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En Ecuador el rol de la mujeres ha sido parte de su problema de subdesarrollo, este rol tiene tres modelos diferentes, el rol de la mujer costeña, donde la mujer es el eje de la familia, pero vive en una sociedad de machismo violento casi criminal, el rol de la mujer serrana que era de sometimiento a los maridos, a los patrones y sobre todo al machismo propuesto por las religiones cristianas, en especial el catolicismo, y el rol de la mujer amazónica, que incluso llego a ser el rol de la mujer víctima donde su vida y su muerte estaba culturalmente aceptada y en manos de los hombres que estaban autorizados a disponer de sus vidas.
La llegada de los Inca, reforzó la sociedad patriarcal reinante en el mundo andino, donde la mujer tenía el rol de madre, y debía garantizar la perpetuidad de la linea genética paternal, por lo que los incas, un ejercito de centenares de miles de guerreros, no sólo que dominaban el territorio, sino que procuraban una limpieza étnica, esto es dejar a todas las mujeres embarazadas de manera violenta para evitar que ellas y sus hijos se vuelvan contra sus padres.
En la costa, las culturas como Valdivía, una de las primeras cultura en la costa de Pacifico en desarrollar la agricultura y la producción textil, era al parecer una cultura matriarcal, donde las mujeres tenían el poder e incluso recibían un culto. A diferencias del resto de culturas, la cultura de Bahía, y la Manteño Huancavilca, tenían como dios principal, a una diosa, Umiña, la diosa de la fertilidad en cuyo honor, hacían fiestas en la luna llena, con la finalidad de que todas las mujeres fértiles quedaran embarazadas, de manera que la nación pudiera reparar las pérdida humanas producidas por las guerras tribales, pues luego de cada inundación de invierno y en especial por la llegada de las lluvias e inundaciones del Fenómeno del Niño, periódicamente, se veían en la necesidad de mudarse a nuevos territorios lo que significaba conflictos y enfrentamientos con otras etnias que además tenían lenguas diferentes, eran culturas de navegantes y de zonas selváticas, donde los riesgos de morir eran muy altos.
En la amazonía, aunque hubieron culturas como los Huaorani que originalmente eran matriarcales, pues era clanes familiares que migraba en el interior de la espesa vegetación, la descendencia corría el riesgo de taras genéticas, así que las mujeres tenía la libertad de escoger pareja, y gracias al olfato, se evitaba los hijos que pudieran nacer anormales de la cruza entre los de la misma línea de sangre. Pero en otros lugares de la amazonía se impuso el machismo más radical, como es el caso de los shuaras, que podían disponer de la vida de las mujeres, y tener muchas mujeres, para lo cual llegaban a acuerdos con otros clanes pero si había resistencia u oposición, se producían guerras para la apropiación violenta de mujeres y niñas.
En tanto en Europa, la sociedad poligama evolucionó a una sociedad monogama desde la llegada del cristianismo. El cristianismo se expandió en Europa desde el fin del imperio romano de Occidente en el siglo VI de muestra era. En esos imperios y culturas del mundo, las mujeres, a más de su función reproductiva, fueron convirtiéndose en las que preservaban los valores culturales, como la lengua, la comida, la vivienda, el vestuario, la música, etc. Fue este rol como guaridanes de valores culturales, lo que llevó a las mujeres a una lucha interna, a una intolerancia entre ellas, que facilitó el dominio masculino.
Al momento de la conquista española de América una mujer mandaba en la corte goda, de los Castellanos, que habían expulsado a los moros de la Península Ibérica, Isabel la Católica. El rol de la mujer en la conquista europea fue diferente. A la llegada de los conquistadores, el mestizaje fue la opción escogida por los europeos latinos, que convirtieron a las mujeres de América en sus amantes, madres y compañeras, pero en las colonias donde llegaron mujeres europeas, se sembró el racismo, como un mecanismo de dar a las mujeres de Europa un rango diferente a las de sus colonias. Así en Norteamerica anglo-sajona y en Argentina, el racismo llevó al genocidio de los indígenas.
Este rol de las mujeres europeas como ejes de políticas racistas, dentro de los imperios europeos y sus colonias en Africa, Asia, Oceanía y America, se vio apoyado por el rol que cumplían las monjas y las mujeres de los pastores protestantes en la discriminación racial.
