El 11 de septiembre: Hechos que afectaron la vida de los Ecuatorianos


Por Maximiliano Moreno Hidalgo
Para Estados Unidos, el 11 de Septiembre, significa un antes y un después.  Antes de esa fecha este país era un país que recibía a inmigrantes de todo el mundo, que controlaba la economía del planeta, que tenía un control sobre gobiernos, que aunque perdió la guerra de Vietnam, era una potencia prácticamente invencible, no sólo en los campos de batalla militar, sino en los campos de batalla económica, pues había logrado el fin de la Unión Soviética y de los gobiernos comunistas de Europa del Este.
Sobre Ecuador, al igual que sobre la totalidad de los países se América Latina, excepto Cuba, los controlaba como un jugador controla sus piezas en un tablero de ajedrez.  Cuba, el único país renuente,  un clavo en el zapato, que no adoptaba sus recomendaciones,   en realidad no es una potencia militar capaz de intimidar al coloso del norte, que en la guerra de los Balcanes, demostró su capacidad de fuego.  Cuba era una potencia moral.  Algo nuevo, un Robin Hood, un Sandokan, un Gerónimo, el indio apache, que como Toro Sentado, o el Che Guevara, Espartaco o Cristo, representaba la integridad opuesta al poder.
Con USA a la cabeza, el dinero se llegó a convertir en la sangre del mundo, tanto para los gobiernos de derecha, que favorecían el enriquecimiento privado, como para los del centro o de izquierda.  Estos últimos, que pretendían que los partidos políticos, con poder a perpetuidad, basados en una fuerza militar de resistencia, en una  educación, economía, y domesticación humana;  que prometía la igualdad entre todos los seres humanos,  y a los que se deben los derechos de los trabajadores, las mujeres, los sin tierra, y más marginados del planeta, adquirieran otra situación, se levantaran en revoluciones, procesos de independencia, de identidades culturales, religiosas, y territoriales en todo el globo.
Estados Unidos, fue la potencia industrial, que emergió de una guerra entre las potencias coloniales, que desde el descubrimiento de América, convirtieron a Europa en el mayor poder conocido en este planeta, primero como imperios morales o religiosos, donde el cristianismo se convirtió en la religión más grande de la Tierra, luego como potencias comerciales.  El desarrollo industrial, fue la clave de su poder.  Este desarrollo industrial, a diferencia del desarrollo comercial que se basa en el transporte, se basaba en la capacidad de las máquinas para hacer que los seres humanos, superaran todos los límites imaginados.
Tanto el poder comercial como el poder industrial, se fundamentan en el poder de ciudades,  en las ciudades, a más de la diversidad de profesiones y actividades humanas, hay un ambiente artificial, que permite superar las inclemencias de la naturaleza, aquí se crearon monedas, el dinero, una medida para equiparar y valorar el trabajo humano, pero también las necesidades humanas, de manera que si un trabajo es más eficiente, imaginativo, e innovador,  usa los recursos humanos, materiales y el tiempo con una productividad y genera satisfacción o demanda, va a producir dinero. Así pues, el dinero no es como lo definió Carlos Marx, la simple medida del trabajo humano.
En la medida que los imperios se desarrollaron desde la época de Roma, su modelo de dominación se fundamentaba en la concentración del poder, la riqueza y los conocimientos en ciudades.   Pero cuando el dinero se convirtió en la sangre de la sociedad humana, el dinero ya no sólo se concentró en ciudades, sino en personas y llegó a su punto culminante,  al concentrar a estas personas más ricas del planeta en un edificio:  el World Trade Center de Nueva York.
En este lugar se llegó a tener la mayor información comercial e industrial del mundo.  Pero más allá de esto, se llegó a concentrar la moral del dinero, que es en esencia, la anti-moral.  El dinero es la negación de la moral.   Para el dinero sólo existe la ganancia, todo lo que genera ganancia, es moral.  Esta característica del dinero, hizo que la iglesia católica durante la época colonial de América, hasta hoy sea cuestionada, pues generar dinero ha sido su prioridad, y se la acusa de camuflarse en sermones que hablan de pobreza, dentro de templos de oro.
Hoy asistimos a la invasión de los países petroleros como Irak o Libia, o de tránsito petrolero, como Afganistán, donde se justifica la intervención militar de Estados Unidos y Europa, como aliados contra regímenes injustos, en tanto la injusticia por la super-explotación humana iniciada con la esclavitud negra en el siglo XVI, por estas potencias, que hoy genera tragedias humanitarias en Africa, no merece esta gestas "heroicas".  En estos países,  donde las posibilidades de ganancia son menores, las invasiones para detener las mortandades no son interesantes, aquí no vale la moral del dinero o anti-moral.
