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ECOTRACKERS Y LA DESINFORMACIÓN EN LA SALUD
ECOTRACKERS Y LA DESIFORMACION EN LA SALUD
Ecotrackers es una fundación registrada en el Ministerio de Turiso de Ecuador, que protege la biodiversidad, la diversidad cultural y la salud en Ecuador, mediante el turismo.
El turismo se ha convertido en el pricipal medio de propagación de enfermedades y esto fue mas visible en la peste de la Chicungunya, que llegó América desde República Dominicana, la isla turística importante del Caribe.
En este momento, las pestes se mueven por vía aérea fundamentalmente, a diferencia de lo que ocurrió en el sigo XVI, en que se produjo el descubriimiento de América, en que las pestes llegaron en los barcos.
Durante la pandemia, la propagación de la peste por el Covid y todas sus variantes, se produjo de manera extraordinariamente rápida. Además, la peste se expandió por todo el planeta, lo que no hizo notar lo es la llamada globalización.
Luego de la pandemia, que significó el más grande negocio de la historia, para las empresas farmaceúticas, en Ecuador la publicidad de fármacos, cosméticos, y productos naturales se disparó.
En Ecuador el concepto de publicidad es que se trata de usar la poropaganda para conseguirlo todo, desde poner a un presidente, hasta crear consumidores compulsivos.
Este uso de la publicidad, sin ningun control, como fundamento de los ingresos económicos de los medios privados y estatales para manipular a las masas, se ha convertido en farmaco-dependencias, automedicación, desinformación, y lo que es peor en un negocio similar al narcotráfico, pero sin la ilegalidad.
Mientras en otros países del mundo, la venta de farmacos, está controlada por entidades estatales, en Ecuador, el Ministerio de Salud, que tiene que controlar la venta de farmacos, e incluso de alimentos preparados y conservados, no tiene un sistema de alerta temprana que califique a la publicidad, como publicidad engañosa, perniciosa, o falsa.
Además los canales de televisión, los contenidos de internet, usan las noticias, las entrevistas, la publicidad, e inclusive programas religiosos para crear clientes, para las empresas que patrocinan programas, o inclusive para curanderos o brujos.
El periodismo que se practica en Ecuador, es el periodismo mercenario, en que el periodista crea noticias, busca información, explora lo que pasa, pero sólo puede decir lo que el jefe de redacción le permite.
El periodismo en Ecuador es el mecanismo mediante el cual individuos que investigan delitos, se convierten en victimas de la violencia, y de los violentos o corruptos que investigan, pero una forma de influir en los gobernantes de turno, incluso de poner y quitar presidentes, como lo hacen los periodistas de CNN.
En los programas de relleno como los programas para las amas de casa, se entrevista a médicos, que usan el programa para darse fama, y pescar clientes, pero además para repetir como loros lo que les han dicho los viejos libros en que estudiaron, sus viejos profesores, o las casas farmaceúticas mediante sus visitadores a médicos y sus muestras gratis.
Las muestras gratis siven a los médicos para hacer negocio con los medicamentos dentro de los consultorios, o para llevar a sus pacientes hacia la farmacia que los venden.
A los médicos no sólo que se les ofrece muestras gratis e información gratuita de los nuevos medicamentos, sino que las casas farmaceuticas, financian los cogresos de médicos, y a los expositores que tienen hacer propaganda de los medicamentos.
En Ecuador, el sistema de salud está dividido en tres segmentos, en el del Ministerio de Salud, que ofrece medicina gratuita, el del Seguro Social y Seguro Social Campesio, que ofrece medicina a los que pagan por su afiliación al seguro, y la medicina privada que puede ser corporativa, como las clinicas y hospitales, los seguros privados, o individual por los medicos generale o especialistas que tiene su clínica o consultorio privado.
