Europa se dirige hacia la derecha, esto significa que sus políticas de discriminación migratoria, que finalmente se convierte en una forma de culpar de la crisis a los migrantes, a fin de despertar una autoestima debilitada por cambios radicales en la manera de vivir, de los que por 5 siglos han sido los dueños del planeta, y que transformaron de manera radical la vida en todos los continentes habitables, de manera que desde todo lugar llegaron productos, esclavos, riqueza, que dieron poder en el más pequeño continente del planeta a reinos de Liliput, que apena representaban estrechas islas o franjas territoriales como Holanda, Portugal, Francia, España, Belgica, Italia o Inglaterra.
Hoy estos ex-imperios se ven invadidos por los que un día fueron los explotados de sus colonias. Esta invasión ya es irrefrenable, y es el precio histórico del saqueo al que sometieron a estos pueblos.
En lugares donde ese saqueo no tuvo proporciones calamitosas como Canadá, Estados Unidos o Australia, donde por el contrario, se compartió la bonanza y el bienestar, al crear en esos territorios los mismos derechos y riqueza que disfrutaban los centros de los imperios coloniales, los procesos de intercambio migratorio han sido de mutuo beneficio, y no asfixian a las partes, pero en colonias de América, Africa o Asia, donde la presencia europea fue una pesadilla, que llevó a la degradación humana de los habitantes locales, como por ejemplo con el trafico de esclavos, o la explotación de los indígenas de América, la consecuencia es inevitable. Allí se creó un aparato de explotación y miseria, que no dejó de funcionar a pesar de las guerras de independencia y que siguen operando de tal manera que fuerzan a la población a escapar de las macabras condiciones heredadas, hacia paraísos de dignidad, libertad y justicia que fueron creados a costa de su sufrimiento explotación, de los que mal pagan por el trabajo y los productos que permiten la lujosa vida de los países desarrollados.
Desde fines de los 90 en que se desencadenó esta crisis migratoria, la vida diaria de los europeos y norteamericanos cambió radicalmente. Antes les era sencillo trabajar 6 meses en trabajos manuales como restaurantes, gasolineras, construcción, etc. y viajar 6 mese como príncipes por los países más pobres del mundo como Ecuador. Hoy si se marchan por mucho tiempo, el trabajo manual en sus países, lo ocupan emigrantes que no tienen ni piden vacaciones, ganan menos, son menos exigentes, y hacen con más empeño sus tareas.
Esto fue el comienzo de una crisis vivencial, pues los viajeros de países ricos, dejaron de ser los reyes del planeta y los pobretones a los que les pagaban nada por sexo, drogas, salsa, bohemia, diversión, comida, transporte y hospedaje, hoy son los que están en los puestos de trabajo de donde obtenían estos privilegios y lo pero es que hacen un mejor trabajo.
Para muchos de estos viajeros volver a sus trabajos que luego de estos paseos principescos les era muy duro pues volvían a ser los don nadie en sus países pero lo peor era encontrar un latino, árabe, asiático o un africano en su puesto y no poder sacarlo de allí facilmente.
Así pues al desencadenarse la crisis inmoviliaria de los Estados Unidos, 20 años después, de que empieza la ola migratoria, desde Europa del Este, América Latina, Africa y Asia, los europeos y norteamericanos se enfrentan a una reducción de las plazas de trabajo, donde estalla la burbuja económica de la internet, la inovación tecnológica que genera una especulación en la infraestructura habitacional y de las tarjetas de crédito, creando un hueco crediticio impagable.
Pero lo mas severo de la crisis es que esta demuestra como en el fútbol, que lo mejor que tienen como fuerza laboral y deportistas son los emigrantes de países pobres, pues la cultura del ocio, que era parte fundamental de su economía, les ha llevado a tener una población altamente calificada en los estudios pero muy cara en su capacidad laboral que es fácilmente reemplazable por inmigrantes que sin tener tantos años de formación intelectual, tienen una capacidad laboral superior por no haber vivido la cultura del ocio.
Ante esto se ven en la necesidad de excluir de sus espacios vitales, a los emigrantes, frenar la invasión, reducir sus derechos, privarles de trabajo, ahuyentarlos a como de lugar. Es por esto que las derechas están triunfando.
El precio del triunfo de las derechas es que el resentimiento histórico que late en las ex-colonias, se extiende ahora por las calles de los ex-imperios europeos. La ira se va a ir cocinando y se va a fraguar una resistencia de aquellos que dejaron lo suyo para vivir ilusiones que ahora son amenazadas, que los fuerzan a ser menos, a ser nadie.
Esta resistencia inevitable, va a confrontar a los nazis, a los facistas, a los racistas, a los antimigrantes, a los blancos, con los no blancos, con los no nazis, con los no facistas y los no racistas. Es así como se estructura el fin de un tiempo en que el poder, los conocimientos y la riqueza se concentraron en Europa y ahora ni como Unión Europea, que es uno de los logros humanos mas importantes, pues lograron reunir a enemigos que durante siglos no solo se destrozaron entre sí sino que llevaron al planeta dos catástrofes mundiales donde la crueldad y a destrucción tuvo proporciones colosales.
Pero esta unión para resistir a un mundo que los asedia, los complica, usa su logros en todos los aspectos para reducir su poder e influencia.
