La enfermedad de Chávez

Hugo Chavez, el líder de la Revolución Bolivariana, se enfrenta al mayor reto de su vida, la muerte.  Su muerte significa indudablemente el fin de una época en que por primera vez en América Latina, un gobernante, consiguió el poder suficiente gracias a su respaldo popular, nacional e internacional, al petróleo, a las repetidas derrotas del ejercito norteamericano y sus aliados en Somalia, Irak, Afganistán y ahora en Libia, pues el haber fallado el derrocamiento rápido de Kadafi, es en sí ya una derrota.  Y a esto se suma una crisis económica de los países desarrollados, por endeudamientos masivos impagables.
La situación es compatible con la muerte de Lenin en 1927, al gran pensador y líder, que se atrevió a enfrentar los dogmas religiosos, y propuso la igualdad de los seres humanos en la práctica, mediante la educación, el trabajo, la supresión de la propiedad privada, la libertad sexual, la igualdad de genero, raza sin discriminaciones por localicazacion geográfica, y mas, le sucedió un asesino camuflado llamado Stalin.  Para el pueblo ruso, el contar con un criminal sin escrúpulos y con la invasión alemana, marcó su historia.  El resultado es que Stalin logró derrotar a los invasores, mantener el enorme territorio ruso e incluso expandirlo y finalmente dar a la Unión Soviética un poder extraordinario.  Pero el precio fue enorme, tanto que a Stalin se lo puede calificar de genocida de su propio pueblo.
Simón Bolivar vivió una historia diferente, tras su muerte, Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela se convirtieron en territorios de violencia y saqueo y sus rezagos de injusticia, tras 180 años, aun palpita en Colombia.  Una sucesión incontable de caudillos emergieron para hacer trizas la Gran Colombia, amparados por los Imperios comerciales de la época y los industriales de la actualidad, a fin obtener materias primas y mano de obra barata.
La consolidación de la unidad latinoamericana está en peligro.  Se trata de una organización que de consolidarse llegaría a poseer las mayores reservas de información genética, agua, alimentos, minerales y petróleo del planeta; y que de llegar a tener el poder y la organización suficiente para disponer de manera autónoma de estas riquezas, podría doblegar los caprichos y trastornar las comodidades que el mundo desarrollado dispone en la actualidad, a costa de una Africa desbastada, de una Asía hambrienta, con mano de obra ultra barata, que multiplica diariamente su demandas y una America Latina, que regala sus recursos.

La tragedia de los grandes líderes es que son en muchos casos la cúspide a la que llegan las transformaciones que ellos generan.   Les sigue  un declive que da paso a otras alternativas, que en su mayoría se trata de visiones limitadas,  de chacales tratando de devorar la carroña que queda de los sueños frustrados.
 La cultura de esbirros, secuaces, incondicionales y macacos que nace bajo la sombra de los caudillos enormes, crece de manera impresionante cuando el árbol que al comienzo las abrigaba cae.  Entonces se disputan los rayos del sol pretendiendo cada uno ser más que el otro, así emergieron Páez y Flores dos llaneros ignorantes y brutales, como líderes de Ecuador y Venezuela y el siniestro Santander en Colombia, tras la muerte del Libertador Bolívar.
El inevitable fin de todo gobierno, significa por otro lado el dar oportunidad a otras visiones diferentes, que sean capaces de generar  alternativas a esta desnivelada relación internacional, en que los que tienen concentrado el dinero, el poder y los conocimientos, pretenden que el mundo siga su norte.
Chávez ha abierto  una posibilidad, pero es seguro que habrá otras y que todo buen gobierno como todo buen padre, lo que hace es  proteger la vida de su gente, canalizar recursos, crea espacios de conviencia, educar y finalmente dar derechos, pero cuando esta visión es  intradomiciliaria,  los presidentes son intrascendentes.
La más importante contribución de Chávez, es que se atrevió a tener una visión extraterritorial, a usar lo que Venezuela produce, para crear modelos de economías complementarias en el tercer mundo y para decir a Estados Unidos y países desarrollados, en los foros mundiales lo desacertado de su proceder, con un coraje y humor, que la prensa y los medios masivos de comunicación, que son los principales instrumentos de la política, pretendió descalificar.
Pero me aterra ver a los fanáticos de Chavez, aquellos seres humanos que no pueden llenar su vida con lo que nace de sí mismos y la llenan con ídolos, santos, dioses, fetiches y cuanto puede llenar de euforia sus poco reflexivos cerebros dogmáticos,  a morir.