Pero es legal también la medicina alternativa, de las vendedoras de plantas medicinales en lso mercados, de los curanderos, la medicina religiosa que tiene programas de televisión como Pare de Sufrir, de una transnacional religios de Brasil, que usa la medicina milagrosa, y hay tambien las peregrinaciones, o la medicina shamánica especialmente en la Provincia de Santo Domingo, de donde proceden los mas famosos shamanes y curanderos que son de la comunidad Tzachila, o de la Amazonía, donde se practica la narco-medicina a base se la ayahuashca.
El sistema de abastecimiento del Ministerio de Salud es mediante las llamadas subastas inversas en que el Ministerio propone la compra y las casas farmaceuticas compiten con sus productos, y precios por satisfacel la demanda del gobierno.
En estas subastas como en todo el aparato estatal de Ecuador, desde los tiempos de la Colonia, es decir desde hace 500 años, hay una cultura de corrupción y sobornos que se hizo mas visible durante la pandemia en la que un ex-presidentes Abdalá Bucaram, sus hijos y los narcos, vinculados al llamado Caso Metástasis, pretendieron ganar millones de dólares, durante el gobierno del presidente Lenín Moreno, el presidente que llegó al poder gracias a Rafael Correa, y luego se convirtió en su peor enemigo.
El principal problema del Seguro Social, es desde su nacimiento en 1968, la corrupción en la compra, abastecimiento y entrega de medicamentos por que el Seguro Social, ofrece un mal servicio a sus afliados, caracterizado por la demora, el desabastecimiento, y muchos fracasos terapeúticos.
Cuando trabajé para la Facultad de Medicina como profesor de medicina social en la Escuela de Saneamiento Abiental, que lastimosamente fue eliminada de la Univerisidad Central, también fui el director de Centro de Audiovisuales de la Facultad, y propuse al decano crear el centro de información y promoción de la salud, luego de estudiar en Ciespal Comunicación Radiofónica, con Radio Nederland de Holanda.
En ese tiempo, se dio el boom de las emisoras populares, que fueron el origen de la CONAIE, la Confederacion de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, hoy la más poderosa organización social del paísAdemás las radios populares revolucionaron la educación rural con las emisoras en los campos, que crearon la educación a distancia en Ecuador. Finalmente, radios como Radio La Luna, fueron claves en la caída de los gobiernos de Abdalá Bucara, Yamil Mahuad y Lucio Gutiérrez.Hoy en que la desinformación, la mala información, y la propaganda de medicinas, productos para la salud, desde aparatos hasta plantas medicinales, ha inundado los medios, especialmente la televisión y la internet, creando una atmósfera saturada de medicinas milagrosas, veo la necesidad de que la Fundación Ecotrackes, en alianza con la Facultad de Medicina de la Universidad Central, creen el centro de información de la salud, la biodiversidad, y la diversidad cultural de Ecuador.
La situación de Ecuador
Ecuador, el país más megadiverso por kilómetro cuadrado, está viviendo el problema global de la extinción en masa , y se enfrenta al Cambio Climático, la corrupción y la guerra civil de baja intensidad llamada Conflicto Interno Armado, o Guerra al Narcotráfico, que empezó en el año 2000, durante el gobierno de George W. Bush, y de Jamil Mahuad, que luego de firmar la derrota de Ecuador en la Guerra de Cenepa, trajo nuevamente a los norteamericanos a territorio de Ecuador, de donde fueron expulsados en 1946, por el Gobierno de Velasco Ibara, tras la firma del Tratado de Río de Janeiro, el 28 de enero de 1941.El Tratado de Río Janeiro fue el origen de una larga era de rivalidad con Perú que empezó en 1941 y terminó en el año 2000.
Este tratado impuso los límites entre Ecuador y Perú, determinados por el presidente norteamericano Delano Roosevelt. Esta guerra fue por el caucho de la Amazonía.En 1936, esto es, 5 años antes de la invasión peruana a Ecuador, el gobierno de Estados Unidos necesitaba más caucho de Iquitos , que era su principal proveedor, pero este caucho venía de las selvas amazónicas de Ecuador. Ecuador era entonces el principal proveedor de caucho de Alemania y de los Nazis desde los años 30, por eso Estados Unidos fue el aliado de Perú en la guerra de 1941.
