El militarismo: Hechos que afectaron la vida de los ecuatorianos





Por Maximiliano Moreno
Desde la llegada de los Incas, el territorio de los Andes Septentrionales que Guayna Cápac inició la conquista, fue un territorio de difícil sometimiento, debido a que los habitantes de estas zonas disponían de ecosistemas autosuficientes y de relaciones comerciales desarrolladas por siglos, que les permitían resistencias prolongadas. En la zona peruana, por el contrario, la supervivencia dependía de la ocupación de diversos pisos climáticos, donde existían otras tribus, lo que generó un proceso de conquista que finalmente era beneficioso para el conjunto de nacionalidades andinas, pues realmente ninguna era autosuficiente y el comercio no llegó a niveles importantes debido sobre todo a lo agreste de la naturaleza.


El sometimiento de los territorios norteños dependió exclusivamente del aparato militar Inca, este aparato militar tardó 20 años en consolidar posiciones en este territorio que va del nudo de Pasto, al norte hasta Cajamarca al sur. Fue una guerra prolongada para el frente norte, mientras en el Cuzco se desarrollaba la vida palaciega, con relaciones amables entre las nacionalidades sometidas al nuevo poder.


La llegada de los españoles se fundamentó en un período de convivencia entre Incas cuzqueños seguidores de Huáscar que se aliaron a los conquistadores para derrotar al que consideraban usurpador: Atahualpa y sus guerreros norteños, en tanto en el norte los españoles tenían una resisistencia a la que derrotaron tras 10 años de lucha y la fundación de Guayaquil, esta dominación del territorio de la se llamaría Real Audiencia de Quito, se fundamentó por sobre todo en una iglesia sumamente poderosa, que ocupó los lugares sagrados Incas de Cuenca y Quito, con templos y donde la disputa del poder estaba entre Jesuitas, Dominicos, con su Santa Inquisición, Franciscanos y Mercedarios fundadores de Quito,. tras ellos el Cuartel Real de Lima, y los Granaderos del Virreynato de Nueva Granada.


La mayor parte del territorio de la Real Audiencia era territorio de Misiones, donde los Jesuitas era los más hábiles en la penetración a zonas temibles como la Amazonía o las selvas costeras. Tras cada misionero, venía un militar.


Con la independencia, los llaneros venezolanos se colocaron al frente de este territorio desde 1822. Estos soldados irregulares, caracterizados por su habilidad como jinetes y lanceros, cambiaron el modo de pelear europeo de formaciones, por sistemas de ataque como el que tenían los Jenízaros árabes en la conquista de España, en que el aparente desorden, la rapidez y la sorpresa eran los pilares de las victorias. Estos militares eran analfabetos, brutales y ambiciosos, que comandados por el primer presidente de la naciente república del Ecuador en 1830, Juan José Flores, asaltaron las arcas públicas, convirtiendo a lo que fue la Real Audiencia en un territorio de pobreza absoluta para la mayor parte de la población rural y de las ciudades.


Durante 100 años los militares formados a la maldita sea, con brutalidad, en campañas contra los indios, los rebeldes, y contra cualquiera que era percibido como enemigo del gobierno, se consolidaron como una clases dominante, donde los oficiales tenían que ser de las familias de abolengo.

Pero para 1890 emergen unos nuevos soldados desde las planicies de la costa, los llamados montoneros, que son milicias de campesinos acompañados de sus familias, que hacer una guerra informal donde la emboscada, la sorpresa y la audacia en muchos casos personal, dan las victorias

El ideal que les mueve es una utopía llamada libertad, pues en realidad no eran campesinos oprimidos, sino que eran pequeños agricultores marginados del poder central, que controlaba la Sierra, Guayaquil y las grandes urbes costeñas, pero mas allá. eran sólo las víctimas de la visita ocasional de soldados para reclutar jóvenes, usados como carne de cañón en las disputas políticas entre terratenientes serranos y comerciantes costeños.

Los montoneros logran lo que fue imposible en otras naciones de Sudamérica, vencer al poder del clero, esto es de la Iglesia Católica, que era la que estaba detras de todos los gobiernos desde la independencia. Su victoria dio paso a la educación laica y a la formación académica militar en el Colegio Militar Eloy Alfaro.



