Las pestes pueden llegar a modificar el ADN de nuestras especie según lo demuestra las investigaciones sobre el impacto de la peste negra, hace 700 años. Pero el impacto de la peste negra fue sobre todo en Europa, en América, la viruela, el sarampión, la tosferina, la difteria, la malaria y la infuenza, en el siglo XX la gripe española fueron las que mas víctimas causaron.
La infertilidad es estos momentos la nueva epidemia, que en un comienzo se pensó que era una opción de las mujeres, pero en la actualidad afecta por sobre todo a los hombres que tiene menos producción de espermatozoides, y que además tiene una correlación con el uso de anticonceptivos en las mujeres, de embarazos tardíos, y sobre todo a la dieta hiperproteica como ya lo señalo en 1938 el primer médico geógrafo, Josué de Castro.
Esta infertilidad que ha obligado a países europeos y norteamericanos a financiar los embarazos, otrogando premios económicos a sus mujeres, pero no ha podido frenar la ola de infertilidad y baja natalidad, que amenaza a toda la especie humana para la segunda mitad del siglo XXI, donde se estima que en China, la población descenderá a la mitad y ya golpea a Japón, donde las escuelas se están siendo cerradas.
Está en duda si el covid y la vacunaciones durante la pandemia, pueden afectar también a la fertilidad humana pues, pues algunas vacunas juegan con el ARN y son producto de manipulación genética, que de inmediato nos hace presumir que pueden afectar a la fertilidad humana.
Pero a no dudarlo el mayor impacto de la pandemia ha sido la multiplicación de la pobreza y de las olas migratorias hacia los países ricos de Europa y Norteamérica, o dentros de los continentes y países, que han complicado su situación por la guerra en Ucrania, la amenaza nuclear, y sobre todo el problema de la energía y el abastecimiento de petróleo y gas, de fertilizantes y alimentos, el petróleo que ya fue la causa de la Seguda Guerra Mundial y de las interminables guerras en Medio Oriente.
Cómo la peste negra de hace 700 años sigue afectando tu salud ahora
- James Gallagher
- Corresponsal de Ciencia y Salud de la BBC
La devastación de la pandemia de peste bubónica dejó una marca genética en la humanidad tan asombrosa que todavía sigue afectando nuestra salud casi 700 años después.
Cerca de la mitad de la población murió cuando la peste negra arrasó Europa a mediados del siglo XIII.
Un estudio pionero que analizó el ADN de esqueletos centenarios encontró mutaciones que ayudaron a las personas a sobrevivir la plaga.
Pero esas mismas mutaciones están vinculadas a enfermedades autoinmunes que afectan a las personas en la actualidad.
La peste negra es uno de los momentos más significativos, mortíferos y sombríos de la historia humana. Se estima que murieron hasta 200 millones de personas.
Final de Recomendamos
Huella en la humanidad
Los investigadores de la Universidad de Chicago sospechaban que un evento de tal enormidad tuvo que haber moldeado la evolución humana.
Analizaron el ADN extraído de los dientes de 206 esqueletos antiguos y pudieron fechar con precisión los restos humanos antes, durante o después de la peste negra.
El análisis incluyó huesos de los pozos de peste de East Smithfield en Londres, que se usaron para entierros masivos en la ciudad, con más muestras provenientes de Dinamarca.
El principal hallazgo del estudio, publicado en la revista Nature, tuvo que ver con mutaciones en un gen llamado ERAP2.
Si la persona tenía las mutaciones correctas, tenía un 40% más probabilidades de sobrevivir a la plaga.
"Eso es enorme, es un efecto enorme, es una sorpresa encontrar algo así en el genoma humano", me dijo el autor principal del estudio, el profesor Luis Barreiro de la Universidad de Chicago.
El trabajo del gen es producir las proteínas encargadas de desmenuzar los microbios invasores y mostrarle los fragmentos al sistema inmunológico, preparándolo de manera más efectiva para reconocer y neutralizar al enemigo.
El gen viene en diferentes versiones, las que funcionan bien y las que no hacen nada, y obtienes una copia de cada padre.
Así, los afortunados, aquellos que tuvieron más probabilidades de sobrevivir, heredaron una versión de alto funcionamiento de la madre y el padre.
Y los sobrevivientes tuvieron hijos y transmitieron esas mutaciones útiles, por lo que de repente estas se volvieron mucho más comunes.