Durante el siglo XX, el rol de la mujer cambió. Este cambio parte de la Revolución Rusa, que le da a la mujer otro rol en la sociedad, donde tiene la posibilidad de hacer todo lo que hacen los hombres, desde ser cosmonautas hasta ser albañiles. La Segunda Guerra Mundial, es el segundo elemento liberador de la mujer, pues a ellas les tocó ocupar los puestos de trabajo en Estados Unidos, lo que les dio un nuevo rol.
Pero es indudable que la liberación de la mujer empieza cuando la industria de artefactos domésticos, la ayuda a liberarse del pesado y absorbente trabajo del hogar. Pero en los países pobres esto no se da sino en las ciudades y los barrio de clase media y alta, en tanto en lo demás espacios la mujer comienza a vivir una doble explotación, la del hogar donde su hijos y su marido son los que la presionan y la del trabajo, sea como empleada o como trabajadora independiente autoexplotada.
Pero en América Latina la mujer comienza a tener hoy otro papael, primero como luchadora política, destacándose en esto las hoy "Abuelas de la Plaza de Mayo", en los años 70 inician una prolongada lucha por dar con el paradero de las víctimas de las dictaduras argentinas. Hasta el rol que cumplen las mujeres estudiantes en Chile, aplacadas mediante del circo del fútbol, del equipo de la misma Universidad de Chile.
Pero las mujeres de América Latina, han logrado llegar al poder ejecutivo y a ser la máxima representación y conductoras de sus países; lo curioso es que para llegar a esos niveles, tienen que hacerlo sin un hombre a su lado, pues aunque en Argentina Cristina de Kitchner logra ascender al poder gracias a su relación con su marido, se consolida como mandataria, el día que su marido muere, el resto, son madres soleras o mujeres divorciadas, lo que pone en relieve el papel negativo del hombre latino como compañero y aliado de sus mujeres, pues el machismo que se llegó a consolidar como una cualidad y no como un defecto pesa en nuestra cultura.
En Ecuador uno de los fenómenos más extraordinarios, fue la migración de 1999 cuando colapsó la economía nacional y el país llegó a la quiebra, que le obligó a hacer desaparecer su moneda y a adoptar el dólar. Esta crisis desató una migración que se estima fue de casi tres millones de ecuatorianos, pero curiosamente la mayoría fueron mujeres, en especial las que migraron a Europa, como España e Italia, pues en esos país de ancianos renuentes a vivir lejos de su propio techo, el trabajo doméstico era la fuente segura de empleo.
Para desempeñarse bien como empleada doméstica y responsabel de ancianos y niños de esos países, su cultura de eje de la casa, y afecto dentro del hogar fue la clave, algo que no podía obtenerse con un título universitario, sino con el ejercicio diario de cuidar a los miembros de su familia, que en América Latina es nuestro núcleo vital.
Hoy que la crisis ha llegado a España e Italia, los principales destinos de las migrantes ecuatorianos en Europa, el retorno es en la mayor parte de los casos de los hombres, las mujeres, permanecen en esos países, para dar a sus hijos una mejor educación, que piensan que su país no les puede dar y además un mercado laboral, más amplio que incluye toda la Comunidad Económica Europea.
Pero esta invasión de mujeres latinas al mundo desarrollado de occidente, que incluso está representada en la comedia norteamericana Modern Fámily, es la quilla de un barco que lleva un ejercito conquistador a los que fueron los imperios, que antes nos dominaron mediante la guerra, para la explotación de nuestra gente y de nuestros recursos. Se trata de la invasión de un ejercito de trabajadores, que van hasta esos destinos, no con el fin de ser ricos ni quitar nada a nadie sino de dar lo mejor de sí, y de trabajar para mandar dinero a sus familiares en su país, lo que ha convertido a las remesas de los migrantes en una de las más importantes fuentes de ingresos de América Latina.
