El éxito económico de Chile y de los Chicago Boys en el gobierno de Pinochet en Chile, alentó a los candidatos neoliberales en la región.
El gobierno neoliberal de Sixto Durán, tuvo un arranque de potro y luego una parada de burro, las impopulares medidas económicas, llevaron a la destitución y fuga de su vicepresidente, Alberto Dahik,
pero además enfrentó una guerra con el Perú, y una sequía que aceleró la inflación, el dólar empezó a ser incontrolablemente más caro y la economía se descalabró.
pero además enfrentó una guerra con el Perú, y una sequía que aceleró la inflación, el dólar empezó a ser incontrolablemente más caro y la economía se descalabró.
En Guayaquil, tras terribles gobiernos municipales de los hermanos Bucaram, cuñados del ex presidente Jaime Roldós, el Partido Social Cristiano empezó lo que serían 30 años, como dueños de ese municipio, con la administración del ex presidente León Febres Cordero.
Después de pasar algunos días con nuestras hijas en Esmeraldas, y conseguir que la empresa editoras de libros, que arrendó nuestro departamento en el Edificio Cádiz en Quito, nos lo devolviera, regresamos a Quito. En Quito, comenzamos a organizar nuestra vida en el departamento 601, para lo cual mi padre nos regaló unos muebles, que meses más tarde vino mi hermano y mi cuñado y se los llevaron, luego de sorprendernos, sin ellos la sala se veía desolada, a Verónica le hirió mucho esto, pero trajimos de Esmeraldas unos muebles de mangle que había comprado cuando trabajaba en Atacames, luego Verónica, diseñó y construyó sus propios muebles de sala que los tenemos y usamos hasta ahora.
En mayo votamos en las nuevas elecciones que ganó Sixto Durán Ballén, quien meses más tarde asumió el poder.
La quinta de mi padre en Conocoto se la prestaron a mi hermano Santiago, que habían recibido dinero por parte de mi padre, junto con mi hermana y mi cuñado para repararla, luego de años de abandono y malos arrendatarios, que la destruyeron. El deterioro vino con la expulsión de mi abuelita de aquella propiedad, por parte de mi madre, tras el primer infarto de mi padre, que lo enloqueció momentáneamente, esto fue aprovechado, por mi madre para librarse de su suegra, que la envió a Cuenca donde el Tío Gabriel, el otro hijo de mi abuela, y de donde la traje, en 1974.
En esa quinta vivimos la familia Moreno Hidalgo desde 1960 hasta 1968, en que volvimos a vivir en la Av. Amazonas y Roca en Quito.
Desde 1968 hasta 1981, en la quinta, continúo viviendo mi abuela, a la que llamábamos Mamelita, con centenares de gallinas, cerdos, ovejas, una burra, tres caballos, hasta 5 perros y gatos. Además había una casa con una cocina de leña con cuyes en ella, una casa para Mariana (empleada de la quinta), su esposo Luis, y sus hijos que cuidaban a la abuela, a los animales, a los cultivos, un garaje donde mi padre guardaba su mercedes 180 negro, con dos cuartos encima, donde se guardaban las semillas, tres gallinas, patos, pavos, una huerta en la parte anterior y dos hectáreas para cultivos de maíz, frejol, habas papas, hortalizas, árboles de tomate de árbol, o tomate riñón, de papayas, árboles de sauce, guabas, guantug o guanto, plantas medicinales.
También había una piscina, un pozo de agua con su tanque elevado, una casa de gran tamaño, que era la casa principal de la quinta, con 2 pisos, terraza cubierta de vidrio a la entrada, sala y comedor muy grandes, una sala con terraza y baño en el segundo piso aparte del baño del primer piso, una habitación con un cuarto adjunto que se usaba como armario, que fué remodelada para hacer un amplio baño.
En la planta baja tres habitaciones, una era para Mamelita y las otras para los 6 hermanos, y una despensa o bodega. En el cuarto de los varones mi madre tenía una gran biblioteca con libros muy viejos de su padre.
Desde que tuve uso de razón hasta los 20 años, yo era el hijo que más iba a la quinta, no faltaba los fines de semana, ni en las vacaciones, acompañaba a la abuela, que me amaba como a nadie, subía al pueblo con los huevos que ponían las gallinas de mi abuela, en una canasta, caminando tres kilómetros, para venderlos y traer compras. Además mis compañeros de la universidad, Carlos e Iván, nos reuníamos para estudiar, montar a caballo, nadar y jugar, cuando estábamos en el segundo año de medicina.
En el estadio de la Moya, y en la quinta también teníamos los caballos de carreras que corrían en el hipódromo, que mi padre construyó con otros socios en la Academia Militar del Valle, y que más tarde se trasladó a la Carolina en Quito, (hoy parque de la Carolina), gracias a esos caballos me volví un experto jinete y cuidador de caballos de carreras.
Me gustaba pasear por los chaquiñanes o viejos caminos de los indígenas, que abundaban en esos campos salía con los perros de la abuelita, me iba a nadar en las piscinas de aguas termales como el Tingo o San Antonio, lo que me hizo buen nadador. Me imaginaba que escribía y tomaba fotos de los animales, plantas medicinales, flores silvestres, arroyos ríos cascadas, montañas o bosques que allí habían.
