Al gobierno de Noboa, el viecepresidente de Jamil Mahuad, le siguió el de Noboa. El General José Gallardo, que dejó de ser ministro de defensa, empezó a sufrir la embestida de los banquero prófugos y sobre todo del dueño del Banco del Progreso, a quien detuvo, en el momento que iba a abordar un avión privado, para escapar del país. Esto le había costado el puesto de ministro del presidente Mahuad, pero además, la prensa, radios y canales de televisión, que hasta ese momento seguían siendo propiedad de los banqueros prófugos, en su mayoría, le acusaban de haber hecho un negociado con la compra de armas a la Argentina, durante la Guerra del Cenepa, cuando el era el Ministro de defensa, la estratega y que para enfrentar al poderío militar del Perú, muy superior al Ecuador desde hacía un siglo, recurrió a comprar armas a Nicaragua, donde el gobierno Sandinista perdió la elecciones y el nuevo gobierno de derecha, puso a la venta a precio de gallina enferma las armas rusas de su arsenal. Estas armas fueron compradas en secreto y transportadas en la noche a la zona del conflicto en la Cordillera del Cóndor en la Amazonía pero además, se compraron armas y sobre todo municiones para las armas norteamericanas, que tenía el ejército ecuatoriano, cuando todos los países del mundo aplicaron un bloqueo a Ecuador y Peru, para frenar el conflicto, pero Argentina, que en el conflicto con Inglaterra fue apoyado por Ecuador con misiles franceses, devolvió el favor abasteciendo a nuestro país, y burlando el bloqueo. Gracias a estas compras, el ejército de Ecuador consiguió la primera victoria militar frente a Perú en su vida republicana, es decir desde 1830.
El general que nos había acompañado a visitar las comunidades como el Cabo San Francisco, Sarapullo, Guamote, el Tambo e inclusive subió por el camino de los Incas hasta la laguna de Culebrillas y camino por kilómetros hasta llegar a la cascada de Atahualpa, que los Tshachilas se denominaron a la cascada de Sarapullo en un día lluvioso donde el frio nos mataba, llegamos con estudiantes de la Universidad Central, y a mi se me ocurrio prender una fogata para cocinar algo usando la majada seca de las vacas del lugar y los frutos secos del guanto, un arbol del que se extrae a escopolamina, al soplar para hacer fuego aspiré el humo de aquel fruto y de esas semillas, lo que me enloqueció, creí que era un puma, empece a ataca a los caballos vacas que veía cerca, me llevaron entre varias personas al segundo piso de una casa para encerarme en un cuarto, pero salté y seguían sintiendome invadido por el espíritu de un puma, que meses antes los empleados de la Hacienda Imperio, propiedad de mi padre, próxima ese lugar, lo habían cazado.
Hasta ahora me averguenzo de lo ocurrido, porque en ningun momento perdí la conciencia, pero en realidad, me sentí atrapado por un espíritu, ese espiritu no era el de otro humano, de un dios o de nada parecido, era el espíritu de un animal salvaje, y al mismo tiempor sagrado, el último puma de aquel bosque nublado.
En cada una de las citas ante la corte que le juzgaba al General Gallardo yo lo acompañaba como su guardaespaldas pero sin armas, mejor dicho como su respaldo.
En las elecciones ganó el coronel Lucio Gutierrez, quien se enfrentó a Alvaro Noboa, el magnate bananero, uno de los hombres más ricos de América Latina, dueño de Exportadora Noboa y de Bonita Banana, la mayor empresa bananera de Ecuador y del mundo.
El coronel Lucio Gutiérrez, era de una familia de colonos de la Amazonía, a quien le financió una costosa campaña contra el hombre más rico del país el coronel Hugo Chavez, entonces presidente de Venezuela, quien por esos años, la derecha venezolana y el ejército intentaron darle un golpe de estado, lo apresaron, pero las multitudes de ese país lo liberaron, entonces se radicalizó en su postura socialista, se convirtió a Venezuela en el principal aliado de Cuba, que pasó a entrenar al ejército venezolano, y cambió el armamento norteamericano por amamento ruso.
Al final de aquellas elecciones, el Coronel Lucio Gutierrez hizo una caminata por la Av. Amazonas el día 31 de diciembre el año 2001, para ganar mas simpatizantes, en la calle estaban nustros voluntarios de Canadá y Alemania que se había disfrazado de mujeres y salieron a la calle, dode había miles de hombres disfrazados de mujeres, vestidos como viudas de los años viejos, que eran muñecos grandes con caretas que representaban a los personajes de la política o de la TV y que serían incinerados a las 12 de la noche.
Nuestros volutarios aprovechan para tomarse una foto con el nuevo presidente.
Al poco tiempo, como ya es habitual con los presidentes de origen amazónico, y lo fue también con Lenín Moreno, cambiaron su postura, se convirtieron en traidores. El coronel Lucio Gutierrez, se declaró el mejor aliado de George W. Bush y de los Estados Unidos, se confesó adverso a Hugo Chávez y su Socialismo del Siglo XXI, robándole a ese presidente el dinero con el que financio su campaña.
Algunos indígenas pasaron a ser parte del gobierno de Lucio Gutierreza como Nina Pacari la primer ministra de Relaciones Exteriores indígena, así nacieron los llamados PONCHOS DORADOS.