Por qué nos dolió tanto la derrota de Ecuador ante Senegal
De antemano sabíamos que enfrentarse a potencias futbolísticas como Argentina y Brasil de Sudamérica, era un trance difícil, pero les hemos ganado en la Copa Libertadores y Sudamericana, que enfrentarse a Canadá, México o Estados Unidos, era aparentemente lo menos complicado, porque en México es mas importante el boxeo, la lucha libre, en Estados Unidos el basket, el beisbol, el futbol americano, y el atletismo, en Canadá los deportes de invierno, el hokey sobre hielo, en los países de Asia, el futbol aun no es tan apasionado como en Sudamérica, son mejores en artes marciales o gimnasia, España, Francia, Inglaterra y Holanda son mucho más complicados, porque allá juegan algunos de los nuestros, hay una pasión demente, y sobre todo, hay millones de millones de dólares en juego. En Europa los futbolistas se cuentan entre los millonarios, pero no sabíamos lo que realmente significaba el futbol para los países africanos. Sabíamos que ellos eran los reyes de las carreras de larga distancia, pero que el futbol para ellos fuera una guerra contra el racismo, contra su vieja historia de esclavos, de humanos sin alma, como les crían los europeos, es otra cosa.
En el encuentro de Ecuador con Senegal fue un encuentro entre los negros de Africa y negros del Pacífico de Sudamérica, los mas lejanos de su continente original. En Senegal un país de negros sumergidos en una pobreza crónica, pero al mismo tiempo de una contextura física extraordinaria, no nacida de comer bien y de practicar un deporte, sino por el contrario de practicar un deporte mal comidos, sin la seguridad de las tres comidas diarias para ellos y peor para sus familiares, amigos o vecinos, gente negra de un lugar donde la comida diaria es una cacería, una oportunidad que no hay como dejarla pasar, porque al día siguiente es posible que no haya, como es posible que no haya un trabajo. Esos futbolistas de Senegal no son sólo jugadores en equipo, sino que cada uno es un cazador, dotado de una vitalidad genéticamente heredada, capaz de sobrevivir a cualquier holocausto.
Los negros del Pacífico Sudamericano de Ecuador, descendientes de los Mandingo y congoleses, escaparon o sobrevivieron a la esclavitud en América, que fue la peor condición humana que se dio en la historia. Estos negros en Ecuador fueron los rebeldes indomables por 500 años, a los que los españoles no pudieron someter en Esmeraldas, a pesar de decenas de guerras y sobrevivientes de las horribles plantaciones de caña de azúcar en el Nuevo Continente, donde sobrevivir en las haciendas y plantaciones era un milagro de todos los días.
La pelea entre los campeones de Africa, los negros de Senegal contra los más rebeldes negros de América, los negros de Ecuador, fue un partido de titanes, dominaron los negros rebeldes del Pacífico, que debieron incluso ganar, pero los africanos son una cultura de cazadores, de humanos que no desperdician una oportunidad. Ganaron los cazadores, y fue sólo porque la fortuna o casualidad estuvo de su lado, no porque sean mejores, les salvó la campana, que el partido fue solo en 96 minutos, con mas tiempo hubiesen ganado los negros del Pacífico que eran mas diestros y resistentes, ellos los africanos más fuertes, veloces, atrevidos.
El mundial de Qatar es la primera guerra sin muertos después de la pandemia, una forma no violenta que están encontrado los países, razas, religiones, de vivir la autoestima, de darse a conocer de hacerse respetar, de admirar, comprender y entender al adversario, al rival, al otro humano. Este mundial como otros, nos enseña que ser un futbolista es tan bueno y rentable como ser un ingeniero, un médico, un científico, artista, una gran profesión, al alcance de los más pobres del planeta.
Pero nos dolió tanto porque nuestros negros de Esmeraldas están viviendo uno de los peores momentos de su historia, debido a la Guerra al Narcotráfico, que a diario mata a sus familiares o amigos. Estos futbolistas son el ejemplo para otros afro-ecuatorianos, nos enseñan que es posible la grandeza, incluso ser millonario sin ser sicario, narcotraficante, extorsionador, mafioso, guerrillero, policía, militar, ladrón o político corrupto.