Ecotrackeres en Bunche y la Reserva de Manglares de Muisne desde 1982











La presencia de la Fundación Ecotrackers en Bunche y la Reserva de Manglares Muisne-Cojimíes, se remonta a 1982.  Bunche es una comunidad afro-esmeraldeña que se origina en negros que venían en un barco negrero en calidad de esclavos a Lima, pero que encalló en la isla Portete, una isla al sur de Mompiche, próxima al Estuario de Chamanga, que es un puerto natural de 3 km. de ancho, por 90 km. de largo, entre Manabí y Esmeraldas.   Esto sucedió en el siglo XVI a pocos años de la conquista del imperio español por parte de Francisco Pizarro y sus tropas,  que fué en 1532.  

Aquellos hombre y mujeres llegaron a la Isla de Portete, no econtraron agua dulce,  en este lugar no hay ríos,  sólo una playa de casi 10 km y atrás manglares, así que migraron al norte, y en Bunche encontraron cascadas, ríos, manglares, montañas que los alimentarían y protegerían,  aquí encotraron su primera fuente de alimentos; los indios del sector conocidos como Niguas, muy belicosos descendientes de una cultura naviera llamada los Manteño-Huancavilca, que navegaban hasta Centroamérica, en caso que flotaban sobre troncos de un árbol muy liviano llamado balsa,  con una vela y 4 timones, uno en cada esquina que entraban y salían del agua verticalmente, los aceptaron. 

Pero los conquistadores españoles los fueron a recapturar, pues en esos tiempos los esclavos era lo más caro que traían los españoles, puesto que había que comprarlos en África y trasladarlos hasta el Océano Pacífico,  cruzando por las peligrosas selvas de Panamá o el Estrecho de Magallanes, sorteando además el asedio de los piratas en el  Caribe,  que comenzaron a merodear por América,  o por el Estrecho de Magallenes, donde sólo 6 meses era posible la navegación en la unión entre el Pacífico y el Atlántico, con vientos y arrecifes peligrosos; luego de atacar en Valparaíso, Lima, Guayaquil, trayecto que lo hizo con audacia, el pirata inglés Francis Drake,   con 10 galeones, y más de 1400 piratas,  antes de ser el capitán de la flota británica que enfrentó a la Armada invensible de Felipe II de España,  que intentó conquistar Inglaterra luego del gran robo que el pirata hiciera del Cacafuego, el más grande barco español del Pacífico, lleno de oro, oro que lo usó la Reina Isabel I, la Reina de los piratas, para saldar deudas de su corona, terminando como cómplice del pirata.

Al llegar Francis Drake a lo que hoy es la costa sur de Esmeraldas, en Ecuador,  los negros de Bunche,  salieron en canoas a alcanzarlo con alimentos y agua a cambio de machetes,  que les fueron muy útiles para derrotar en decenas de enfrentamientos a los soldados españoles de la Real Audiencia de Quito que los querían recapturar y  a los que derrotaron hasta crear un territorio libre, con muchos palenques o aldeas negras, desde Puerto de Buenaventura en Colombia, hasta Bahía de Caráquez en Ecuador, esto es, casi dos mil Km. de playas internándose en la selva tropical humeda, donde ahora es la Provincia de Esmeraldas, Ecuador, y el Suroccidente de Colombia, que se convirtieron en el refugio de los negros que escapaban en el nuevo Virreinato de Santa Fé de Bogotá o Nueva Granada. 
 
Años más tarde, el azote de los piratas y la difícil navegación en la Costa de Esmeraldas llevó a los españoles a crear el primer faro de Sudamérica en el Cabo de San Francisco,  pensar en un camino desde Quito al Mar por un pueblo que hasta ahora existe llamado Carondelet, nombre del Marqués que construyó esta vía que terminaba en la Isla de Limones, un puerto natural en el Estuario del Río Santiago, en un territorio de negros libertos, para lo cual primero acordaron con los negros la creación de una gobernación,  en que el gobernador era un negro, algo único en las colonias españolas de América.