La derrota en la guerra y el tratado de Río de Janeiro quitaron a Ecuador casi la mitad de su territorio, y permitió las bases militares de Estados Unidos en Galápagos.
Hoy Ecuador está enfrentado a los carteles más poderosos del mundo por el tráfico de cocaína, y se ha convertido en el país más violento de Sudamérica, uno de los más violentos del mundo, con ciudades como Guayaquil y Durán a la cabeza de este desastre humanitario.
Durante el gobierno de Guillermo Lasso, Ecuador se convirtió en el principal exportador de cocaína a Europa, pues este gobierno entregó el control del Puerto de Guayaquil y de las aduanas marítimas del país a la Mafia Albanesa, que financió su campaña electoral.
El gobierno de Lenin Moreno trajo de regreso a los norteamericanos a Manta, puerto de donde fueron sacados por el gobierno de Rafael Correa, y es más, los regresó a Galápagos, las islas estratégicas frente al Canal de Panamá, desde donde, ahora gracias al gobierno de Guillermo Lasso, que canjeó las islas por 1.600.000.000 Usd. dándoles no sólo las islas, sino además el control sobre 200.000 km2 de nuestro mar territorial.
Hoy, las Galápagos y el conflicto interno armado son el anzuelo que tiene Ecuador para poder invadir Estados Unidos con nuestros migrantes, que han convertido a ese país en nuestra principal fuente de empleo y de remesas.
Seguramente, gracias a esos migrantes podremos poner al próximo presidente de Estados Unidos, y si no, a al menos a algún gobernante, como hoy lo hacen los mexicanos en California, o los cubanos en Florida.
Seguramente nosotros, con los colombianos, dominicanos, puertorriqueños, venezolanos, los latinos de la Gran Manzana, pondremos el próximo gobernador de Nueva York, que por ahora está en manos de los italianos, o los negros de USA, desde la posguerra mundial.
La Guerra en la Frontera, como se denomina ahora a la campaña contra los inmigrantes que invaden Estados Unidos, y que está entrando en la fase decisiva en estas próximas elecciones del 2024, en que Donald Trump ofrece deportar hispanos por millones,
y esto le puede dar el triunfo sobre Biden, pero es el camino directo a la confrontación entre Estados Unidos y América Latina, su patio trasero, es decir, sus colonias.
Estados Unidos vie lo mismo que el Imperio Romano, cuando se vio invadido pacíficamente por los Godos, que eran parte de los trabajadores de Roma, finalmente al pretender expulsarlos terminó siendo derrotado por Alarico el jefe Godo que terminó con el Imperio.
Es muy posible que en este siglo XXI llegue el final del Imperio norteamericano, y que sus verdugos sean los países de su patio trasero que lo están invadiendo ya.
Los dos únicos países del mundo que permiten los anuncios de TV de medicamentos con receta (y por qué los médicos piden prohibirlos)
¡O-o-Ozempic! canta un coro de fondo, mientras familias sonrientes practican drives en un campo de golf o juegan a tirar un lazo en un pueblo ambientado en el antiguo oeste.
Si enciendes la televisión en Estados Unidos es altamente probable que traten de venderte un medicamento para tratar las más diversas afecciones, desde la obesidad, la depresión, la diabetes o la disfunción eréctil hasta el VIH y el cáncer.
A cualquier hora de día, a un anuncio de uno de estos fármacos le sigue otro. Y luego otro más.
Las farmacéuticas gastaron US$1.680 millones en campañas publicitarias en 2022 solo para los 10 medicamentos más anunciados, entre ellos el famoso antidiabético adelgazante Ozempic y otros compuestos para tratar desde pólipos nasales hasta la artritis reumatoide.
La publicidad directa al consumidor de estos productos que se venden bajo receta médica está prohibida en todos los países del mundo excepto en Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Los comerciales de medicamentos con receta no siempre han sido legales en Estados Unidos; de hecho, son un fenómeno relativamente reciente.
