Al igual que en Ecuador, el neoliberalismo o capitalismo desbocado llegaron a los dos países al mismo tiempo. En Ecuador fue traído por el gobierno de Sixto Duran Ballen y su vicepresidente el economista neoliberal Alberto Dahik, en Rusia por Yeltsin. En 1992 fui a Rusia a Estudiar cómo hacer negocios con la naciente Federación de Rusia, en la Universidad Politéctnica de Volgogrado, la última ciudad en que el partido comunista dejó de ser gobierno
Para 1994 abrí una bodega de venta al por mayor de flores, cuando uno clientes que quisieron estafar, me pagaron con cuartos fríos, Las flores ya eran el producto ecuatoriano con más demanda en ese país luego del banano.
En 1995 cometí uno de los errores más costosos de mi vida. Habíamos estudiado con mi esposa Verónica y 28 ecuatorianos más, cómo hacer negocios y empresas en la nueva Federación de Rusia, en la Universidad Politécnica de Volgogrado, y lo que aprendimos en realidad fue que Rusia era el peor lugar del mundo para vivir, trabajar y hacer negocios en los años 90. Fuimos los únicos estudiantes que crearon una empresa llamada ECUAPLANTA, con el mismo nombre de mi empresa de plantas medicinales que tenía en Ecuador, los demás regresaron desesperados por escapar de ese país, algunos trayendo mujeres rusas.
En ese momento, se vivía el fin de la URSS, había una crisis humanitaria severa producida esencialmente por desabastecimiento de productos de primera necesidad, desde papel higiénico. En los servicios higiénicos públicos, las personas ablandaban el papel de los periódicos, sentados en tazas o sobre agujeros de letrinas, sin privacidad, ni puertas. Faltaban alimentos, se vivía un retraso tecnológico de décadas, los taladros de las sillas dentales funcionaban con un pedal y una cuerda, de manera que perforar para limpiar una caries dental era una tortura; no conocían la xilocaína, ni la lidocaína, usaban procaína, que es un anestésico local que tiene efecto por menos de 5 minutos, por lo que hacían que numerosos pinchazos en la boca, con agujas gruesas, la boca terminaba infectada e irritada; no conocían los transistores, ni los circuitos integrados, los televisores, radios parlantes eran extremadamente pesados, pues aún usaban tubos de vidrio, los autos tenían tecnología y diseño de los años 60.
En todo lugar habían las colas llamadas ÓCHERI, donde pacientemente la gente tenía que esperar para comprar. Faltaba desde el pan hasta jabón o pasta dental, azúcar, el algodón no era desmotado, tenía semillas que lastimaban la piel, las mujeres no encontraban dónde comprar toallas sanitarias, simplemente tenían que comprar algodón pequeñas astillas, para formar algo parecido a una toalla sanitaria.
Esas colas robaban la vida productiva y estudiantil de los habitantes, que por horas no trabajaban ni estudiaban. Generalmente eran viejos los que la hacían colas desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En aquellas colas los viejos recordaban a sus familiares desaparecidos en los Gulag, o campos de concentración de Stalin, fueron más de 20 millones de rusos, escogidos a dedo, los que se convirtieron en presos en Siberia, donde trabajaban como esclavos en las carreteras, ciudades, o campos sin salario, mal alimentados, hasta morir.
Pero lo más grave era la conducta psicológica, las mujeres querían ser prostitutas, pues la prostitución era prohibida en la URSS. Sólo por recibir un regalo de cualquier novio, admirador o compañero, se podían ir a la cárcel, los policías que las detenían las obligaban a tener relaciones sexuales con ellos, mientras estaban detenidas, a cambio de no llevarlas presas, o soltarlas pronto. El aborto era legal y necesario, pues no había preservativos, se lo practicó masivamente para evitar tener hijos de los invasores alemanes en la Segunda Guerra Mundial, que lo primero que hacían al tomar alguna urbe era violar a las mujeres. El Segundo hombre más poderoso de Rusia, Beria que dirigía la KGB, que entonces era la policía secreta, cuando se decía que todo ruso era un agente de la KGB, que debía denunciar a las muchachas que recibían regalos, a los que tenían pornografía, a los que hacían negocios, o los que hablaban mal de Stalin, del gobierno o de las autoridades, aunque sean sus padres o hijos, Beria tenía la fama de salir en un carro negro seguido de sus espías, y raptar en la calle a cualquier joven que se le antojaba para satisfacer su lujuria.
En las clases que recibíamos, el profesor estaba siempre acompañado de un asistente, que a más de controlar lo que decía, era un estudiante de maestría que aprendía cómo enseñar, y de un traductor de ruso a español, un brillante estudiante colombiano.
Los hombres y mujeres tambien querían ser PERSONAS DE NEGOCIOS, que era como ellos definían a los mafiosos, definición que venía de películas como "El Padrino", que era la más vista en ese país en los tiempos en que el VHS y sus reproductores se vendían en gran cantidad en los kioscos, donde se vendía el tabaco, cuando el vodka, que era muy barato, luego de una ley seca que impuso Gorbachov. Lo que más se vendía eran películas porno, de peleas de perros, de ladrones y criminales famosos, en un país donde la pornografía, los negocios privados, o la empresa privada estuvo prohibida por 90 años.
