mundo han llevado una lucha contra los hoy países y antes imperios de Europa y más tarde Estados Unidos, para reclamar el respeto.
Este camino hacia el respeto por las culturas, la raza, las creencias, la naturaleza, las particularidades, que hacen la identidad del llamado Tercer Mundo, ha sido una de las claves que ha movido la evolución de la especie en el planeta.
Durante siglos, las nacionalidades europeas, lograron irrumpir en otros continentes, creando en esos lugares, confrontaciones de las que progresivamente los continentes han logrado una liberación.
En esas invasiones y confrontaciones que fueron instauradas fuera del Viejo Continente, como formas de organización social, caracterizadas por la de la entrega total del trabajo humano y de las riquezas, consideradas valiosas en esos tiempos, a los conquistadores cristianos, que desde esta parte del planeta, han doblegado las mayores y más relevantes formas de resistencia.
Hoy Europa enfrenta uno de los momentos críticos, que como la historia enseña, ha significado la liberación del resto del mundo de su influencia, que si ben ha tenido cosas buenas, en el contexto global histórico, han significado la presencia de una peste o enfermedad, de la que el resto de los continentes ha emergido, fortalecidos y con una capacidad inmunológica para resistir a Europa, y su más fiel continuador Estados Unidos.
El proceso de descolonización de los continentes como Africa y América así como del Medio Oriente, ha sido penosos, lentos, dolorosos y lleno de oportunistas. Es un proceso de participación en las urnas, que ha sido factible gracias a crisis como las que en la actualidad viven Europa y Estados Unidos.
La Eurocrisis y la crisis norteamericana, desencadenada por la quiebra inmobiliaria, han abierto brechas, al igual que lo hicieron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, para que las viejas doctrinas de dominación poscolonial del mundo, presenten fisuras. Fue gracias a la Primera y Segunda Guerra Mundial que las colonias pudieron emerger como países independientes.
Esta forma de dominación post colonial, que surge cuando los países de Europa, arrasados por la guerra entre potencias, pierden sus territorios coloniales en Africa y Asia, se transformas en colonialismo comercial e industrial, con núcleo en USA, mediante un sistema de deudas, que resultaba imposible de ser pagadas, y todo ello propiciado por el FMI, el Banco Mundial, el sistema bancario y el de tarjetas de crédito. En el primer caso, el FMI, su director de obligatoriamente un europeo, y en el segundo el BM, un norteamericano, son quienes deciden la suerte del mundo.
El juego del sobre endeudamiento, que durante décadas asfixió a los gobiernos de los países pobres, evolucionó a sobre endeudamiento privado, hasta llegar a sobre endeudamiento de los países desarrollados. Este sobre endeudamiento tiene dos caras, el endeudamiento por crisis interna y el endeudamiento por las medidas de salvataje. En esta crisis es más probable que los que los gobiernos que van a salvar, sean tragados por la crisis que los que actualmente sufren por ella.
El drama de los más pobres o peores pagadores de créditos de los países desarrollados, fue el drama de cualquier persona en los países en vías de desarrollo. Aquel sistema que ellos mismos habían usado para someter a los países pobres del mundo, hoy es la causa de la crisis de los más pobres de Europa y de Estados Unidos. Los países que por décadas vieron de lejos las amarguras que su sistema creaba en el mundo no industrializado, hoy lo viven entre los vecindarios y votantes de su misma bandera y los que nunca pensaron que esto fuera posible, saborean su sabor amargo, con una desventaja adicional, que durante siglos la gente del mundo subdesarrollado se entrenó para soportar la pobreza, las crisis, los colapsos, pero los del mundo desarrollado nunca lo hicieron.
Así pues los europeos ahora están apretados por lo pobres de sus países y esto significa estragos a su modelo de desarrollo, que en esta primera década del siglo XXI, ha puesto a los que un día fueron explotadores del mundo, de rodillas ante su propio monstruo.
Durante siglos, Ecuador y los países del tercer mundo han llevado una lucha contra los hoy países y antes imperios de Europa y más tarde Estados Unidos, para reclamar el respeto.
Este camino hacia el respeto por las culturas, la raza, las creencias, la naturaleza, las particularidades, que hacen la identidad del llamado Tercer Mundo, ha sido una de las claves que ha movido la evolución de la especie en el planeta.
Durante siglos, las nacionalidades europeas, lograron irrumpir en otros continentes, creando en esos lugares, confrontaciones de las que progresivamente los continentes han logrado una liberación.
En esas invasiones y confrontaciones que fueron instauradas fuera del Viejo Continente, como formas de organización social, caracterizadas por la de la entrega total del trabajo humano y de las riquezas, consideradas valiosas en esos tiempos, a los conquistadores cristianos, que desde esta parte del planeta, han doblegado las mayores y más relevantes formas de resistencia.
Hoy Europa enfrenta uno de los momentos críticos, que como la historia enseña, ha significado la liberación del resto del mundo de su influencia, que si ben ha tenido cosas buenas, en el contexto global histórico, han significado la presencia de una peste o enfermedad, de la que el resto de los continentes ha emergido, fortalecidos y con una capacidad inmunológica para resistir a Europa, y su más fiel continuador Estados Unidos.
El proceso de descolonización de los continentes como Africa y América así como del Medio Oriente, ha sido penosos, lentos, dolorosos y lleno de oportunistas. Es un proceso de participación en las urnas, que ha sido factible gracias a crisis como las que en la actualidad viven Europa y Estados Unidos.
La Eurocrisis y la crisis norteamericana, desencadenada por la quiebra inmobiliaria, han abierto brechas, al igual que lo hicieron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, para que las viejas doctrinas de dominación poscolonial del mundo, presenten fisuras. Fue gracias a la Primera y Segunda Guerra Mundial que las colonias pudieron emerger como países independientes.
Esta forma de dominación post colonial, que surge cuando los países de Europa, arrasados por la guerra entre potencias, pierden sus territorios coloniales en Africa y Asia, se transformas en colonialismo comercial e industrial, con núcleo en USA, mediante un sistema de deudas, que resultaba imposible de ser pagadas, y todo ello propiciado por el FMI, el Banco Mundial, el sistema bancario y el de tarjetas de crédito. En el primer caso, el FMI, su director de obligatoriamente un europeo, y en el segundo el BM, un norteamericano, son quienes deciden la suerte del mundo.
El juego del sobre endeudamiento, que durante décadas asfixió a los gobiernos de los países pobres, evolucionó a sobre endeudamiento privado, hasta llegar a sobre endeudamiento de los países desarrollados. Este sobre endeudamiento tiene dos caras, el endeudamiento por crisis interna y el endeudamiento por las medidas de salvataje. En esta crisis es más probable que los que los gobiernos que van a salvar, sean tragados por la crisis que los que actualmente sufren por ella.
El drama de los más pobres o peores pagadores de créditos de los países desarrollados, fue el drama de cualquier persona en los países en vías de desarrollo. Aquel sistema que ellos mismos habían usado para someter a los países pobres del mundo, hoy es la causa de la crisis de los más pobres de Europa y de Estados Unidos. Los países que por décadas vieron de lejos las amarguras que su sistema creaba en el mundo no industrializado, hoy lo viven entre los vecindarios y votantes de su misma bandera y los que nunca pensaron que esto fuera posible, saborean su sabor amargo, con una desventaja adicional, que durante siglos la gente del mundo subdesarrollado se entrenó para soportar la pobreza, las crisis, los colapsos, pero los del mundo desarrollado nunca lo hicieron.