Coronavirus: "Se perderán 195 millones de empleos en solo 3 meses" por la pandemia, el alarmante informe de la OIT (y cómo afectará a América Latina)
El efecto de la pandemia global de coronavirus sobre el empleo va a ser "devastador" y superará con creces lo sucedido durante la crisis financiera mundial de 2008-2009, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo.
El covid-19 hará desaparecer globalmente, solo entre abril y junio de este año, el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo.
El daño es muy pronunciado y se ha registrado en muy poco tiempo, dicen los expertos.
Es la crisis más severa desde la Segunda Guerra Mundial, que terminó en 1945.
De hecho, la agencia de la ONU advierte que 4 de cada 5 trabajadores a nivel mundial ya está sufriendo las consecuencias de los confinamientos totales parciales de ciudades enteras que muchos gobiernos se han visto forzados a imponer.
"Drástico impacto"
Es el caso de casi todos los países de América Latina, con la excepción de México y Uruguay que hasta la fecha solo han emitido recomendaciones nacionales, y de Nicaragua.
Los cierres de ciudades, el cierre de negocios, fábricas y de los colegios, las restricciones de viajes y otras medidas para contener la expansión de la enfermedad "han tenido un repentino y drástico impacto en trabajadores y empresas".
Este tipo de medidas afectan actualmente a 2.700 millones de trabajadores, que representan el 81% de la fuerza de trabajo mundial.
"Los trabajadores y las empresas se enfrentan a una catástrofe tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo", declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder".
El documento prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe pierda 14 millones de puestos de trabajo, mientras que Centroamérica verá destruidos 3 millones de empleos.
Las cifras reflejan tanto despidos como la reducción temporal de las horas.
"Esta contracción del empleo sin precedentes ya ha empezado a sentirse en muchos países", dice el documento.
Cifras menores
Ambas regiones van a tener una pérdida de empleo por debajo del ratio global.
Mientras a nivel global las horas de trabajo perdidas en el segundo trimestre del año van a ser del 6,7% según las estimaciones, en Latinoamérica y el Caribe serán del 5,7% mientras que en Centroamérica se sitúan en el 4,5%.
Esto se debe al retraso en el momento en que la pandemia llegó al continente.
Si en Wuhan, China, donde se inició el brote, ya se están adoptando medidas para recuperar la normalidad en las calles, Europa aún está pendiente de alcanzar el pico de contagios y América Latina empieza a hacer frente a la crisis.
"Básicamente lo que reflejan estos datos es una menor progresión de la enfermedad por continentes", explica a BBC Mundo, Roger Gomis, economista de la OIT y colaborador en la redacción del informe.
"Latinoamérica está experimentando por el momento una menor intensidad (de la pandemia) que en otras partes del mundo y después de implementarse medidas de contención puede que la situación se mantenga".
"Pero los datos reflejan una estimación de lo que se va a perder en términos de empleo en el segundo trimestre. Es el escenario más probable por ahora", dice.
¿Qué país de la región se verá más afectado?
El mercado laboral de Latinoamérica tiene 3 vulnerabilidades propias -que comparten casi todos los países de la región- de las que va a depender cómo se verá afectada.
Por un lado, dice Gomis, está la tasa de empleo informal, por otro, los sectores en los que se concentran los trabajadores.
Y a todo esto hay que sumar el margen fiscal y monetario que tiene cada gobierno para ayudar a sus trabajadores.
Perfil sectorial
Las consecuencias van a depender de cuántas personas tenga cada país trabajando en los cuatro sectores que se van a haber más afectados, es decir, del perfil sectorial del empleo.
La OIT ha identificado sectores de la economía que concentran mayor riesgoy que serán las áreas de la economía que más empleos podrían perder según las estimaciones.
- el sector hotelero y de la alimentación
- el sector inmobiliario y las actividades administrativas
- las fábricas y los servicios de reparación, los comercios y tiendas
- el área de los negocios y el sector artístico
Estos sectores emplean unos 1.250 millones de trabajadores en todo el mundo.
"En términos de empleo en riesgo, en América Latina tenemos identificado que un 44% de los trabajadores lo hacen en sectores que consideramos que tienen un alto riesgo", afirma el economista de la OIT.
Esta es una cifra sustancialmente más alta que la media global, situada en el 38% de la fuerza de trabajo global.
Por poner un ejemplo, "en México el porcentaje de trabajadores en sectores en riesgo es aún más alto y este ratio llegaría a un 51,5%", dice.