Al regresar de Rusia, aquella quinta se había convertido en la casa de soltero de mi hermano Santiago, allí vivía, pero sobre todo hacía fiestas, o citas con sus novias, era su apartamento de soltero, el anzuelo junto con los carros que disponía, para seducir a las muchachas, hasta que él se convirtió en presa de caza fortunas, en hombre codiciado por "sus bienes", ya que no podía serlo por su figura o don de gentes.
En una de esas fiestas, Santiago me gritó delante de mi esposa Verónica, lo que me sorprendió, pero a Verónica le irritó. Aún no tenía idea de que él, mi madre, y mis hermanas me aborrecían, porque regresé a Mamelita, nuestra abuela, a la hacienda "Imperio" en el pueblo del Atenas de la parroquia Tandapi, luego de que volví de Rusia, y la saque de un asilo de ancianos, donde la habían recluido para poder apropiarse de aquella hacienda, pues mi padre ya no podía ir allá todos los fines de semana, y peor luego, cuando tenía sesiones cada tres días de hemodiálisis.
También les molestaba que ocupara los departamentos en el Edificio Cadiz, que mi madre sabía que me pertenecían desde 1980, pero decía a sus hijos que eran de toda la familia.
Finalmente Santiago expulsó a nuestro padre de la quinta de manera pública y notoria gritándole en medio de una fiesta, porque mi padre le reclamó en privado a nuestra hermana mayor, el haber ido con su nuevo amante, que era un alemán casado, gerente de Siemens, la empresa que construía y equipaba los hospitales en el gobierno de Sixto Durán, empresa en la que también trabajaba el esposo de mi hermana Reneé, que tenían poco tiempo de casados,.
Pilar, mi hermana recién llegada de los Estados Unidos, le contestó al reclamo de mi padre en esa fiesta por haber hecho lo mismo, tener una amante de Alemania, pero él había hecho algo peor, había embarazado a esa extranjera dos veces, estando casado con nuestra madre y había reconocido a esos hijos, por supuesto le ocultó que ella también estaba embarazada de aquel alemán.
Este desaire a nuestro padre, hizo que el decidiera no dejar como herencia a nadie, la Quinta de Conocoto. Santiago pretendió apropiarse ella, permaneciendo en ese lugar y usando trampas legales, hasta que en el 2012, cinco años luego de la muerte de mi padre, perdió en tercera instancia el juicio de posesión efectiva, por lo que con el dinero de una mansión en Quito en la Av. 6 de Diciembre y Carrión, que mi madre vendió, compró una nueva propiedad a su nombre, donde fue la hacienda de la familia Hidalgo-Monreal, familia de mi madre, en el cantón Rumiñahui, próxima a la laguna de Santa Rosa, en la cordillera occidental de los Andes. Hoy la quinta aún está ilegalmente en poder de Santiago.
En Octubre mis hijas entraron a estudiar en el colegio San Francisco de Sales. Yo abrí una oficina en la avenida Colón para llevar estudiantes que quisieran estudiar en Volgogrado-Rusia. Mi amigo Jorge, que era gerente de el diario La Hora de Quito, me cedió un crédito para poner publicidad en ese diario. Un inquilino de mi padre me dió artesanías para venderlas en Rusia.
En el segundo viaje a Rusia, también me acompañó un ex compañero de la universidad Iván, experto vendedor, que había trabajado de visitador a médico y sus sobrinos, que irían a estudiar en el Instituto Pedagógico de Volgogrado.
Iván, además tenía una prima y su marido, que trabajaban con Peñafiel, entonces dueño del Banco de Préstamos, el nuevo banco más exitoso de Ecuador, con oficina en Moscú, propiedad de un millonario que tenía una empresa exportadora de petróleo ruso a países escandinavos, construía el oleoducto de Jabarovsk a Vladivostok de 800 km, importaba banano ecuatoriano, y tenía cámaras de madurar banano en San Petersburgo.
Peñafiel, era un jóven, nuevo Midas, ecuatoriano, que mejor aprovechaba la llegada del capitalismo neoliberal salvaje a Rusia, que dió origen a la mafia y los oligarcas rusos, que hoy influyen en el gobierno ese país.
Antes de salir, en agosto de 1992, Ivan y yo nos encontramos con un joven ruso que reconocí por su caminar y su forma de hablar, estaba cerca de la Embajada de Rusia en Ecuador, no lejos de la oficina de mi padre. Este joven nos dio su dirección en Moscú para que lo visitamos. Cuando llegamos a Rusia, supimos que lo habían asesinado en un tiroteo entre mafiosos una avenida de Moscú, que era parte de la Mafia Rusa.
A la Mafia Rusa la vi surgir en Volgogrado cuando estaba estudiando, era una enorme banda de extorsionadores que exigían dinero a las prostitutas y a todos los negocios, incluso a los que compraban o vendían algo, a los extranjeros que cambiaban dólares o monedas extranjeras. Unos eran de Armenia, otros de Azerbaiyán, de Georgia a los que les llamaban sureños, pero los más temibles eran los Chechenos, que no tenían ningún escrúpulo.
La Mafia Rusa aún no era la poderosa mafia de Moscú, que la comenzaron a formar los policías, militares, y agentes de la KGB, que regresaron de Alemania Oriental, patrocinados por el alcalde de Moscú, que creó para ellos el llamado Barrio del Sol, y los contrató para extorsionar a cambio de protección a los vendedores de las entradas al Metro de Moscú, entonces uno de los más grandes del mundo, y para librar a la ciudad de las mafias sureñas y chechenas.