A este poblado de Bunche,  llegué como médico rural, con mi esposa Verónica, que había sido Señorita  Esmeraldas, y era una psicóloga educativa, a trabajar en 1982, cuando fuí médico rural del Cabo San Francisco para el Ministerio de Salud de Ecuador,  en los tiempos del gran Fenómeno del Niño de ese año. En ese año teníamos que caminar desde el Cabo a Bunche por un camino lodoso, en el que nos salían al paso enjambres de mosquitos muy agresivos, y poco antes de cruzar en canoa el Río Bunche, pues el invierno destruyó el puente; nos salían al paso agresivos y enormes cangrejos azules, que es uno de los platos más deliciosos de la comida costeña ecuatoriana, en especial preparados con maduros que los insertan dentro del caparazón del cangrejo,  era el plato favorito de mi suegro, don Ramón,  cuando lo preparaba mi suegra,  doña Marujita; los cangrejos en aquellos tiempos eran abundantes, y los "reyes" de los animales de Bunche.

Durante mi rural el momento más intenso que viví, fué el día de la fiesta del pueblo, luego de una misa que dio el padre Juli;an, uno de los curas de la Teología de la Liberación que fué deportado por el gobierno de Leon Febres Cordero a su tierra natal Italia, acusado de comunista, subversivo,  en que mientras estábamos en una casa con tres paredes y un piso de madera, donde se habían adecuado mesas para beber, animados por  un tocadiscos con una columna de pilas adaptadas,  que apenas burlaba el ruido del motor eléctrico a combustión, y  amenizaba el ambiente, donde sólo había hombres; en la mesa en la que me encontraba con los del Cabo San Francisco, alguién de una mesa próxima vino con una silla y golpeó con ella en la cabeza de Nilo Moreno, mi ayudante del Subcentro de Salud, porque unas jóvenes prefirieron sentarse en nuestra mesa y no en la de ellos,  fué  como en una película del salvaje oeste, donde las peleas en las cantinas eran sin mas motivo que la borrachera.  La pelea tomó tales dimensiones, nadie sabía con quién peleaba, los golpes iban y venían en todas las direcciones, una pelea de todos contra todos, que parecía una bronca de niños de escuela,  hasta vinieron la mujeres a sacarnos y a escondernos en sus casas,  porque los hombres  fueron a desarmar una cerca de pambil, una palma de tronco muy duro que tiene unos filamentos como agujas en su interior, que se clavan en las personas que son golpeadas con esas tiras.

Al día siguiente en el consultorio de los promotores de la OCAME, la Organización Campesina creada por los padres de la Teología de la Liberación en Muisne,  situado en el centro del pueblo, me tocó trabajar todo el día sacando aquellas espinas de la piel de los heridos en la golpiza.

En el año 1982, las inudaciones en la costa produjeron que en las desembocaduras de los ríos las palizadas por los troncos arrastrados por los ríos formaran piscinas, donde los camarones se reproducían en gran cantidad, lo que dió origen a las piscinas camaroneras, llegando Ecuador a convertirse en el primer exportador mundial de camarón y en pocos años,  más de 200.000 km. cuadrados de mangalares fueron destruidos, para crear esta industria, que además produjo la migración de 120.000 familias enteras al borde costero, donde trabajaban barriendo el mar con redes micrométricas para capturar larvas de camarón, que se vendían a precios absurdos, lo que convertía a los larveros en ricos de la noche al día, y a los prostíbulos o cantinas, en negocios de 24 horas; en tanto el mar y las playas, los cadáveres de animales marinos estaban por todas partes, con su mal olor.




En 1988, llegó a la zona el CANAL 4 DE LONDRES, para hacer un documental llamado "La fiebre del Camarón".  Yo había escrito un artículo y lo publiqué en un periódico de CEDIS-CEDEP, en Quito, por lo que me contactaron, cuando estaba terminando mi relación de trabajo con la Univesidad de Heidelberg, con los que había iniciado la investigación sobre malaria y el uso de toldos con permetrina para combatir esta enfermedad que  había convertido a la Provincia de Esmeraldas en foco epidemiológico para Sudamérica.
Les acompañé a filmar lo que pasaba en el Cantón Muisne, que los conocía bien, y me pidieron que organizara una protesta de las concheras que eran las que más sufrían por la destrucción de los manglares, y me reuní con un ciudadano alemán que los habitantes de Muisne lo creían loco, porque se paraba en el muelle de la Isla con un trípode y letreros, en que denunciaba la tala del manglar,  se llama Bernardo Reuter, juntos fuimos a visitar a las concheras de Bunche,  las trajimos en lanchas para la protesta,  luego de lo cual las reunimos con las concheras de Muisne para crear una organizacón a la que llamamos FUNDECOL (Fundanción de Defensa Ecológica), de la que preferí no ser parte,  que llegó a ser la más famosa defensora de los manglares de Ecuador y América del Sur, pero ahora esta  deshecha, luego de la salida del alemán de la organización,  y que se convirtió en un botín de los jóvenes desocupados de la Isla de Muisne.