Hasta los años90, como en casi todos los países del mundo, las farmacéuticas dirigían sus esfuerzos publicitarios y de marketing exclusivamente a los médicos.
Pero el paradigma cambió en la última década del siglo pasado. ¿Por qué?
“Surgieron otros actores en el sector de la salud como las aseguradoras, las compañías farmacéuticas se volvieron mucho más poderosas y se produjo el auge del ‘movimiento de los consumidores’ que ayudó a empoderar a los pacientes para que tomaran sus propias decisiones”, explica a BBC Mundo la investigadora Jeanne Madden, experta en sistemas de salud de la Northeastern University de Boston.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) fue relajando las restricciones hasta finalmente abrir las puertas -primero en periódicos y revistas y más tarde en radios y televisiones- a los anuncios de fármacos bajo prescripción médica.
Bajo las nuevas normas, el gasto en publicidad de las farmacéuticas se disparó de unos US$1.000 millones en 1997 hasta más de US$4.000 millones en 2005, según datos de la consultora IMS Health.
Y desde entonces hasta la presente década la cifra ha seguido creciendo.
Hoy las farmacéuticas gastan entre US$8.000 y US$12.000 millones anuales en publicidad, según estimaciones de varias fuentes, y gran parte del presupuesto corresponde a anuncios televisivos de medicamentos con prescripción médica.
Dos restricciones
La FDA impone dos limitaciones a todo anunciante que desee promocionar en los medios sus fármacos con receta.
Debe informar de los principales efectos secundarios del producto -por lo general, las farmacéuticas lo hacen de forma rápida en los últimos segundos del espacio publicitario- y no puede prometer beneficios para la salud infundados.
Y, ¿qué les ocurre a quienes infringen estas normas? Primero reciben una carta de advertencia y, si reinciden, se enfrentarían a una multa de US$250.000 por publicidad falsa o engañosa.
Sin embargo, según algunos expertos, las autoridades estadounidenses aplican de manera bastante laxa sus regulaciones.
“La actividad de la FDA en este ámbito ha sido mediocre en los últimos años”, sentencia Robin Feldman, especialista en derecho de propiedad intelectual y farmacéutica de la Universidad de California.
Alega que la agencia reguladora “tiende a centrarse estrictamente en detalles como los efectos secundarios en lugar de abordar cuestiones más amplias de la publicidad médica”.
“En teoría exige que los anuncios de medicamentos recetados comuniquen un equilibrio justo de beneficios y riesgos; pero, en la práctica, las investigaciones sugieren que las farmacéuticas no suelen transmitir una imagen equilibrada de su producto”, explica a BBC Mundo.
Y especifica que, “pese al fuerte aumento de la publicidad para los consumidores y la evidencia de publicidad problemática, la FDA emitió solo cinco cartas de advertencia en 2020, mientras que en 2008 habían sido 21”.
Jeanne Madden, por su parte, cree que las empresas del sector suelen cumplir con las regulaciones y por eso apenas hay sanciones.
Sin embargo, denuncia que “hay presiones para permitir que las corporaciones tengan cada vez más ‘libertad de expresión’ y digan lo que quieran sobre lo que venden, así como un movimiento masivo conservador para simplemente desmantelar las regulaciones federales en todos los ámbitos”.
El lado oscuro
Desde que los anuncios de medicamentos con receta invaden los hogares, en Estados Unidos se libra un intenso debate sobre su conveniencia.
Las voces críticas argumentan que estimulan la demanda de fármacos caros y prescindibles, además de elevar los costos de la atención médica sin necesariamente mejorar los resultados en la salud de los pacientes.
La Asociación de Médicos de Estados Unidos (AMA por sus siglas en inglés) ha exigido en varias ocasiones que se prohíba la publicidad directa al consumidor.
Esta práctica “infla la demanda de medicamentos nuevos y más caros, incluso cuando estos medicamentos pueden no ser apropiados", reza un comunicado que emitió en 2015 la principal asociación de médicos y estudiantes de medicina del país.