"Es tremendo, vemos un cambio del 10% en dos o tres generaciones, es el evento de selección más fuerte en humanos hasta la fecha", me dijo el profesor Hendrik Poinar, genetista evolutivo de la Universidad McMaster.
Los resultados se confirmaron en experimentos modernos con la bacteria de la peste, Yersinia pestis.
Las muestras de sangre de personas con las mutaciones útiles fueron más capaces de resistir la infección que las que no las tenían.
"Es como ver el desarrollo de la peste negra en una placa de Petri, eso es revelador", afirma el profesor Poinar.
Incluso hoy en día, esas mutaciones resistentes a la plaga son más comunes que antes de la peste negra.
El problema es que se han vinculado a enfermedades autoinmunes, como la afección inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn.
Así que lo que ayudó a mantener con vida a tus antepasados hace 700 años, podría estar dañando tu salud en la actualidad.
Las cicatrices del pasado
Hay otras fuerzas históricas en nuestro ADN con un legado que nos afecta.
Alrededor del 1 al 4% del ADN humano moderno proviene de nuestros antepasados que se aparearon con los neandertales y esta herencia afecta nuestra capacidad para responder a enfermedades, incluida la covid.
"Entonces, esas cicatrices del pasado aún afectan nuestra susceptibilidad a las enfermedades hoy en día de una manera bastante notable", dice el profesor Barreiro.
Y explica que la ventaja de supervivencia del 40% es "el efecto de eficacia selectiva más fuerte que se ha calculado en humanos".
Al parecer empequeñece el beneficio de las mutaciones de resistencia al VIH o aquellas que ayudan a digerir la leche, aunque el investigador advierte que las comparaciones directas son engañosas.
La pandemia de covid, sin embargo, no dejará un legado similar.
La evolución funciona a través de tu capacidad para reproducirte y transmitir tus genes. La covid mata principalmente a los ancianos que ya pasaron el momento de tener hijos.
Con la peste, la capacidad de la enfermedad para matar en todo el espectro de edad y en cantidades tan grandes fue lo que llevó a que su legado tuviera un impacto tan duradero.
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Coronavirus: Cuáles fueron las consecuencias económicas globales de otras pandemias en la historia
- A. Bell, A. Prescott, H. Lacey
- The Conversation*
Los temores por el contagio del nuevo coronavirus se han traducido en una desaceleración de la economía.
Los mercados bursátiles se han visto afectados: el FTSE 100 de Reino Unido ha vivido sus peores días en muchos años, al igual que el Dow Jones y S&P en Estados Unidos.
Y como el dinero tiene que ir a alguna parte, el precio del oro -que es visto como un producto estable en eventos extremos- alcanzó un máximo de siete años.
Una mirada retrospectiva a la historia, sin embargo, puede ayudarnos a considerar los efectos económicos de las emergencias de salud pública y cómo manejarlos mejor.
Aunque al hacerlo es importante recordar que las pandemias pasadas fueron mucho más mortales que el coronavirus, que tiene una tasa de mortalidad relativamente baja.
Millones de muertos
Efectivamente, sin medicina moderna e instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las poblaciones pasadas eran más vulnerables.
Se estima que la plaga de Justiniano en el año 541 mató a 25 millones de personas, y la gripe española en 1918 a cerca de 50 millones.
Pero, por mucho, la peor tasa de mortalidad de la historia fue infligida por la peste negra.
Provocada por varias formas de peste, duró desde 1348 hasta 1350, y acabó con la vida de entre 75 millones y 200 millones de personas en todo el mundo y quizás con la mitad de la población de Inglaterra.
Las consecuencias económicas también fueron profundas.
"Ira, antagonismo y creatividad"
Puede sonar contradictorio —y esto no debería minimizar la confusión psicológica y emocional causada por la peste negra— pero la mayoría de los sobrevivientes disfrutaron de un mejor nivel de vida.
Antes de la peste negra, Inglaterra había sufrido a causa de sobrepoblación severa.
Pero, tras la pandemia, la escasez de mano de obra propició un aumento de los salarios diarios de los trabajadores, ya que estos pudieron ofrecerse al mejor postor.
La dieta de los trabajadores también mejoró e incluyó más carne, pescado fresco, pan blanco y cerveza.
Aunque los propietarios tuvieron dificultades para encontrar inquilinos para sus tierras, los cambios en las formas de tenencia mejoraron los ingresos del patrimonio y redujeron sus demandas.