La  anti-moral del dinero, a su vez ha creado un poder paralelo que se pretende combatir,  este poder paralelo  se basa en resolver la demanda de una sociedad, donde el comfort, el lujo o el placer se tradujo de dinero, la ganancia el espectáculo público donde los buenos deportistas se les reconoce con billetes:  es así como nace el mercado de estupefacientes, que inicialmente estuvo en mano de las potencias europeas, que usaron el alcohol y el opio para someter a pueblos de América, Africa  y Asia;  pero hoy se ven ante la el hecho de que los pueblos a los que sometieron,  les proveen a su gente, dentro y fuera de sus territorios, a nivel mundial, de narcóticos, convirtiéndose en un poder que puede superar las estructuras policiales y militares bajo su control.  El narcotráfico, el trafico humano, el trafico de animales o de madera, de órganos, son formas nuevas y sofisticadas en que el dinero y su anti moral, llega a superar todos los escrúpulos de la sociedad humana.
El centro de esta nueva anti-moral, fueron las Torres Gemelas, aquí lo único importante eran las ganancias.  El ataque de once de septiembre, significó la pérdida de valiosa información y de personas  que eran mucho más importante para el negocio mundial, que lo que significó el dolor humano de ser víctimas.
Lo terrible de todo es que la especie humana, encontró una nueva forma de guerra, a la que las potencias dominantes llaman terrorismo, y que consiste en usar seres humanos inocentes, en calidad de armas y no sólo de víctimas.   El uso de seres humanos  como armas, es en sí la guerra, pues en ella, los soldados y las víctimas de los soldados y guerreros,  han sido  usados para obtener poder sobre territorios, personas o cosas consideradas riquezas.  Pero en el terrorismo, usted o yo de la noche a la mañana dejamos de ser personas y pasamos a ser agresores involuntarios que metidos en un avión destruimos objetivos bélicos.
En el terrorismo, gente que no tiene nada que ver con un conflicto entre reyes, caciques, doctrinas religiosas, políticas, económicas, o de cualquier otro tipo, son usadas como objeto de intimidación.   Esta forma de guerra se uso desde el origen mismo de la sociedad humana, la gente de pueblos y territorios que un día vivían su forma de paz, se convirtieron en mecanismo de presión para que los enemigos resolvieran sus diferencias, o cedieran su poder, pero hoy hay una intensión específica de usar el dolor y la vida de una o varias  personas o  específicas, como arma y recurso de extorsión, para conseguir algo que esconde "fanatismos" políticos o religiosos.  Y se diferencia del la delincuencia  que usa los mismo para obtener satisfacciones personales.
El conflicto moral entre las sociedades donde el dinero lo es todo, con sociedades religiosas, donde este poder del dinero es cuestionado, dio paso a un ataque musulmán, contra el cerebro de la sociedad de dominación del dinero, mediante partidos políticos y empresas, que a su vez ha generado una reacción de las potencias industriales por este atrevimiento, mediante guerras contra el mundo musulmán.
Las guerras contra el mundo musulmán que ahora libran las potencias de occidente, a su vez ha generado una crisis económica de su sistema.
La crisis económica que ahora viven las potencias industriales, parte del ataque a las Torres Gemelas, pues la represalia militar movilizó a los ejércitos más caros del mundo, hechos para guerras relámpago, que en una guerra prolongada, como las que llevan contra  gobiernos Islamistas con petróleo, significan agotamiento de recursos de manera acelerada.   Sólo pensemos que un día de ataque de la OTAN en Libia, significa mas de cien millones de dólares en  misiles.
El dinero es al mismo tiempo las alas que hacen volar a los países industrializados, pero es también su "Talón de Aquiles",  sus  ejércitos son extremadamente caros y eso significa que su obesidad les impide ser competencia para formas de combate con recursos mínimos.
El ataque a las Torres Gemelas de Nueva York,  además, significó ante el imaginario del pueblo norteamericano y luego europeo,  con los ataques en Madrid y Londres, que eran vulnerables; algo que parecía inaudito luego de la terrible Segunda Guerra Mundial.   Esta vulnerabilidad no es de tipo militar, es una vulnerabilidad más complicada, es una vulnerabilidad moral, en una sociedad donde los suicidios, sea de manera directa, o mediante narco consumo, anorexia o bulimia, o con explosiones de violencia escolar, etc.  son el pan de todos los días.