Estamos en un tiempo nuevo, donde las mujeres latinas, aquellas mujeres que por cultura aun creen en lo romántico y hoy tienen un momento histórico, la de convertir ese mundo que llenó al planeta tierra de colonias, miseria, guerras mundiales, genocidios y depredación de la naturaleza, en lugares donde el respeto a los seres humanos, a la vida natural, a lo que existe dentro y fuera de nuestro planeta, sea el paradigma.
En Ecuador el rol de la mujeres ha sido parte de su problema de subdesarrollo, este rol tiene tres modelos diferentes, el rol de la mujer costeña, donde la mujer es el eje de la familia, pero vive en una sociedad de machismo violento casi criminal, el rol de la mujer serrana que era de sometimiento a los maridos, a los patrones y sobre todo al machismo propuesto por las religiones cristianas, en especial el catolicismo, y el rol de la mujer amazónica, que incluso llego a ser el rol de la mujer víctima donde su vida y su muerte estaba culturalmente aceptada y en manos de los hombres que estaban autorizados a disponer de sus vidas.
La llegada de los Inca, reforzó la sociedad patriarcal reinante en el mundo andino, donde la mujer tenía el rol de madre, y debía garantizar la perpetuidad de la linea genética paternal, por lo que los incas, un ejercito de centenares de miles de guerreros, no sólo que dominaban el territorio, sino que procuraban una limpieza étnica, esto es dejar a todas las mujeres embarazadas de manera violenta para evitar que ellas y sus hijos se vuelvan contra sus padres.
En la costa, las culturas como Valdivía, una de las primeras cultura en la costa de Pacifico en desarrollar la agricultura y la producción textil, era al parecer una cultura matriarcal, donde las mujeres tenían el poder e incluso recibían un culto. A diferencias del resto de culturas, la cultura de Bahía, y la Manteño Huancavilca, tenían como dios principal, a una diosa, Umiña, la diosa de la fertilidad en cuyo honor, hacían fiestas en la luna llena, con la finalidad de que todas las mujeres fértiles quedaran embarazadas, de manera que la nación pudiera reparar las pérdida humanas producidas por las guerras tribales, pues luego de cada inundación de invierno y en especial por la llegada de las lluvias e inundaciones del Fenómeno del Niño, periódicamente, se veían en la necesidad de mudarse a nuevos territorios lo que significaba conflictos y enfrentamientos con otras etnias que además tenían lenguas diferentes, eran culturas de navegantes y de zonas selváticas, donde los riesgos de morir eran muy altos.
En la amazonía, aunque hubieron culturas como los Huaorani que originalmente eran matriarcales, pues era clanes familiares que migraba en el interior de la espesa vegetación, la descendencia corría el riesgo de taras genéticas, así que las mujeres tenía la libertad de escoger pareja, y gracias al olfato, se evitaba los hijos que pudieran nacer anormales de la cruza entre los de la misma línea de sangre. Pero en otros lugares de la amazonía se impuso el machismo más radical, como es el caso de los shuaras, que podían disponer de la vida de las mujeres, y tener muchas mujeres, para lo cual llegaban a acuerdos con otros clanes pero si había resistencia u oposición, se producían guerras para la apropiación violenta de mujeres y niñas.
En tanto en Europa, la sociedad poligama evolucionó a una sociedad monogama desde la llegada del cristianismo. El cristianismo se expandió en Europa desde el fin del imperio romano de Occidente en el siglo VI de muestra era. En esos imperios y culturas del mundo, las mujeres, a más de su función reproductiva, fueron convirtiéndose en las que preservaban los valores culturales, como la lengua, la comida, la vivienda, el vestuario, la música, etc. Fue este rol como guaridanes de valores culturales, lo que llevó a las mujeres a una lucha interna, a una intolerancia entre ellas, que facilitó el dominio masculino.
Al momento de la conquista española de América una mujer mandaba en la corte goda, de los Castellanos, que habían expulsado a los moros de la Península Ibérica, Isabel la Católica. El rol de la mujer en la conquista europea fue diferente. A la llegada de los conquistadores, el mestizaje fue la opción escogida por los europeos latinos, que convirtieron a las mujeres de América en sus amantes, madres y compañeras, pero en las colonias donde llegaron mujeres europeas, se sembró el racismo, como un mecanismo de dar a las mujeres de Europa un rango diferente a las de sus colonias. Así en Norteamerica anglo-sajona y en Argentina, el racismo llevó al genocidio de los indígenas.