Algo que también preocupa a profesionales del sector es que en muchas ocasiones los pacientes acuden a la consulta de su médico con la decisión ya tomada sobre qué medicamento necesitan para tratarse.
“Tal vez el médico no considere que el medicamento sea adecuado, o existan contraindicaciones importantes, y esto sitúa al doctor en una posición incómoda”, explica Gary Young, director del Centro de Políticas Sanitarias e Investigación Sanitaria de la Northeastern University.
Young argumenta que, en estos casos, los médicos pueden tender a aceptar la petición -equivocada- de su paciente para evitar que éste le evalúe negativamente en el formulario posterior a la consulta, lo que afectaría a su reputación e ingresos.
Los críticos también alegan que los anuncios promueven la medicalización de condiciones que son normales o menores, alentando a los consumidores a buscar intervenciones farmacéuticas en situaciones que podrían no requerir tratamiento médico.
Voces a favor
Para muchos, sin embargo, la publicidad de fármacos con receta también tiene un lado positivo.
Sus defensores argumentan que educa a los consumidores sobre enfermedades y opciones de tratamiento disponibles, aumentando su conocimiento y empoderándolos para participar activamente en el cuidado de su salud.
Y, al estar más informados sobre las opciones de tratamiento y los beneficios de mantener un régimen médico, los pacientes podrían ser más propensos a seguir las indicaciones de sus tratamientos prescritos.
“Esto es coherente con la perspectiva de nuestro país sobre la atención sanitaria y otras cuestiones, en el sentido de que ponemos mucho énfasis en la toma de decisiones individuales”, indica Young.
“No queremos que el gobierno diga: ‘Usted no puede tener esta información'. La perspectiva estadounidense es: 'Sí, obtengan la información, esperamos que la utilice de la mejor manera posible’, sin depender de que el gobierno lo autorice. Aunque el médico tome la decisión final, usted estará armado con esa información”, argumenta.
Quienes defienden su legalidad también creen que estos anuncios incentivan a los pacientes a consultar a sus médicos sobre síntomas o condiciones que de otro modo podrían ignorar, facilitando diagnósticos tempranos y la intervención médica adecuada.
Exponen, por último, que fomenta la competencia en el mercado farmacéutico, incentivando a las empresas a mejorar sus productos y a desarrollar tratamientos innovadores.
El caso de Nueva Zelanda
Nueva Zelanda es el otro país del mundo donde se permite la publicidad directa al consumidor de medicamentos con receta, si bien hay algunas diferencias con Estados Unidos.
El marco regulatorio neozelandés, supervisado por el Ministerio de Salud, impone normas más estrictas para asegurar que los anuncios sean precisos y equilibrados, y prevenir la difusión de información engañosa.
Por ejemplo, el Sistema de Preevaluación de Publicidad Terapéutica (TAPS) exige la aprobación previa de los anuncios antes de su difusión.
En contraste con el enfoque estadounidense, que no requiere aprobación previa, el modelo de Nueva Zelanda se considera algo menos permisivo con las farmacéuticas.
Y la agencia gubernamental Pharmac negocia los precios de los medicamentos, lo que los hace más accesibles.
Según expertos, esto también limita de forma indirecta la necesidad de un marketing agresivo de las compañías farmacéuticas, lo que marca la diferencia en relación al entorno altamente competitivo y costoso de EE.UU.
En todo caso, también en Nueva Zelanda hay un fuerte debate sobre los potenciales efectos negativos de los anuncios de fármacos con receta, con numerosas voces en contra en el sector.
El New Zealand Medical Journal (NZMJ), la principal revista científica de la profesión médica en el país, publicó un editorial en el que exigía ilegalizar estos anuncios y culpaba de que esto aún no haya ocurrido al poderoso lobby de las farmacéuticas y su estrecha conexión con la élite política.
“La evidencia disponible indica que prohibir los anuncios directos al consumidor ayudaría a promover la salud de la población al reducir el sobrediagnóstico, el sobretratamiento y los daños iatrogénicos”, aseguraban.