Pero este triunfo duró una década, al cabo de 10 años, los mayores beneficiarios de la Revolución Liberal, fueron los banqueros de Guayaquil que consolidaron una alianza con la Iglesia, que manejaría el poder mediante un ejercito represor y desde 1936 con el General Enriquez Gallo con un aparato policial, que para 1944 en el gobierno de Arroyo del Río se pretendió convertir en poder mediante los llamados caravineros, un cuerpo de represor, como los malditos uniformados que azotaron de México a la Argentina hasta hoy.

Afortunadamente la derrota militar en la guerra de 1941, obligó a repensar en las fuerzas armadas, que eran una institución divorciada absolutamente del pueblo, hasta que para 1968 sucede la muerte del Che Guevara en Bolivia y la las protestas estudiantiles en Francia.

Estatados Unidos, decide combatir al comunismo para lo cual va a las guerras de Corea y Vietnam. En América Latina, su patio trasero, acosa a Cuba, tras el fracaso de Gallegos Arbens y sus socialismo en Guatemala. Cuba , se convierte en el clavo en el zapato. El Che Guevara, en el martir que simboliza al soldado moralmente solvente, dueño de ideales, no el simple obediente y nunca deliverante uniformado, que desde el tiempo de la colonia y la independencia, estuvo a las órdenes de sus mandos superiores sin ningún remordimiento de consciencia.
Para aquel entonces, 1968, un presidente que ganó 5 veces las elecciones, y sólo una logró cumplir su período de 4 años, calificado por la burguesía de loco, demago y populista, José María Velasco Ibarra, estudiado en Francia, recogió los ideales de los estudiantes franceses que protestan contra el modelo educativo occidental, y exigían el libre acceso a las universidades, el cogobierno paritario, esto es que los estudiantes, trabajadores y docentes, tengan la misma reprentación en la toma de decisiones de las universidades, la libertad de cátedra, para que los profesores enseñen lo que ellos crean que es lo mejor y no lo que el gobierno, la Iglesia o el dictador de turno piense que es conveninte, y ordena la capacitación militar, pero estos lo derrocan, y manejados directamente por el Pentágo, son formados en la Escuela de la Américas, la cuna de militar norteamericana, de los dictadores y militares mas sanguinarios de América Latina..

En América Latina, en estos años, los dictadores y el militarismo llegó a su máximo apogeo. Soldados sanguinarios, vanidosos, estúipidos, copaban los gobiernos con lo que hoy son vergüenza nacionales como Trujillo en Repíblica Dominicana, las bestias represoras de Guatemala, Somoza en Nicaragua, los corruptos del ejército colombiano, los vendepatria de Venezuela, y para los años 70 la crueldad militarista de América de Sur llegó a su más macabra expresión en los dictadores como Estrosner en Paraguay, las Juntas Militare Argentinas, derrotadas por la vergonzosa guerra de las Malvinas, y su pero ejemplo: Pinochet dueño de Chile por dos décadas.

Pero una ola de militares pensantes también emergió desde Panamá, Perú y Ecuador.


El petróleo y los cuestionamientos que recibían desde sus adversarios, los universitarios, que eran sus propios hijos, que ahora iban a las universidades del pueblo, no de las élites, a excepcion de las universidades católicas, donde iban los ricos. Carreras como medicina, arquitectura, petróleos, veterinaria, agronomía, periodismo, eran las carreras exclusivas de las universidades publicas, donde los ricos se codeaban con los pobres. Las universidades públicas de America Latina se volvieron los espacios de formación de la resistencia al militarismo, a la manipulación norteamericana y al desafecto con las masas de campesinos, obreros, intelectuales, o esos grupos que rumiaban todos los días el poder y la conducta de los ricos de este subcontinente.


Pero tras aquel período, los militares decidieron hacer sus propias escuelas, colegios, universidades, convertirse en casta, en élite, no contamiarse. El dinero del petróleo ayudó a que gozaran de privilegios que comenzaba en los casinos militares, y terminaba en las grandes escuelas militares del mundo. Pero este contacto con militares más inteligentes, que los que instuían en la Escuela de las Américas, cambió su perspectiva en Ecuador, un pequeño país que debía enfrentar tres fuerzas muy superiores a su poder: el ejécito peruano enorme y altamente belicoso desde el tiempo de los Incas, el ejercito colombiano, el ejercito con el más largo ejercicio militar de una guerra civil en la historia de occidente, pues enfrenta ya por casi medio siglo a la guerrilla más experimentada y efectiva del mundo, la guerrila colombiana y la guerrilla colombiana, con combatientes y tácticas que pueden doblegar el poder militar ecuatoriano.