Este sistema donde el dinero lo es todo, pues con él y por él se ganan y se pierden elecciones,  se compran conciencias, leyes, acuerdos, y conductas.  Es un sistema donde la verdad desaparece y es reemplazada por la propaganda, o "verdad conveniente",  que entra en un conflicto con el conocimiento, su peor adversario.
El poder del dinero se fundamenta en el oro como patrón de cambio, que luego fue reemplazado por el patrón de productividad industrial, pero que tenía a los bienes inmuebles como el paradigma eje.
Antes del once de septiembre, el sistema de dominación de dinero, se basaba en que los bienes inmuebles nunca perdían su valor, en base a esto se otorgaban préstamos en Estados Unidos y el mundo, a personas sin capacidad de pago, para hacer un negocio redondo.  El negocio era darles el crédito para una casa,  de manera que el que recibía el crédito sacrificara sus ingresos, para obtener ese bien, pero si no lo podía pagar, no sólo que perdían el dinero que había cancelado de su deuda, sino que perdían la casa.  El prestamista se quedaba con los pagos y el inmueble.   El negocio era fabuloso, pero resulta que en un momento determinado, millones de casas estaban en manos de los prestamistas banqueros, y estos perdieron liquidez, es decir tenían las casas pero no el dinero, pues no había compradores y no podían recuperar el capital, lo que produjo una quiebra bancaria generalizada de "grandes bancos".
La quiebra bancaria puso de manifiesto que el planeta entero estaba en problemas, pues esos bancos sostenían a las tarjetas de crédito, y si los bancos desaparecían el llamado dinero plástico, es decir el sistema crediticio mundial se podía derrumbar.  La medida salvadora, fue que aquellos bancos en los que se fundamenta el sistema de tarjetas de crédito mundial, sean absorbidos por los gobiernos.  Hoy los gobiernos de los países capitalistas industriales, son los dueños de estos bancos, algo que rompe el segundo paradigma del sistema, que dice que las banca debe estar en manos privadas y no estatales, pues el Estado es un entidad con  supuestos "escrúpulos morales", que se debe a los votantes, en tanto la banca privada se debe sólo a la ganancia.
Pero el once de septiembre tuvo una repercusión severa en países como Ecuador, que para el año dos mil cambio su moneda el sucre por el dólar.  Esto se debió a un fraude bancario que dejó en la calle a millones de depositantes, que prefirieron se ilegales en los países como Estados Unidos, España, Italia  que ser legales en su país.
Estados Unidos, vio que el permitir el ingreso de extranjeros, era la clave de su vulnerabilidad, pues fueron extranjeros recibidos amablemente en su territorio los que le dieron ese certero golpe, así que comenzó una guerra a los migrantes, que ahora se oculta en la guerra al trafico humano, que propone CNN.
Esta guerra a los migrantes, se ha materializado en la barreara metálica construida en la frontera con su socio más importante en Latinoamérica, con el que firmóel tratado del libre comercio, bajo la promesa de que Canadá, Estados Unidos y México, formarían una comunidad económica como la Comunidad Económica Europea, donde no hay fronteras para los habitantes de los diferentes países que la integran.
La respuesta de los mexicanos a este engaño,  ha sido que sus mafias, se han convertido en un poder capaz de burlar esa barrera metálica y  policial.  Pueden de introducir  en Estados Unidos, no sólo seres humanos, sino todo, hasta lo más combatido por esa sociedad norteamericana, narcóticos.  Esta es otra guerra que Estados Unidos la está perdiendo.  Pero también la está perdiendo la sociedad mexicana, que ahora está en manos de una violencia incontrolable.
La guerra de Irak al Igual que la guerra de Afganistán y la de Somalía, desataron violencia interna en los países donde la intervención EE UU y sus aliados han actuado.  La violencia interna es "el agujero negro",  que los ejércitos de los países desarrollados no pueden controlar cuando invaden otros territorios y  la que determina su derrota.
A su vez cada intervención militar, significa agitación social, con masas migratorias que de inmediato se convierte en migrantes invasores de países ricos o países vecinos, que desestabilizan el orden mundial que está bajo su control.
La crisis bancaria del Ecuador generó cuatro millones de emigrantes, en su mayoría ilegales, que ahora son parte de la conflicitividad que viven las economías industriales de América y Europa.  Estas economías, luego del once de septiembre, han adoptado una posición hacia la derecha, que pretende cerrar las fronteras y detener la migración, como puntos básicos para conquistar el voto, pues culpan a migración de ocupar sitios de trabajo,  olvidando que los migrantes han ganado espacios dentro de estos países, porque son mejores trabajadores, pues estas sociedades se preocuparon por producir personas más interesadas en estar confortables, comer y divertirse dentro y fuera de su país que en trabajar.







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