Pero el período posterior a la peste negra fue, según el historiador económico Christopher Dyer, un momento de "agitación, emoción, ira, antagonismo y creatividad".
Cambios sociales
La respuesta inmediata del gobierno fue tratar de contener la corriente de la economía de la oferta y la demanda.
Esta fue la primera vez que un gobierno inglés intentó microgestionar la economía.
La ley del Estatuto de los Trabajadores fue aprobada en 1351 en un intento de fijar los salarios a niveles previos a la plaga y restringir la libertad de movimiento de los trabajadores.
Se introdujeron otras leyes que intentaban controlar el precio de los alimentos e incluso restringir qué mujeres podían utilizar telas costosas.
Pero este intento de regular el mercado no funcionó.
La aplicación de la legislación laboral provocó evasión y protestas. A largo plazo, los salarios reales aumentaron a medida que el nivel de la población se estancó con brotes recurrentes de la peste.
Y los propietarios también tuvieron que aceptar los cambios en el mercado de tierras como resultado de la pérdida de población.
Hubo una migración a gran escala después de la peste negra, ya que la gente aprovechó para mudarse a mejores tierras o buscar oportunidades laborales en las ciudades.
La mayoría de los propietarios se vieron obligados a hacer ofertas más atractivas para garantizar que los inquilinos cultivaran sus tierras.
Una nueva clase media (casi siempre hombres) emergió.
Estas eran personas que no habían nacido en la nobleza terrateniente pero que pudieron obtener suficiente riqueza excedente para comprar parcelas de tierra.
Investigaciones recientes han demostrado que la propiedad inmobiliaria se abrió a la especulación del mercado.
Revueltas
El cambio dramático en la población provocado por la peste negra también condujo a una explosión en la movilidad social.
Los intentos del gobierno de restringir estos desarrollos generaron tensión y resentimiento.
Inglaterra seguía en guerra con Francia y requería grandes ejércitos para sus campañas en el extranjero.
Esto requería dinero, y en Inglaterra esto significó más impuestos para una población reducida.
Al parlamento de un joven Ricardo II se le ocurrió la innovadora idea de aplicar impuestos punitivos en las recaudaciones en 1377, 1379 y 1380, lo que condujo directamente a disturbios sociales en forma de la revuelta de los campesinos de 1381.
Esta revuelta, la más grande jamás vista en Inglaterra, se produjo como consecuencia directa de los brotes recurrentes de peste y los intentos del gobierno de reforzar el control sobre la economía y perseguir sus ambiciones internacionales.
Los rebeldes argumentaban que estaban severamente oprimidos, y que sus señores "los trataban como bestias".
Lecciones
Si bien la plaga que causó la peste negra fue muy diferente al coronavirus que se está propagando por el mundo hoy día, aquí hay algunas lecciones importantes para el crecimiento económico futuro.
Primero, los gobiernos deben tener mucho cuidado para gestionar las consecuencias económicas: tratar de mantener el status quo en virtud de sus propios intereses puede dar lugar a disturbios y volatilidad política.
Segundo, restringir la libertad de movimiento puede generar una reacción violenta.
¿Hasta qué punto nuestra sociedad moderna y móvil aceptará la cuarentena, incluso cuando sea por un bien mayor?
Además, no debemos subestimar la reacción psicológica instintiva. La peste negra vio un aumento en los ataques xenófobos y antisemitas. El miedo y la sospecha hacia los extranjeros cambiaron los patrones del intercambio comercial.
Habrá ganadores y perdedores económicos a medida que se desarrolle la actual emergencia de salud pública.
En el contexto de la peste negra, las élites intentaron afianzar su poder, pero el cambio demográfico a largo plazo obligó a hacer cambios en los beneficios de los trabajadores, tanto en términos de salarios y movilidad como en la apertura del mercado de tierras (la fuente principal de riqueza en el momento) a nuevos inversores.
La disminución de la población también alentó la inmigración, aunque para tomar trabajos poco calificados o mal pagados.
Todas son lecciones que refuerzan la necesidad de respuestas medidas y cuidadosamente investigadas por los gobiernos actuales.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Puedes hacer clic aquí para leer la versión original en inglés.
Adrian R. Bell es director del departamento de historia y finanzas de la Escuela de Negocios Henley de la Universidad de Reading, Reino Unido. Andrew Prescott es profesor de humanidades digitales de la Universidad de Glasgow, Reino Unido. Helen Lacey es profesora de historia medieval de la Universidad de Oxford, Reino Unido.