Korruption und Gewalt in Lateinamerika und Ecuador. Geschichten, Öko-Tracker,
JULI 2023
Wir besuchten mit meiner Tochter, die aus Dänemark kam, und ihrem Mann, der Däne ist, aber koreanischer Herkunft, die Kirche von Sangolquí, und in diesem Moment diente der Park vor der Kirche als Bühne für einen Werbespot für ein Medikament, der mit teurer Ausrüstung und vielen Mitarbeitern gefilmt wurde, dann erinnerte ich mich daran, dass das ecuadorianische Fernsehen mit Werbung für chemische und natürliche Medikamente überschwemmt wird.
Dann erinnerte ich mich daran, dass das ecuadorianische Fernsehen mit Werbung für chemische und natürliche Medikamente überflutet wird, aber auch für Fahrzeuge mit Verbrennungsmotor, die in den nächsten 10 Jahren nicht mehr in Europa oder Nordamerika hergestellt werden, um die globale Erwärmung durch CO2-Emissionen zu verlangsamen, aber in Quito wie in Sangolquí und entlang der Rumiñahi-Autobahn zum Valle de los Chillos war die Überlastung durch Autos unerträglich. Als ich das in Quito und Sangolquí sah, schien es mir unmöglich, dass noch einmal in der Geschichte dieses Landes die Straßen frei von Autos sein könnten oder die Luft wieder sauber sein könnte. Mir ist bewusst, dass der ausländische Tourismus in Quito wegen der Umweltverschmutzung fast verschwunden ist.
In der Kirche erklärte meine Tochter, die Kultur- und Geschichtstourismus studiert hat, die architektonischen Details und Skulpturen im Inneren der Kirche, die uns daran erinnerten, dass Quito einst die Hauptstadt der größten königlichen Audienz in Südamerika war, die auf dem Pazifik von Puerto de Buenaventura in Kolumbien nach Piura führte, dem Ort, an dem die Truppen von Francisco Pizarro landeten, um die Inkas zu erobern, und dem Lauf des Amazonas folgend in Belem endete, das heute zu Brasilien gehört. Von hier aus setzten die Jesuiten die Kolonisierung des Amazonas fort, und Guayaquil wurde zum wichtigsten Hafen des spanischen Reiches auf der pazifischen Seite Südamerikas, von dem aus Schiffe versorgt wurden, die das Silber von Potosi in Bolivien zu den Philippinen und nach China oder Gold und Zucker über Panama nach Europa transportierten. In Quito entstand die Quito-Schule indigener Maler und Bildhauer, die in der religiösen Kunst Südamerikas sehr berühmt ist; einige ihrer Skulpturen befinden sich auf den Altären dieser Kirche.
Als wir die Kirche verließen, gingen wir zur Eisdiele Victoria, die es schon seit meiner Kindheit gibt. Ich bin jetzt 67 Jahre alt, und mein Vater ging mit uns Eis essen, bevor er die beiden Kinos besuchte, die es früher dort gab, die aber heute verschwunden sind.
Schließlich gingen wir über den Markt zum Busbahnhof, weil wir nicht noch einmal von einem Taxifahrer, einem Ex-Militär, überrascht werden wollten, den wir angeheuert hatten, damit er uns zusammen mit einem anderen Taxi nach Sangolqui bringt, aber am Ausgang sagte das zweite Taxi, dass es auf der "pico y placa" sei und uns deshalb nicht mitnehmen könne, Der schurkische Taxifahrer setzte uns in sein Taxi für 4 bis 6 Fahrgäste und berechnete uns dann dasselbe wie die beiden Taxis, was mich daran erinnerte, dass die Menschen in Quito, die als Chullas Quiteños bekannt sind, Lügner, Überrumpler, Oportuinistas, Schurken und sogar Heuchler sind.
Im Bus von Sangolquí bestand die größte Angst darin, dass die Banditen, die die Busse ausrauben, seit Lenín Moreno und Gillermo Lasso Präsidenten wurden, einsteigen würden, denn in dieser Zeit der Pandemie und der Postpandemie waren Raubüberfälle auf Fahrgäste und Menschen auf der Straße an der Tagesordnung.
Wir kamen sicher in El Trébol an, einem Ort, an dem sich die Vía Oriental und die nach La Marín kreuzten. Wir stiegen an diesem Ort aus, weil ich wusste, dass La Marín, wo sich die Endstation dieser interkantonalen Busse befindet, wegen der venezolanischen Banditen, die zum Cartel de Aragua, einer Mafia, gehören und die diesen Ort seit der großen Migrationswelle der Venezolaner in Ecuador und ganz Südamerika übernommen haben, gefährlich war, vor der großen Invasion in die Vereinigten Staaten, ein Land, das sie heute vom Süden des Rio Grande aus belagern, wohin sie reisen, weil das reichste Land des Kontinents aufgrund der Blockade und der Wirtschaftssanktionen der Vereinigten Staaten gegen Venezuela und die Regierung von Nicolas Maduro aufgehört hat, ein solches zu sein, und die schlimmste politische, wirtschaftliche und humanitäre Katastrophe des Kontinents erlebt, mit fast 8 Millionen Exilanten.
Schließlich kamen wir mit meiner Frau und meiner Enkelin zu Hause an, aber ich ging sofort zu dem Ort, an dem ich meine Tochter und ihren Mann untergebracht hatte, um mich zu vergewissern, dass sie nicht in Gefahr waren.
Nachdem ich mich mit meiner Tochter über den Machismo in Lateinamerika und den Rassismus in Europa unterhalten hatte, ging ich nachts durch La Mariscal zurück, das zu einem gefährlichen Viertel in Quito geworden war.
