Ecotrackers en las protestas contra el presidente Lucio Guterrez y la golpliza a Leon Roldós




La captura y detención del General José Gallardo, le devolvió al general su renombre, que desde la caída del gobierno deYamil Mahuad,  de quien fue ministro de defensa, como antes lo fue de Sixto Durán Ballén, durante la Guerra del Cenepa. 
Luego de ser ministro de defensa de Mahuad, se convirtió en miembro fundador y vicepresidente de la Fundación Ecotrackers,  pero el general enfrentó un juicio por comprar armas a Argentina para la guerra;  se decía que fueron con sobreprecio, que muchas de esas armas no eran nuevas, pero el general se defendía recordando a sus detractores el éxito de su estrategia, y  señalando que en la Guerra del Cenepa, Ecuador y Perú sufrieron un embargo y bloqueo del abastecimiento militar, por parte de todos los países del mundo, que presionaban para que el conflicto no prospere y finalice.  Algunas de las armas que se compraron a Nicaragua y Argentina, no eran nuevas pero estaban operativas, fueron muy útiles, y dieron las victoria militar a Ecuador. A esas audiencias judiciales, yo le acompañaba, junto con el coronel Luis Hernández. 

Luego de su prisión en el cuartel de inteligencia del ejército en  Machachi, el general pasó a prisión domiciliaria en su casa, a ese lugar iban los medios de comunicación, los numerosos amigos en especial ex-militares, y los más mañosos políticos del país, que le comenzaron a llenar de vapores su cerebro, a convertirlo en héroe. 
Ente los que le fueron a visitar estuvo estuvo León Roldós, que  fue candidato a presidencia de 1998, en que el triunfador fue Yamil Mahuad, Roldós terminó en segundo puesto.
En su casa el General Gallardo comenzó a pensar en crear un partido político, para participar en las próximas elecciones al que llamaría "ANDES". Entre las cosas novedosas que planteaba su partido estaba que la capital de Ecuador debía pasar a ser Riobamba, pues Quito y Guayaquil ya debían dejar de ser los polos de discrepancia  del país.

En Ecotrackes, aquella sala con muebles de cuero repujado con los escudos de Ecuador, Venezuela y Colombia, reunieron al abogado  Roldós con el General Gallardo, para crear un nuevo movimiento político al que llamaron RED, crearon los objetivos, filosofía y estatutos del partido. Luego fueron a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central, invitados por el presidente de la Asociación de Estudiantes de esa facultad de nombre,  Lenín Lara, que  años más tarde, sería alcalde de Esmeraldas durante el gobierno de Rafael Correa.

La Universidad Central, al igual que casi todas las universidades estatales del país eran reductos del MPD (Movimiento Popular Democrático),  el partido de los profesores UNE (Unión Nacional de Educadores) y estudiantes universitarios estatales del país, que era un aliado del Coronel Lucio Gutiérrez, quién puso tres jueces del MPD, en la llamada "Pichi-Corte", como se le llamó a la nueva Corte Suprema de Justicia, que instauró de manera dolosa el presidente  y a la que el general Gallardo la calificaba de espúrrea.
En ese mismo día los estudiantes del Colegio Odilio Aguilar, de la Universidad Central, que funcionaba en la parte más occidental, y que era un colegio para entrenar a los profesores que se formaban en esta Universidad, salieron a protestar por el el alza de los pasajes para los estudiantes que no tenían carnet. 
La invitacion a la que acudió el General Gallardo, el Coronel Lucio Gutiérrez y el Abogado León Roldós, que expondría sobre su propuesta de recoger firmas para cambiar la Corte Suprema de Justicia, y otros que nos reuníamos en Ecotrackers, fueron al Auditorio "Che Guevara" de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central en horas de la tarde.

