A no dudarlo Rafael Correa es el presidente de el último cuarto de siglo en Ecuador. Después de la Guerra del Cenepa, en 1995, Ecuador vivió una inestabilidad producida por factores económicos debido al peso de su deuda externa, los malos precios del petroleo y otros productos exportables del país y por la poca ética de los partidos políticos y de sus dueños, que hasta el día de hoy se los puede calificar de personajes populares, pero podridos por sus círculos cercanos, o por líderes bajo la sombra de sus banderas políticas.
Esta inestabilidad tambíen fue producida por la desmedida codicia de banqueros y empresarios que veían en este país el paraíso del enriquecimiento rápido y sin escrúpulos.
La movilización de la población empezó con la CONAIE, que hizo del bloqueo de carreteras una arma eficaz par obtener tierras, recursos económicos para sus administraciones seccionales y para bloquear leyes o tratados internacionales, que consideraban perjudiciales.
A esta movilización le siguió la gran movilización nacional con jóvenes y adultos ansiosos de tomar las armas, para ir a combatir en la frontera amazónica con el Perú.
A partir de ese momento Quito, la capital, se convirtió en una ciudad movilizada, que fraguó la caída de los presidentes Abdala Buraram, Jamil Mahuad, en la que militares, indígenas y perjudicados del feriado y cierre bancario se aliaron y de Lucio Gutiérrez, que llevó a la movilización pacífica más larga, constante y eficaz contra un gobierno, mediante marchas nocturnas y diarias de los llamados Forajidos.
La llegada de Correa, cambió por completo esta inestabilidad. Por 5 años, el país ha vivido el más prolongado período de calma. Las huelgas anuales de los profesores, trabajadores de la salud y de cuanto municipio, concejo provincial y sector de trabajadores públicos existía, han desaparecido.
Esto no quita que una protesta de la policía, el 30 de septiembre del 2010, estuvo a punto de derrocar al gobierno.
Pero primera vez, este país vive una calma política, que no es lo mismo que una calma social, pues hay descomposición social, debido a innumerables factores, que no son sólo de tipo Estatal, sino sicológico, y particular de personas, que viven crisis que se traducen en violencia.
A más de esta transformación en el desempeño laboral de los servicios públicos y sus empleados, se vive una transformación de la ocupación física del territorio, gracias a una transformación vial, que sumada a la electrificación y expansión de la telefonía, están acercando a las personas y lugares. Pero también significa mayor deforestación y devastación de la naturaleza, que hasta el momento es el punto más débil de este gobierno.
Hay también una transformación en la comunicación publica, pues antes los dueños de los medios eran además los dueños de la verdad. Hoy los medios enfrentan a leyes, a la competencia de los medios púbicos o comunitarios y a niveles de calidad en programación y contenidos, que los han puesto de rodillas. La población tiene una conducta crítica frente a las noticias y comentarios que se publican, tanto por parte del Estado, como por parte de la empresa privada.
Hay una transformación humana que parte de reconocer como iguales a los de otras razas, etnias, géneros, religiones y capacidades, incluidos los discapacitados, o los que tienen deficiencias, que les han ayudado a desarrollar capacidades especiales.
La vivienda propia, dejo de ser promesa y se ha convertido en casitas, que sobre todo abrigan el calor humano de personas, que en ellas cultivan hijos, que estudian para hacer de su talento la mayor riqueza.
Los trabajadores por primera vez sienten que sus derechos no son negociables, que el que quiere usar su fuerza y sus conocimientos tiene que pagar, un salario justo y debe asegurarlos.
Los que hicieron fortuna por primera vez tienen que decir como la hicieron, de donde salió su riqueza.
Esto era un tabú, pues en este país el que tenía dinero, no tenia porque rendir cuentas a nadie.
Los gobiernos anteriores se esforzaban por convertir a este país en paraíso para inversionistas, que buscaban saquear los recursos naturales, mano de obra barata, y consumidores desesperados, que paguen más. Gente y empresas que quería el enriquecimiento rápido, no la ganancia justa.
Eran gobiernos que les interesaba que nos vieran a los ecuatorianos como bueno pagadores de deudas, de créditos internacionales, créditos que había servido para multiplicar el poder y la riqueza de los "afortunados " de este país, en lugar de que se nos viera como un semillero de gente capaz de producir productos de consumo y no materias primas, con capacidad laboral calificada y con talento propio, por los que se tiene que pagar bien.
La conducta del Presidente, de ser un pintiparado, que se muestra como el elegante maestro de ceremonias de todo tipo, paso a ser la de el individuo que pone en evidencia y a la luz pública cada minuto de su gestión y se reserva al máximo los aspectos de su vida personal, poniendo a buen recaudo de los "bocones" de medios, a la familia, los amigos y los afectos personales. Es indudable que hay una diferencia entre este presidente inteligente y los que le precedieron, vanidosos, torpes y timoratos.
La salud y la educación, el tener gente sana y gente estudiada para cambiar los destinos del país, desde cada casa, cada barrio, parroquia, cantón o provincia. El apostar al recurso humano como principal riqueza del país, ha sido otra de las visiones tangibles que su gobierno está construyendo.
Como cosas en contra, se puede decir que el país está deslumbrado, no hay una visión una capacidad ejecutiva y una conducta con capacidad similar y peor, superior, no hay quien le haga calorcito en una disputa electoral, pero bajo su sombra, una enorme burocracia de arribistas, están rumiando y corroen su labor, esto se multiplica en la medida en que los partidarios y miembros del partido pasan a ser multitudes que quieren amarres y acomodos.
