Estamos frente a un a nueva realidad en la que Estados Unidos es la mayor potencia tecnológica del mundo, Rusia la mayor potencia militar y China la mayor potencia económica.
Los ex imperios europeos agrupados en la Comunidad Económica Europea aun conservan su influencia pero están muy debilitados, desde la Primera Guerra Mundial, luego la Segunda, y finalmente la Guerra de Rusia y Ucrania, mas la guerra migratoria que libran contra Africa y Medio Oriente, que ahora los está invadiendo, los ha puesto en un punto de quiebre.
Estados Unidos ha llegado a un estado de demencia senil, representado en Donald Trump, que como todo viejo en la especie humana, pretende en su momento de declive, levantarse haciendo movimientos torpes, que denuncian su deterioro fisico y mental.
A no dudarlo la pandemia del covid, y los trastornos del cambio climático los está golpeando, como al resto del planeta, pero su población vieja, vivido años de prosperidad, lo que le ha convertido en una población susceptible, delicada, extremadamente sensible a los grandes cambios que se avecinan.
Estos cambios están precedidos por una revolución tecnológica, donde la internet, el celular y ahora inteligencia artificial que ayudaron a Estados Unidos a ser el dueño del mundo. pero al mismo tiempo permiten conocer mejor a Estados Unidos por el resto del planeta, los convierten en un atractivo y esto finalmente determina que realmente es imposible detener a los migrantes que escapan de la críticas condiciones de Africa y América Latina sobre todo.
Hoy Europa y Estados Unidos ya viven lo que se puede llamar una guerra migratoria, en la que los países desarrollados pretenden frenar con la violencia a las olas migratorias, y las olas migratorias, ponen en práctica la denominada resistencia pasiva, que llevó a Mandela a liberar a Sudáfrica, o permitió la independencia de la India, considerada la joya de la corona del Imperio Británico, o los derechos civiles en USA, con Martin Luther King