En esos días la Fundación Ecotrackers tenía voluntarios que ayudaban a los estudiantes de la Escuela de Ecoturismo, en la pronunciación y uso del inglés, vecina a la Facultad de Jurisprudencia, en la Facultad de Filosofía y Letras, donde Cármen Verónica,  miembro de la Fundación, mi hija, era estudiante, de Turismo Histórico-Cultural, y donde mi esposa Verónica, había sacado su maestría en Psicología de Adolescentes.
Mientras se desarrollaba el encuentro en el Auditorio Che Guevara, los estudiantes del Colegio Odilio Aguilar que protestaban, fueron brutalmente repelidos por la policía antimotines, lo que desató una ira estudiantil.
Llegué con los ojos rojos y ahogándome por el gas de la bombas lacrimógenas, que subían hasta al segundo piso de la Escuela de Ecoturismo, buscando a los voluntarios para sacarlos,  entre los que habían algunas muchachas extranjeras, que nunca habían vivido un momentó así,  les ayudé a salir del lugar y ponerse a salvo en Ecotrackers, luego regresé a ver al General Gallardo y sus su acompañantes, en el Auditorio "Che Guevara". 
En en el momento en que llegué,  el General Gallardo y el abogado León Roldós debatían sus ponencias con los asistentes, que en su mayoría eran viejos profesores de jurisprudencia, cuando alguien lanzó una bomba lacrimógena dentro de un  auditorio repleto,  con cientos de personas.  Esto produjo una estampida. Subí al escenario para proteger y guiar al General,  los panelistas y otras personas, para que evacuaran por una salida lateral, por la que escapamos junto al abogado Roldós, el Coronel Hernádez, el Coronel Chiriboga, Juan Carlos Padilla y muchos más. 

Después comenzamos a caminar por el pasillo sur del primer piso del la Facultad de Jurisprudencia, mientras desde el pasillo norte del segundo piso, los estudiantes del MPD,  nos lanzaban bombas molotov,  el gurpo continuó hasta cerca de la facultad de Ecomía, donde los estudiantes nos atacaron con piedras,  nos quedamos solos Leon Roldós y yo. Roldós era el principal objetivo.  Al cruzar por un túnel que hay en la nueva facultad de Economía, para el paso de autos, una piedra alzanzó la nuca de Roldós.  Alguien de los militares que acompañaban al General Gallardo, apareció, juntos logramos reincorporar el pesado cuerpo de Roldós que perdió uno de sus zapatos.  Metros mas abajo, apareció otro grupo de estudiantes, yo estaba ayudando a caminar a Roldós, que tenía un brazo sobre mi hombro, aquel ex-militar que nos acompañaba fué alcanzado por las piedras, el hombre escapó a duras penas del asedio, un grupo de muchacnos se nos puso al frente con piedras, mientras caminabamos por la bajada ente la Casona Universitaria y el estadio, para tratar de salir por la Facultad de Odontología y de ahí,  a la Av. Pérez Guerrero.  Uno de los muchachos que se puso delante, lanzó una piedra a mi rostro, que alcance a esquivar, pero me golpeó de lado en la boca; luego, los muchacnos como avispas nos pateaban, hasta que Roldós, entre lágrimas y reproches, cayó nuevamen al piso, en ese momento, un ataque de asma lo comenzaba a asfixiar.  Lo puse entre mis piernas para protegerlo,  mientras alcanzaba a algunos de los colegiales  adolescentes,  a los que golpeaba y los derribaba fácilmente, cuando los tenía cerca.   Unas mujeres llegaron con el Coronel Luis Hernadez, a quien los jóvenes reconocieron, lo que los distrajo  al derribarlos con sus artes marciales, lo que les intimidó.   Cada mujer tomó una de las enormes y pesada piernas de Roldós, que media casi un metro ochenta y pesaba más de doscientas libras, yo lo tomé por los hombros y comenzamos a caminar hacia la Asociacion de Empleados de la Universidad Central, que tenía su sede frente a la Facultad de Odontología, pero a punto de llegar,  nos bajaron  las puertas metálicas, luego comenzamos a avanzar por la calle Portoviejo,  todos los lugares comerciales también nos cerraban las puertas, atrás,  una nube de estudianrtes se agrupaban para volver a atacarnos, el coronel Hernández, convenció a un conductor,  que en ese momento apareció por casualidad, para que nos preste auxilio con su camioneta.  Colocamos a Roldós en el cajón, nos subimos y arrancamos,  justo cuando decenas de muchachos con piedras se nos acercaban corriendo.Llegamos al Hospital Metropolitano, nos atendieron de inmediato, me cosieron el labio partido por la piedra, mientras a Roldós lo internaban en emergencias, pues su ataque de asma aún persistía,  estaba muy golpeado.

A lo pocos minutros, llegaron los periodistas, con el General Gallardo.  Roldós se convrtió en el martir de las protestas de los Foragidos, como les llamó el presidente Gutiérrez a los manifestantes, robando el protagonismo que hasta ese momento había tenido el General Gallardo, o los estudiantes de la universidad San Francisco y otras universidades privadas,  que eran los grandes animadores de las marchas, que duraron meses, hasta que se convirtieron en un paseo nocturno de los quiteños, que íbamos a ellas con hijos, abuelos, amigos, y hasta con los perros.









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