En Bunche se construyó la primera camaronera del cantón, luego las camaroneras crecieron a lo largo de todo el cantón, en especial en los estuarios de Muisne y de Chamanga, donde entraban y salían lanchas, y en las epocas de cosecha,  sólo se hablaba de millones de sucres, que era la moneda de ese tiempo;
hasta que en 1999 llegó una peste llamada la mancha blanca, aquella peste que llegó junto con una crisis bancaria, la dolarización, y la ola migratoria de ecuatorianos a España  e Italia, produjo el abandono de numerosas piscinas camaroneras, entre ellas las de Bunche donde nuestros voluntarios con los estudiantes y padres de familia del pueblo, sembraban nuevamente mangle, para recuperar esta vegetación donde crecían las conchas prietas o concha negra que era el principal sustento del pueblo, pues las que tenían para comer, las vendían.

Entre los voluntarios que llegaron al lugar estuvo el ciudadano italiano Francesco Roccamo, hoy miembro de la Fundación Ecotrackers, que llegó con alimentos para organizar mingas de reforestación y telleres de artesanías, enseñando a la población a hacer sombreros, carteras, pulseras, collares de hojas de palma de coco,  de tagua, y cáscaras de coco, o con las piedras coloridas, muchas de ellas semi preciosoas que abundaban en la playa.  
 
Cuando volví  en el 2015 como médico del Seguro Social Campesino del Cabo San Francisco, la mayor parte de mis pacientes eran los afiliados de Bunche, visitaba el pueblo con frecuencia, y lo hacía con mi esposa que venía a visitarme; a los dos nos parecía que el arroz con conchas y patacones de Bunche era el mejor del país, las conchas tienen un sabor especial aquí, son recién sacadas.  Los moradores habían hecho comedores populares frente a la pequeña playa que dá al mar del pueblito, y también llegué a este lugar con el ciudadano Jesse Summers, un voluntario norteamericano de más de 70 años, que era un médico acupuntista que daba tratamiento con acupuntura a los niños con epilepsia,  y a los pacientes con toda clase de dolores . Finalmente, luego de haber dejado el pueblo y el trabajo con el Seguro Social Campesino, volví con mi hija, con la idea de crear un campamento vacacional aquí o en el Cabo, para recibir estudiantes ecuatorianos y extranjeros interesados en la protección del  Océano Pacífico, los manglares y el bosque húmedo tropical.

Ayer hablé por teléfono con Don Honorio, un mulato ya viejo, afiliado del Seguro Social Campesino de Bunche, que me llevaba los frutos de su cosechas, cocos, mangos, bananas, guanábanas, al consultorio en el Cabo San Francisco, yo le compraba, un leal acompañante de los voluntarios y mío desde hacía 30 años, pero que ahora está viviendo en ese infierno llamado Guayaquil, en un barrio pobre,  en una casucha, porque su mujer está bajo tratamiento médico.  Le recomendé que hiciera una peregrinación el 4 de Octubre a la Iglesia del Cabo San Francisco, la Iglesia de la Primera Reserva Marina de Sudamérica, en los tiempos en que el Papa también se llama Francisco, es latinoamericano y es el primer papa ecologísta.  De seguro si pone mucha fé en esa pregrinación, el sufrimiento de su esposa podría teminar, y de seguro que estaría mejor en Bunche,  que esa Sodoma y Gomorra que es ahora el puerto principal de Ecuador.