EN ESPAÑOL
Fuimos con mi hija que vino de Dinamarca y su esposo que es danés, pero de origen coreano, a visitar la iglesia de Sangolquí, en ese mento, el parque frente a la iglesia servía de escenario para una publicidad de un fármaco, que se estaba filmando con costosos equipos y muchos
colaboradores, entonces recordé que la televisión ecuatoriana esta inundada de publicidad de medicinas químicas y naturales, pero además de vehículos de combustión, que en los próximos 10 años ya no se van a producir en Europa, ni en Noreteamérica, para así frenar el calentamiento global por las emisiones de CO2, pero en Quito como en Sangolquí, y a lo largo de la autopista Rumiñahi, al Valle de los Chillos, la congestión por los automotores era insportable. Al ver eso en Quito y Sangolquí, me parecía imposible, que nuevamente en la historia de este país, las calles y carreteras puedan volver a estar sin autos, o el aire pueda volver a ser puro. Estoy consciente que por la contaminación ambiental, el turismo extranjero a Quito casi ha desaparecido.
colaboradores, entonces recordé que la televisión ecuatoriana esta inundada de publicidad de medicinas químicas y naturales, pero además de vehículos de combustión, que en los próximos 10 años ya no se van a producir en Europa, ni en Noreteamérica, para así frenar el calentamiento global por las emisiones de CO2, pero en Quito como en Sangolquí, y a lo largo de la autopista Rumiñahi, al Valle de los Chillos, la congestión por los automotores era insportable. Al ver eso en Quito y Sangolquí, me parecía imposible, que nuevamente en la historia de este país, las calles y carreteras puedan volver a estar sin autos, o el aire pueda volver a ser puro. Estoy consciente que por la contaminación ambiental, el turismo extranjero a Quito casi ha desaparecido.
En el interior de la Iglesia mi hija, que estudió turismo histórico cultural, nos explicaba los detalles arquitectónicos y las esculturas en el interior de la iglesia, lo que nos hizo recordar que un día Quito fue la capital de la más grande Real Audiencia de Sudamérica, que empezaba en el Pacífico desde Puerto de Buenaventura en Colombia hasta Piura, el lugar en que desembarcaron las tropas de Francisco Pizarro para conquistar a los Incas, y siguiendo el curso del Rio Amazonas teminaba en Belem, que hoy es parte de Brasil. Desde aquí, los Jesuitas llevaron adeñante la colonización de la Amazonía, Guayaquil se convirtió en el puerto más importante del Imperio español en el Pacífico de Sudamerica, que proveía de embarcaciones, y lo que necesitaban los barcos que llevaban la plata del Potosí en Boliva hasta las Filipinas y China, o el oro y la azúcar, por Panamá a Europa. En Quito emergió la Escuela Quiteña de los indígenas pintores y escultores, mas famosos en el arte religioso de Sudamérica, algunas de sus esculturas estaban en los altares de esta iglesia.
Al salir de la iglesia fuimos a la Heladería Victoria, que existe desde que yo era niño, ahora tengo 67 años, y mi padre nos llevaba a tomar helados antes de ir a los dos cines que había, pero que han desaparecido.
Finalmente pasamos por el mercado para ir a la estación de buses pues no queríamos volver a ser sorprendidos por un taxista, ex militar, al que contratamos para que él y otro taxi nos llevara a Sangolqui, pero en la salida el segundo taxi dijo que le tocaba pico y placa, por lo que no podía llevarnos, el picaro taxista, nos acomodó en su taxi para 4 pasjeros a 6 y luego nos cobró lo mismo que los dos taxis, eso me hizo recordar que la gente de Qiuito, a los que se les conoce como Chullas Quiteños, somos mentirosos, sorprendedores, oportuinistas, pícaros, incluso hipócritas.
En el bus desde Sangolquí el principal temor era que se suban los bandidos que están asaltando los buses, desde que Lenín Moreno y Gillermo Lasso son presidentes, pues en este tiempo de la pandemia y la pos pandemia, el robo a pasajeros y perosonas de las calles era lo más común.
Llegamos sin novedad a El Trébol, un lugar donde se cruzan la Vía Oriental y la que lleva la Marín, nos bajamos en este lugar porque yo sabía que La Marín, donde está la terminal de estos buses intercantonales, era peligroso, por los bandidos venezolanos, que pertenecen la Cartel de Aragua, una mafia, que se han tomado ese lugar, desde que la gran ola migratoria de venezolanos invadió Ecuador y toda Sudamerica, antes de la gran invasión a Estados Unidos, país al que hoy asedian desde el sur del Rio Grande, a donde viajan, porque debrido al bloqueo y sanciones económicas de Estados Unidos a Venezuela y al gobierno de Nicolás Maduro, el país más rico del continente dejó de serlo, y vive la peor catástrofe politica, económica y humanitaria del continente, con casi 8 millones de exiliados.
En el Trebol tomamos un taxi, pero mi hija y su esposo tomaron un bus, la momento de tomar el taxi se nos acercaba un policía, que según el taxista lo quería multar, porque no podía recoger pasajeros ni pararse en ese lugar, el policía tenía su pistola en el cinto, pues desde hace un mes ellos pueden usar la pistola para detener a cualquier personas que ellos crean está violandio la ley, o le consideren un peligro, el propio presidente Lasso les ha ofrecido la ayuda legal, para que si matan no sean juzgados, pues hasta antes de esta ola de violencia, los policías no podían usar sus armas ni para defenderse, sin que eso implique un juicio.
Finalmente con mi esposa y mi nieta llegamos a casa, pero de inmediato me fui a donde había alojado a mi hija y su esposo para verificar que estaban fuera de peligro.
Luego de discutir con mi hija sobre el machismo en America Latina y el racismo en Europa, regresé caminando en la noche por La Mariscal que se había convertido en un barrio peligroso de Quito.