La gente en Volgogrado, mientras hacían las colas para comprar, recordaban los tiempos de la Guerra Mundial, cuando los Alemanes sitiaron y destruyeron Stalingrado, tiempos horribles donde ellos tenían que comer la carne de los muertos, las madres alimentaban a sus hijos cocinando su propia sangre, o el pan se hacía con aserrín, se tenía que matar a otros humanos para vivir. Esta guerra y el comunismo habían convertido a los rusos en personas valientes, audaces, pero muy peligrosos, con su alto índice de maldad, con una frialdad implacable. Dostoievski el escritor ruso más famoso, había definido a Rusia con una sola palabra, ROBO, desde el tiempo de los Zares.
Las mafias se habían apropiado del país, pedían a los que venden en las calles, a las prostitutas, a los negocios, protección o"KRISHA", lo que hoy en Ecuador se llama "VACUNAS", después de la pandemia del COVID.
La extorsión en la Federación de Rusia no era un delito, dejó de serlo la prostitución, los juegos de azar, la pornografía, el tráfico humano. Las mafias de Chechenia, Armenia, Azerbaiyán y Georgia, que se habían tomado las ciudades de Rusia, libraban una guerra contra la nueva Mafia Rusa de Moscú, que la iniciaron ex agentes de la KGB, que regresaron de Alemania y los países de Europa del Este, luego de la caída del Muro de Berlín en 1989.
En un solo año entre diciembre de 1991 y diciembre de 1992, la Federación de Rusia, perdió 20 millones de personas que emigraron. La URSS que tenía 340. millones de habitantes desapareció, cuando tenía más habitantes que Estados Unidos.
Con 120 millones de rusos, de los cuales más de 20 millones tenían que servir en la fuerzas armadas para cuidar las fronteras más grandes del mundo, Rusia quería empezar a ser un país capitalista.
Algunos países de la nueva "Federación de Estados Independientes", que reunía a los países de la ex-URSS no querrán seguir siendo parte aliada de la Federación de Rusia, lo que condujo a guerras como la de Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Abjasia, la de Chechenia y ahora a la de Ucrania.
En la URSS habían miles estudiantes extranjeros, sobre todo de países árabes, África, América Latina, Vietnam o el Sudeste Asiático, países considerados enemigos reales o potenciales de Estados Unidos, y estudiantes de Cuba y Nicaragua que se vieron atrapados sin escape, pues el colapso de la URSS, también los golpeó económicamente a sus gobiernos que vivían una asfixia económica.
Cuando inicié mi propia bodega de flores en Moscú, debido a que no conocía bien el ruso, pues cuando estudié en Volgogrado lo hicimos en español, vivíamos en una piso de la residencia estudiantil con mis compañeros ecuatorianos, hablábamos español todo el tiempo, por lo que no aprendimos bien este complicado idioma, que además tiene otro alfabeto (el cirílico), y es muy fácil de olvidar. Mis compañeros decían que era un idioma inútil fuera de este país, a diferencia del inglés o el español que se hablan en continentes enteros, en decenas de países.
En el gobierno de Rodrigo Borja en Ecuador, trajo de regreso a centenas de ecuatorianos en aviones, contratados para transportarlos, lo mismo hicieron otros países, se quedaron cubanos, nicaragüenses o algunos latinoamericanos que ya tenían familia en Rusia. Pero muchos de estos latinoamericanos se convirtieron en bandidos dentro de la Federación de Rusia, venían de una cultura donde ser ladrón, mentiroso, picaro, bribón, era parte de su historia, una forma de vida, una manera de sobrevivir, desde la llegada de los europeos, cuando estos eran conquistadores, piratas, o colonos que invadían otros continentes, trayendo sus lenguas, religión, animales, armas, embarcaciones, caballos, pestes, etc, y una conducta, donde la doble moral nos convierte en ladrones y mentirosos desde la infancia.
Para mi bodega de flores en Moscú, contraté a un nicaragüense, luego a un cubano y después a dos ecuatorianos, que finalmente me robaron en 1995, el día anterior a la primera feria exposición de flores ecuatorianas en Moscú, lo hicieron junto con la mafia Armenia, con la que fraguaron el robo. Esto los dejó con dinero pero sin trabajo, a pesar de que eran extremadamente bien pagados, pues tuve que mudarme a un local más pequeño, dentro de la UNIVERSIDAD LOMONOSOV, donde prefería pagar protección a la policía de la universidad, que me cobraban ilegalmente krisha, y contratar nuevamente a un nicaragüense, un ecuatoriano y una rusa que estudiaba español, por mi problema con el ruso, que repitieron el robo, pero ahora lo hacían en cada embarque, hasta llevarme a la quiebra en 1997, junto con una crisis bancaria, que devaluó bruscamente el dólar en las vísperas del 8 de marzo.