En tanto en Quito, fuí a visitar al ciudadano italiano, el Padre Julián, en la Iglesia de la Quito Sur, donde es el párroco, luego de que regresó hace 5 años de Italia a donde fue deportado por León Febres Cordero, el próximo 1 de junio cumplirá sus 80 años, y quiere celebrarlo en Cayambe, a donde han migrado buena parte de los campesinos de Muisne, para trabajar en las plantaciones de flores;  a muchos de ellos los acompañó en Italia, cuando se produjo la ola migratoria desde 1999, por el llamado Feriado Bancario.  A Julián le he pedido que nos reunamos en alguna parte, para celebrar la fiesta de la Vírgen del Cármen, que es la fiesta de los pescadores, y a lo mejor sea en Esmeraldas, en Tonchigüe, donde trabajé, y ahora cientos de ellos estan presos en Guatemala, por el narcotráfico y la violencia que atormenta a la provincia.

Alonso de Illescas

Alonso de Illescas
ALONSO DE ILLESCAS - SALON AZUL (25229708777).jpg

Cacique del Reino de los Zambos de Esmeraldas
Aproximadamente
1555-1600
PredecesorAntón (Líder de afros libertos)
SucesorDesconocido

Información personal
Nacimientoc. 1528 Ver y modificar los datos en Wikidata
Cabo Verde (Imperio Portugués)
Fallecimientoc. 1600 Ver y modificar los datos en Wikidata
Esmeraldas
EtniaAfricano
Familia
HijosSebastián y Antonio

Alonso de Illescas (Cabo Verdec. 1528-Provincia de Esmeraldasc. 1600) fue un liberto cimarrón, fundador y líder del cacicazgo Reino de los Zambos de Esmeraldas y reconocido héroe nacional ecuatoriano y considerado como el máximo héroe de la libertad afroecuatoriana.

Biografía[editar]

Era originario de Cabo Verde y fue capturado como esclavo a los 10 años, asignándosele el nombre de Enrique. Pasó a los ocho años a Sevilla a servir en la casa de Alonso Illescas, de quien tomó el nombre en bautismo. Allí aprendió el castellano, la cultura hispánica y las artes de la guerra occidental, más específicamente aprendió el uso de la formalidad española, cómo tocar la vihuela y los sacramentos católicos. A la edad de 25 años fue llevado a América a las órdenes de su amo, Se instaló inicialmente en Santo Domingo, donde sus dueños negociaban con vestimenta, espadas, caballos, aceite de oliva y venta de esclavos, asentándose posteriormente en Lima. En octubre de 1553 zarpaba en un barco que partió desde Panamá rumbo a Perú, el cual naufragó en la ensenada de Portete, hoy en el Cantón Muisne, liderados por el Cimarrón Antón. A la muerte de éste en 1555, Alonso de Illescas asume el liderazgo.

Cacique de Esmeraldas[editar]

Usó el conocimiento de la culturas hispana y africana, junto a la destreza en las artes de la guerra, determinaron su reconocimiento entre afros e indios, posición que fortaleció utilizando el sistema del terror ya empleado por Antón. El historiador ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño cuenta: "en un lugar cercano a la Bahía de San Mateo llamado Bey vivía un cacique poderoso de nombre Chilindaule a quien Alonso, de acuerdo con sus parientes propusieron alianza; hecha la amistad dió el Curaca una fiesta en Donde a la que fue Illescas con sus compañeros y parientes, quienes, cuando Chilindauli y los suyos se encontraban embriagados, asesinaron al cacique y a los más que podían serles de estorbo, adueñándose de los demás. Entonces, Alonso alzóse a Señor absoluto de la comarca.

Asimismo, utilizó una estrategia sincrética de compadrazgo y parentazgo con los nativos. Dominaba las lenguas nativas como una forma de dominio y control, estableció vínculos de parentesco matrimoniales con las hijas de los caciques para mantener la paz tras los enfrentamientos bélicos. En su caso, contrajo matrimonio con la hija del cacique nigua .1​ Esta red de relaciones políticas y sociales cohesionaba a una nueva sociedad multiétnica compuesta por afros, zambos e indios fuera del control colonial. Proyectando el "Reino Zambo", cuyo sentido de gobierno era una alianza entre indígenas y africanos, quienes se protegían de las pretensiones coloniales españolas. Los palenques se asentaban en el monte: "... sus rancherías estaban en una hoya calidísima, húmeda y muy enferma, y jamás visitada de buenos aires, y atormentada de mosquitos, grillos, hormigas y otras sabandijas, y más residían allí, por ser parte escondida, que por ser habitable".