Este rol de las mujeres europeas como ejes de políticas racistas, dentro de los imperios europeos y sus colonias en Africa, Asia, Oceanía y America, se vio apoyado por el rol que cumplían las monjas y las mujeres de los pastores protestantes en la discriminación racial.
Durante el siglo XX, el rol de la mujer cambió. Este cambio parte de la Revolución Rusa, que le da a la mujer otro rol en la sociedad, donde tiene la posibilidad de hacer todo lo que hacen los hombres, desde ser cosmonautas hasta ser albañiles. La Segunda Guerra Mundial, es el segundo elemento liberador de la mujer, pues a ellas les tocó ocupar los puestos de trabajo en Estados Unidos, lo que les dio un nuevo rol.
Pero es indudable que la liberación de la mujer empieza cuando la industria de artefactos domésticos, la ayuda a liberarse del pesado y absorbente trabajo del hogar. Pero en los países pobres esto no se da sino en las ciudades y los barrio de clase media y alta, en tanto en lo demás espacios la mujer comienza a vivir una doble explotación, la del hogar donde su hijos y su marido son los que la presionan y la del trabajo, sea como empleada o como trabajadora independiente autoexplotada.
Pero en América Latina la mujer comienza a tener hoy otro papael, primero como luchadora política, destacándose en esto las hoy "Abuelas de la Plaza de Mayo", en los años 70 inician una prolongada lucha por dar con el paradero de las víctimas de las dictaduras argentinas. Hasta el rol que cumplen las mujeres estudiantes en Chile, aplacadas mediante del circo del fútbol, del equipo de la misma Universidad de Chile.
Pero las mujeres de América Latina, han logrado llegar al poder ejecutivo y a ser la máxima representación y conductoras de sus países; lo curioso es que para llegar a esos niveles, tienen que hacerlo sin un hombre a su lado, pues aunque en Argentina Cristina de Kitchner logra ascender al poder gracias a su relación con su marido, se consolida como mandataria, el día que su marido muere, el resto, son madres soleras o mujeres divorciadas, lo que pone en relieve el papel negativo del hombre latino como compañero y aliado de sus mujeres, pues el machismo que se llegó a consolidar como una cualidad y no como un defecto pesa en nuestra cultura.
En Ecuador uno de los fenómenos más extraordinarios, fue la migración de 1999 cuando colapsó la economía nacional y el país llegó a la quiebra, que le obligó a hacer desaparecer su moneda y a adoptar el dólar. Esta crisis desató una migración que se estima fue de casi tres millones de ecuatorianos, pero curiosamente la mayoría fueron mujeres, en especial las que migraron a Europa, como España e Italia, pues en esos país de ancianos renuentes a vivir lejos de su propio techo, el trabajo doméstico era la fuente segura de empleo.
Para desempeñarse bien como empleada doméstica y responsabel de ancianos y niños de esos países, su cultura de eje de la casa, y afecto dentro del hogar fue la clave, algo que no podía obtenerse con un título universitario, sino con el ejercicio diario de cuidar a los miembros de su familia, que en América Latina es nuestro núcleo vital.
Hoy que la crisis ha llegado a España e Italia, los principales destinos de las migrantes ecuatorianos en Europa, el retorno es en la mayor parte de los casos de los hombres, las mujeres, permanecen en esos países, para dar a sus hijos una mejor educación, que piensan que su país no les puede dar y además un mercado laboral, más amplio que incluye toda la Comunidad Económica Europea.
Pero esta invasión de mujeres latinas al mundo desarrollado de occidente, que incluso está representada en la comedia norteamericana Modern Fámily, es la quilla de un barco que lleva un ejercito conquistador a los que fueron los imperios, que antes nos dominaron mediante la guerra, para la explotación de nuestra gente y de nuestros recursos. Se trata de la invasión de un ejercito de trabajadores, que van hasta esos destinos, no con el fin de ser ricos ni quitar nada a nadie sino de dar lo mejor de sí, y de trabajar para mandar dinero a sus familiares en su país, lo que ha convertido a las remesas de los migrantes en una de las más importantes fuentes de ingresos de América Latina.