"Esto supone casi 28 millones de empleos. No decimos que se van a perder, pero sí que estos puestos de trabajo están en áreas de mayor riesgo por los cierres derivados de la pandemia".
En Argentina, el 41,8% de sus trabajadores están en sectores de mayor riesgo.
Colombia tiene un 46,8%, Chile casi un 40%, el mismo ratio que Ecuador y similar al de Honduras y Nicaragua.
Por su parte, Costa Rica registra un 42,3%, Perú cuenta con el 41% de su fuerza laboral y Bolivia el 38%.
Empleo informal
Otra de las vulnerabilidades de América Latina se refiere al empleo informal.
A nivel mundial, 2.000 millones de personas trabajan en sectores al margen.
La mayoría lo hace en las economías emergentes y en desarrollo y según la OIT, corren un riesgo especial.
En América Latina y el Caribe hay al menos 140 millones de personas trabajando en condiciones de informalidad, lo que representa alrededor de 54% de los trabajadores.
Con un 57% México vuelve a superar el ratio de trabajadores en la economía sumergida, que no tienen ningún tipo de protección.
Y en Argentina casi la mitad de los trabajadores ocupados, el 47%, desempeñan su actividad en sectores informales con empleos de muy baja calidad.
La cifra es de aproximadamente el 60% en Colombia, del 59% en Ecuador y del 69% en Perú.
En el otro lado se encuentran por ejemplo Uruguay (24,5%), Chile (40,5%) o Costa Rica (39%).
Medidas para amortiguar
"En este caso lo importante y hacia dónde los gobiernos deberían encaminar sus medidas es a paliar la menor protección de estos trabajadores" que tienen un acceso limitado a los sistemas sanitarios y a programas de protección social, explica el experto.
Gomis estima que los efectos pueden ser más graves para estos trabajadores en las regiones y países donde las tasas de informalidad son más altas.
"El informe hace énfasis en que es muy importante hacer programas específicos para esos trabajadores, en concreto realizando transferencias de efectivo para compensar los ingresos perdidos, pero también para asegurar la provisión de bienes de primera necesidad".
Margen fiscal
Por último, la forma en que cada país pueda responder a la crisis va a depender de su margen fiscal.
Es el margen de maniobra que existe dentro del presupuesto público para proporcionar recursos sin comprometer la sostenibilidad financiera ni la estabilidad de la economía.
"Muchos países ya tenían situaciones fiscales muy precarias antes de entrar en este problema y tienen acceso muy limitado al financiamiento de los mercados", explicaba en una entrevista con BBC Mundo el economista venezolano Ricardo Hausmann.
Otros, como Perú, llevan años de disciplina fiscal que le han permitido poner en marcha un paquete de medidas por un importe de más US$25.000 millones, equivalente al 12% de su PIB.
Entre otras cosas, el país pondrá en marcha un esquema de préstamos a sus empresas por valor de US$8.500 millones.
Según la OIT, el mundo del trabajo después del coronavirus dependerá de dos factores: la evolución de la pandemia y las medidas políticas que se adopten para auxiliar a las empresas, preservar el empleo y los ingresos, y estimular la economía.
Coronavirus: 5 efectos devastadores que la pandemia tendrá en las economías de América Latina (y 1 motivo para la esperanza)
Esta crisis económica es distinta a las que conocíamos hasta ahora.
Como si se tratara de un huracán que amenaza con subir a categoría 5 en algunas partes del mundo, América Latina está comenzando a recibir el impacto.
Las proyecciones apuntan a que inevitablemente algunas empresas irán a la bancarrota y subirá el desempleo en medio de una crisis catalogada como "la peor desde la Gran Depresión de 1929".
Sin embargo, la mayor parte de los países de la región han activado planes de emergencia, están negociando ayudas financieras y utilizando todas las municiones disponibles para enfrentar lo que se viene.
"Existe una ventana de oportunidad en el largo plazo", dice Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En entrevista con BBC Mundo, el economista explica cinco efectos graves que la pandemia tendrá en las economías de la región y responde al desafío -nada fácil- de buscar una noticia positiva dentro de un panorama bastante desolador.
1-Desplome económico de sus principales socios comerciales: China y Estados Unidos
Los principales socios comerciales de la región son China y Estados Unidos. Como estas economías están en serios apuros por la pandemia, Latinoamérica recibirá el golpe de frente.
El descalabro económico en Estados Unidos afecta a toda la región, pero especialmente a México y Centroamérica a través del comercio, pero también con las remesas.