A menos que haya un imprevisto, las próximas elecciones son de Correa y esperamos que sea un período que aliente a visonarios a tomar la posta. Su actual trayectoria ya es un ejemplo de buen gobierno. Por ahora tiene bien ganado el derecho a postularse a la reelección , como le permite la Constitución.
Esta inestabilidad tambíen fue producida por la desmedida codicia de banqueros y empresarios que veían en este país el paraíso del enriquecimiento rápido y sin escrúpulos.
La movilización de la población empezó con la CONAIE, que hizo del bloqueo de carreteras una arma eficaz par obtener tierras, recursos económicos para sus administraciones seccionales y para bloquear leyes o tratados internacionales, que consideraban perjudiciales.
A esta movilización le siguió la gran movilización nacional con jóvenes y adultos ansiosos de tomar las armas, para ir a combatir en la frontera amazónica con el Perú.
A partir de ese momento Quito, la capital, se convirtió en una ciudad movilizada, que fraguó la caída de los presidentes Abdala Buraram, Jamil Mahuad, en la que militares, indígenas y perjudicados del feriado y cierre bancario se aliaron y de Lucio Gutiérrez, que llevó a la movilización pacífica más larga, constante y eficaz contra un gobierno, mediante marchas nocturnas y diarias de los llamados Forajidos.
La llegada de Correa, cambió por completo esta inestabilidad. Por 5 años, el país ha vivido el más prolongado período de calma. Las huelgas anuales de los profesores, trabajadores de la salud y de cuanto municipio, concejo provincial y sector de trabajadores públicos existía, han desaparecido.
Esto no quita que una protesta de la policía, el 30 de septiembre del 2010, estuvo a punto de derrocar al gobierno.
Pero primera vez, este país vive una calma política, que no es lo mismo que una calma social, pues hay descomposición social, debido a innumerables factores, que no son sólo de tipo Estatal, sino sicológico, y particular de personas, que viven crisis que se traducen en violencia.
A más de esta transformación en el desempeño laboral de los servicios públicos y sus empleados, se vive una transformación de la ocupación física del territorio, gracias a una transformación vial, que sumada a la electrificación y expansión de la telefonía, están acercando a las personas y lugares. Pero también significa mayor deforestación y devastación de la naturaleza, que hasta el momento es el punto más débil de este gobierno.
Hay también una transformación en la comunicación publica, pues antes los dueños de los medios eran además los dueños de la verdad. Hoy los medios enfrentan a leyes, a la competencia de los medios púbicos o comunitarios y a niveles de calidad en programación y contenidos, que los han puesto de rodillas. La población tiene una conducta crítica frente a las noticias y comentarios que se publican, tanto por parte del Estado, como por parte de la empresa privada.
Hay una transformación humana que parte de reconocer como iguales a los de otras razas, etnias, géneros, religiones y capacidades, incluidos los discapacitados, o los que tienen deficiencias, que les han ayudado a desarrollar capacidades especiales.
La vivienda propia, dejo de ser promesa y se ha convertido en casitas, que sobre todo abrigan el calor humano de personas, que en ellas cultivan hijos, que estudian para hacer de su talento la mayor riqueza.
Los trabajadores por primera vez sienten que sus derechos no son negociables, que el que quiere usar su fuerza y sus conocimientos tiene que pagar, un salario justo y debe asegurarlos.
Los que hicieron fortuna por primera vez tienen que decir como la hicieron, de donde salió su riqueza.
Esto era un tabú, pues en este país el que tenía dinero, no tenia porque rendir cuentas a nadie.
Los gobiernos anteriores se esforzaban por convertir a este país en paraíso para inversionistas, que buscaban saquear los recursos naturales, mano de obra barata, y consumidores desesperados, que paguen más. Gente y empresas que quería el enriquecimiento rápido, no la ganancia justa.
Eran gobiernos que les interesaba que nos vieran a los ecuatorianos como bueno pagadores de deudas, de créditos internacionales, créditos que había servido para multiplicar el poder y la riqueza de los "afortunados " de este país, en lugar de que se nos viera como un semillero de gente capaz de producir productos de consumo y no materias primas, con capacidad laboral calificada y con talento propio, por los que se tiene que pagar bien.
La conducta del Presidente, de ser un pintiparado, que se muestra como el elegante maestro de ceremonias de todo tipo, paso a ser la de el individuo que pone en evidencia y a la luz pública cada minuto de su gestión y se reserva al máximo los aspectos de su vida personal, poniendo a buen recaudo de los "bocones" de medios, a la familia, los amigos y los afectos personales. Es indudable que hay una diferencia entre este presidente inteligente y los que le precedieron, vanidosos, torpes y timoratos.
La salud y la educación, el tener gente sana y gente estudiada para cambiar los destinos del país, desde cada casa, cada barrio, parroquia, cantón o provincia. El apostar al recurso humano como principal riqueza del país, ha sido otra de las visiones tangibles que su gobierno está construyendo.
Como cosas en contra, se puede decir que el país está deslumbrado, no hay una visión una capacidad ejecutiva y una conducta con capacidad similar y peor, superior, no hay quien le haga calorcito en una disputa electoral, pero bajo su sombra, una enorme burocracia de arribistas, están rumiando y corroen su labor, esto se multiplica en la medida en que los partidarios y miembros del partido pasan a ser multitudes que quieren amarres y acomodos.
A menos que haya un imprevisto, las próximas elecciones son de Correa y esperamos que sea un período que aliente a visonarios a tomar la posta. Su actual trayectoria ya es un ejemplo de buen gobierno. Por ahora tiene bien ganado el derecho a postularse a la reelección , como le permite la Constitución.