La estrategia para frenar al ejercito peruano que siempre mostró su superioridad y cuyo poder le quitó a mita de su territorio con sólo cruzar la frontera, fue la de crear las fuerzas de elite, encabezadas por indigenas amazónicos, capaces de una guerra irregular altamente efectiva, el conocimiento de terreno, las facilidades logísticas gracias a su pequeño territorio, pero sobre todo una alta formación intelectual de sus oficiales y soldados, que era el punto más débil del ejercito peruano.


Frente al ejercito colombiano, que le quito a Ecuador un tercio de su terriorio original, sin hacerle la guerra, y la guerrilla, que usa a Ecuador como fuente de abastecimiento y refugio, lo más importante era ganarse el afecto de su pueblo, la guerrilla, los paramilitares y los sicarios de la mafia, así como el ejército colombiano, tienen una debilidad en común, son odiadas por una parte de la población colombiana.

Para ganarse a la población, los militares han usado la conscripción agraria, sembrando bosques, la reforma agraria y la colonización apoyando con educación, salud, transporte, a los pequeños campesinos que soportan rigores extremos en la Amazonía, los Andes y Galápagos. Y finalmente, luego del gobierno de León Febres Cordero, que los usó para reprimir a los rebeldes de Alfaro Vive Carajo, con su conducta de desobediencia frente a mandatarios incapaces como Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y hasta otro militar, como lo fue el coronel Lucio Gutiérrez, sentaron las bases de una conducta militar con criterio y consciencia propia.

Este no disparar contra el pueblo es la variable fundamental que diferencia al ejército de Ecuador de los demás ejércitos latinoamericanos y le ha dado el estatus de árbitro político, junto a una iglesia católica que viven un mar de contradicciones y que sigue siendo uno de los titiriteros de la realidad nacional.

Sin embargo el ejercito vive un drama interno pues una parte de el la marina, ha estado enredada desde los tiempos de Febres Cordero en corrupción muy relacionada a su circulo cercano en el Club La Unión, que es el club de las familias ricas de la costa, muchas de las que se beneficiario de los manglares, áreas protegidas bajo cuidado y responsabilidad de la marina, para hacer camaroneras, violando la ley. En este club es infaltable el halago a los oficiales de marina, además estuvieron implicados en permisos e indolencia frente a pesca ilegal de grandes barcos extranjeros o empresas pesqueras nacionales, que no pueden pescar en zonas próximas a la playa y otras anormalidades.

Pero quizás la parte mas vulnerable del militarismo ecuatoriano sea la policía. Actor fundamental de la represión y ahora de una sublevación. La policía, es una de las instituciones menos creíbles del país, no solo por la revuelta protagonizada, sino que como en México, algunos de sus miembros han sido parte de bandas delincuenciales, e incluso de disputas territoriales lo que sucede en Manabí con la banda de los Choneros.

La policía hasta la llegada del gobierno de Correa, era una fuerza a órdenes directas de la Embajada Norteamericana, que le daba y le quitaba las computadores con las que trabajaba. Bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, se estructuró una fuerza policial llena de privilegios, bajo control de la DEA, que en realidad era una fuerza élite para estabilizar o desestabilizar gobiernos, pues cuando los gobernantes se sienten inseguros, los policías del país son trasladados al parque de la Independencia para custodiar el Palacio de Carondelet y la búsqueda de traficantes, también registra a los que se oponen al gobierno.

La última manifestación policial, puso en evidencia el gran poder de la policía, pues su ausencia o en enojo con un mandatario, genera problemas de transito, circulación, abastecimento y lo más grave alienta a la delincuencia, en un país donde el respeto a prójimo no nace de la conciencia y conducta personal, sino de la presencia o no de policías, pues nuestra educación escolar y por los medios nos condiciona a pensar así, excepto en comunidades indígenas que ahora rechazan esto y se organizan para no someterse.

La policía es el instrumento estatal más usado por los políticos y la corrupción burocrática, sus puestos son rotativos y, su desempeño no responde a las necesidades ni demandas de la población, sino a los antojos funcionarios y oficiales de turno, así pues los policías aun son ese rezago que queda del mal afamado militarismo latinoamericano. El día que el policía sea escogido en base a méritos por cada morador de un pueblo o un barrio la historia comenzará a cambiar.



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