Y lo que ocurra en China también se siente de inmediato, porque es el socio más importante de muchos países de Latinoamérica y uno de los principales compradores de materias primas.
2-Caída de los precios de las materias primas
La baja en el precio de las materias primas está afectando las arcas de muchos países de la región.
A la caída de los precios de los minerales -como cobre y hierro- se suma la disminución en el precio de alimentos como la soja, el maíz, las carnes y los cereales.
Y el que se ha robado el protagonismo en lo que va del año es el petróleo.
No solo por el efecto coronavirus, sino por la guerra de precios entre los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) liderados por Arabia Saudita y Rusia.
El conflicto hizo que el precio del barril bajara a niveles históricos llegando a cerca de US$20 a fines de marzo, el mínimo en los últimos 18 años, afectando directamente a países como Colombia, Venezuela, Ecuador y México.
Las proyecciones apuntan a una recuperación del precio luego que las partes llegaran a un acuerdo para disminuir la producción.
La caída del precio de las materias primas provoca menos entrada de dólares por exportaciones a la región y pone en jaque las arcas públicas.
3- La interrupción de las cadenas de producción a nivel global
"Como el mundo se cerró, hay una interrupción de las cadenas de suministro", explica Titelman.
Las partes para fabricar un producto se hacen en distintos países. Así se arma una cadena entre las distintas empresas que proveen los componentes a quien ensambla el producto final.
Cuando eso se interrumpe, muchas de las empresas de un país se quedan sin la posibilidad de seguir produciendo, porque no tienen los insumos que necesitan.
"El grueso del comercio mundial es de insumos que se venden las empresas entre sí, más que los bienes finales que compra el consumidor", apunta Titelman.
Con la crisis por la pandemia, los países más afectados por la interrupción de estas cadenas son México y Brasil, cuyos sectores manufactureros son los más grandes de la región. Por ejemplo, el sector automotriz en México.
4-Menor demanda de servicios turísticos
La menor demanda -y en algunos casos la nula demanda- de servicios de turismo, está dejando sin oxígeno a países que dependen de esta actividad.
Es el caso de varios países, como México, República Dominicana o Cuba.
5-Fuga de capitales y devaluación de las monedas
Latinoamérica ya estaba con altos niveles de endeudamiento antes de que llegara la pandemia.
Ahora, las deudas públicas de los países han comenzado a dispararse a medida que la actividad económica se ha ido paralizando.
La recesión que está sacudiendo al mundo ha provocado históricas caídas de las bolsas y pánico en los inversores.
"La gente se asusta y busca refugio, llevándose los capitales a lugares más seguros, como los Bonos del Tesoro de Estados Unidos", dice Titelman.
Como suele ocurrir en tiempos de crisis, se produce una fuga de capitales porque los inversores no quieren correr riesgos. Y eso es precisamente lo que ha estado pasando en la región.
"Los capitales están saliendo de América Latina como nunca antes habíamos visto", agrega el economista.
"Cuando más necesitas financiamiento, se te está yendo".
La salida de dólares ha empujado una gigantesca devaluación de las monedas en lo que va de año, con espectaculares caídas del real brasileño, el peso mexicano y el peso colombiano.
Y como la mayor parte de la deuda pública de los países de Latinoamérica está en dólares, el efecto es muy negativo.
Un motivo para la esperanza
No es nada fácil encontrar un efecto positivo en medio de las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia.
Sin embargo, Titelman dice que "existe una ventana de oportunidad en el largo plazo".
Esta crisis, explica, "hará que el mundo se replantee nuevos modelos de desarrollo donde el papel del sector público tendrá que ser mayor al que tenía en los últimos 30 o 40 años".
Esta crisis provocada por la pandemia ha dejado en evidencia la falta de protección social, el deterioro de los sistemas públicos de salud y la desigualdad en la región.
"También vendrá un mayor cuestionamiento al modelo de globalización", apunta Titelman, algo que puede impulsar cambios positivos en el sentido de cómo hemos venido haciendo las cosas.
Otros economistas también destacan que mientras algunas empresas perderán la batalla en medio del caos, otras capitalizarán nuevas oportunidades comerciales.
Y a nivel de las personas, dado que la crisis provocará cambios importantes en la manera en que trabajamos, compramos, viajamos y convivimos, también surgirán oportunidades cuando se calmen las aguas.
Lo que no sabemos es cuánto tiempo falta para que pase la tormenta.