Los Mangache era otra comunidad afro que dominaba la región de la Bahía San Mateo. La autoridad de estos linajes la ejercieron desde sus propios espacios de habitación a través de cacicazgos, donde había un jefe que tenía a su mando varias parcialidades conformadas por afros, indios y mulatos, destacando a los cautivos yumbos. Entre 1605 y 1607 atacaron a estos pueblos que una vez sometidos se los destinaba a trabajar en chacras. Finalmente se superó la conflictividad entre los Illescas y los Mangache-Arobe -sospechaban que Alonso había asesinado a su padre- se fue superando tras emparentarse. Juan Mangache se casó con una hija de Illescas y finalmente resultaron señores principales de varias comunidades y ocupando espacios específicos: los Illescas en Cabo Pasado al sur, y los Arobe en la bahía de San Mateo, al norte.

Relaciones con la Real Audiencia de Quito[editar]

Mediante la Provisión Real, el 8 de julio de 1577 Miguel Cabello Balboa fue comisionado a cristianizar a los indios y negros de Esmeraldas y abrir un camino entre Quito y el Pacífico. Estas relaciones de poder fueron descritas al presidente de la Real Audiencia de Quito por el capitán español Pedro de Arévalo, en 1600:

"Los negros se mezclaron entre los indios y tomaron sus ritos, ceremonias y trajes y las mujeres que les pareció las mas principales y cacicas y se fueron apoderando y señoreando de aquella tierra e indios […] son señores absolutos della y de los dichos indios y ellos los mandan y gobiernan y no se conoce otro cacique ni señor dellos en la dicha provincia más que los dichos negros que entre si por sus parcialidades los tienen repartidos".

Tras la etapa inicial de resistencia, comenzó relaciones con la Real Audiencia de Quito con el objetivo de mantener la autonomía. Sus acciones iniciales consistieron en rescatar y prestar ayuda a los náufragos que llegaban a la costa esmeraldeña, como fue el caso del mercedario Escobar proveniente de Panamá quien, frente a la ayuda de Illescas e interés por acercarse a la religión católica, inició labores de adoctrinamiento y bautizó a sus cuatro hijos: Enrique, Sebastián, Justa y María.

La iniciativa de Illescas motivó a las autoridades españolas a enviar una misión a cargo del capitán Andrés Contero con el objetivo de suprimir el liderazgo negro en la región, capturándose a Alonso con su familia. Finalmente, consiguió la libertad de manera diplomática al entregarle a una de sus hijas como esposa a uno de soldados de la expedición, Gonzalo de Ávila.

El naufragio de Jhoan de Reina y María Becerra fue socorridos por Gonzalo de Ávila y Alonso Illescas los cuales aprovecharon su presencia para enviar una comunicación a las autoridades. En el documento, Ávila manifiesta: "... que su suegro y él estaban entretenidos en aquella manera de vida por el temor que tenían al castigo, debido a sus culpas y delitos y que si hubiera alguna persona, que movida con piadoso celo, alcanzasen perdón de los que gobernaban la tierra del Perú, en nombre de su majestad, reduciría a sus servicios aquellas Provincias y que el que tal perdón les llevase sería de ellos bastísima gratificados de su solicitud y trabajo." En la bahía de Atacames levantó una capilla y se reunió con Alonso Illescas, que llegó acompañado por Gonzalo de Ávila y un séquito de nativos. Le propuso celebrar los sacramentos - matrimonio, confesión y bautismo -, Illescas los aceptó pero para una etapa posterior, cuando se pueda contar como madrinas a mujeres españolas, quienes podrían enseñar a su gente a llevar una vida urbana.