Este giro a la derecha va reunir a los inmigrantes en una gran grupo humano dentro de Europa, capaz de desestabilizar gobiernos, cambiar leyes, generar procesos, es decir convertirá a los inmigrantes en motores sociales de cambio contra la concentración del poder, la riqueza y los conocimientos que ha sido la política de Europa
Hoy estos ex-imperios se ven invadidos por los que un día fueron los explotados de sus colonias. Esta invasión ya es irrefrenable, y es el precio histórico del saqueo al que sometieron a estos pueblos.
En lugares donde ese saqueo no tuvo proporciones calamitosas como Canadá, Estados Unidos o Australia, donde por el contrario, se compartió la bonanza y el bienestar, al crear en esos territorios los mismos derechos y riqueza que disfrutaban los centros de los imperios coloniales, los procesos de intercambio migratorio han sido de mutuo beneficio, y no asfixian a las partes, pero en colonias de América, Africa o Asia, donde la presencia europea fue una pesadilla, que llevó a la degradación humana de los habitantes locales, como por ejemplo con el trafico de esclavos, o la explotación de los indígenas de América, la consecuencia es inevitable. Allí se creó un aparato de explotación y miseria, que no dejó de funcionar a pesar de las guerras de independencia y que siguen operando de tal manera que fuerzan a la población a escapar de las macabras condiciones heredadas, hacia paraísos de dignidad, libertad y justicia que fueron creados a costa de su sufrimiento explotación, de los que mal pagan por el trabajo y los productos que permiten la lujosa vida de los países desarrollados.
Desde fines de los 90 en que se desencadenó esta crisis migratoria, la vida diaria de los europeos y norteamericanos cambió radicalmente. Antes les era sencillo trabajar 6 meses en trabajos manuales como restaurantes, gasolineras, construcción, etc. y viajar 6 mese como príncipes por los países más pobres del mundo como Ecuador. Hoy si se marchan por mucho tiempo, el trabajo manual en sus países, lo ocupan emigrantes que no tienen ni piden vacaciones, ganan menos, son menos exigentes, y hacen con más empeño sus tareas.
Esto fue el comienzo de una crisis vivencial, pues los viajeros de países ricos, dejaron de ser los reyes del planeta y los pobretones a los que les pagaban nada por sexo, drogas, salsa, bohemia, diversión, comida, transporte y hospedaje, hoy son los que están en los puestos de trabajo de donde obtenían estos privilegios y lo pero es que hacen un mejor trabajo.
Para muchos de estos viajeros volver a sus trabajos que luego de estos paseos principescos les era muy duro pues volvían a ser los don nadie en sus países pero lo peor era encontrar un latino, árabe, asiático o un africano en su puesto y no poder sacarlo de allí facilmente.
Así pues al desencadenarse la crisis inmoviliaria de los Estados Unidos, 20 años después, de que empieza la ola migratoria, desde Europa del Este, América Latina, Africa y Asia, los europeos y norteamericanos se enfrentan a una reducción de las plazas de trabajo, donde estalla la burbuja económica de la internet, la inovación tecnológica que genera una especulación en la infraestructura habitacional y de las tarjetas de crédito, creando un hueco crediticio impagable.
Pero lo mas severo de la crisis es que esta demuestra como en el fútbol, que lo mejor que tienen como fuerza laboral y deportistas son los emigrantes de países pobres, pues la cultura del ocio, que era parte fundamental de su economía, les ha llevado a tener una población altamente calificada en los estudios pero muy cara en su capacidad laboral que es fácilmente reemplazable por inmigrantes que sin tener tantos años de formación intelectual, tienen una capacidad laboral superior por no haber vivido la cultura del ocio.
Ante esto se ven en la necesidad de excluir de sus espacios vitales, a los emigrantes, frenar la invasión, reducir sus derechos, privarles de trabajo, ahuyentarlos a como de lugar. Es por esto que las derechas están triunfando.
El precio del triunfo de las derechas es que el resentimiento histórico que late en las ex-colonias, se extiende ahora por las calles de los ex-imperios europeos. La ira se va a ir cocinando y se va a fraguar una resistencia de aquellos que dejaron lo suyo para vivir ilusiones que ahora son amenazadas, que los fuerzan a ser menos, a ser nadie.
Esta resistencia inevitable, va a confrontar a los nazis, a los facistas, a los racistas, a los antimigrantes, a los blancos, con los no blancos, con los no nazis, con los no facistas y los no racistas. Es así como se estructura el fin de un tiempo en que el poder, los conocimientos y la riqueza se concentraron en Europa y ahora ni como Unión Europea, que es uno de los logros humanos mas importantes, pues lograron reunir a enemigos que durante siglos no solo se destrozaron entre sí sino que llevaron al planeta dos catástrofes mundiales donde la crueldad y a destrucción tuvo proporciones colosales.
Pero esta unión para resistir a un mundo que los asedia, los complica, usa su logros en todos los aspectos para reducir su poder e influencia.
Este giro a la derecha va reunir a los inmigrantes en una gran grupo humano dentro de Europa, capaz de desestabilizar gobiernos, cambiar leyes, generar procesos, es decir convertirá a los inmigrantes en motores sociales de cambio contra la concentración del poder, la riqueza y los conocimientos que ha sido la política de Europa