Balboa le entrega el documento con las provisiones reales concedidas por las autoridades reales demandando el perdón del rey, que suponía el reconocimiento de su libertad, su nombramiento como cacique y gobernador, lo cual significaba que las diversas parcialidades controladas por jefes secundarios estaban a su mando. En respuesta Illescas prometió obediencia al rey, y someterse al proceso de reducción -interés fundamental de la Corona- que le preveía un nuevo lugar de asentamiento: la Bahía de San Mateo.

Durante la organización del traslado se produjo una sublevación india por el recelo de la presencia de los extranjeros. Frente al fracaso de la misión de Cabello Balboa, en 1585 se envió una nueva expedición militar, la del capitán Diego López de Zúñiga, quien luego de ser nombrado gobernador de Esmeraldas inició una campaña de quema de viviendas y cultivos, desconoció la autoridad de Illescas, y comenzó la búsqueda del río de oro del que hablaban los nativos. Illescas envía una nueva carta a las autoridades españolas donde indica que la pacificación era imposible por las "ansias y codicias tan desordenadas que han tenido por buscar oro y esmeraldas". Solicita la ampliación de los beneficios otorgados por la Corona en las provisiones reales: perdón general a toda la población a su mando y a todos sus descendientes, pide la supresión de la tributación para los negros y concluye indicando que si el Rey concede las demandas presentadas, como cacique principal de la región entregará la tierra pacificada. La nueva propuesta no fue aceptada, las autoridades del momento decidieron la reducción de Esmeraldas de manera beligerante.

En 1596, el nombramiento del nuevo oidor Juan del Barrio Sepúlveda cambia radicalmente la política de conquista de Esmeraldas. Las técnicas beligerantes pasan a un plan de diálogo y el fomento de la fe católica a través de la misiones mercedarias y el provecho de los conflictos interétnicos, especialmente con los cayapas, los cuales eran beligerantes con los negros. Así lograron la colaboración del cacique Luis Gualapiango del pueblo de Lita, a cambio su nombramiento como gobernador de los indios que poblaban la provincia de Lita.

Para 1598, el misionero Gaspar de Torres junto a indios cayapas, lachas, otubíes y otros de los confines de Lita llegaron a Quito para certificar su lealtad y colaboración en la reducción y pacificación de Esmeraldas. Al año siguiente, Francisco de Arobe, cacique rival, y dos de sus hijos, Pedro y Domingo, de la Bahía de San Mateo se ofrecen para colaborar en la pacificación de la región, según autos de la Secretaría de la Real Audiencia "Arobe, sus hijos y los indios que lo acompañaban dieron la paz y obediencia al Rey y dellos en su rreal nombre se tomó posesión y el asiento y capitulaciones y ansi quedaron y están puestos por vasallos suyos en su rreal Corona".

El 6 de julio de 1600 los hijos de Alonso de Illescas, Sebastián y Antonio, parientes e indios de sus parcialidades partieron rumbo a Quito con la intención de asegurar vínculos con las autoridades mediante el parentesco o compadrazgo a fin de garantizar la vigencia de las negociaciones y permanencia del cacicazgo negro constituido al margen del poder colonial. Las autoridades daban respuesta a las peticiones del líder negro en 1585 y se elaboró un documento denominado "Asiento, posesión y juramento de fidelidad", especificando las actividades que debía cumplir la población negra: socorrer a los náufragos que lleguen a la costa, fundar pueblos bajo el mando de Illescas y con el amparo de la doctrina cristiana; colaboración en las obras del nuevo camino: atención de tambos, navegación por los ríos, vigías en los puertos y establecimiento de una villa de españoles en algún puerto de la costa del Pacífico. El oidor Juan del Barrio Sepúlveda apadrinó a Sebastián quien adoptó el nombre de Alonso Sebastián de Illescas, y el fiscal de la Audiencia, don Blas Torres Altamirano, a Antonio quien desde entonces se denominó Baltasar Antonio de Illescas. La intención de los Illescas era asegurar vínculos con las autoridades mediante el parentesco o compadrazgo a fin de garantizar la vigencia de las negociaciones y permanencia del cacicazgo negro constituido al margen del poder colonial.

Reconocimiento como héroe nacional[editar]

Alonso de Illescas es considerado el máximo adalid de la libertad afroecuatoriana, el 2 de octubre de 1977 el Gobierno de la República del Ecuador lo reconoció como héroe nacional.

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