La llegada de Osvaldo Hurtado al poder fue el retorno de la influencia de la Iglesia Católica, que desde la Revolución Liberal de 1895, liderada por Eloy Alfaro había vivido una disputa por el poder y que con la Alianza Para el Progreso, que propagaba la religión evangélica en los campos de la Sierra y la Amazonía, la Teología de la Liberación o Iglesia Marxista, se propagaba en los campo de la Costa, como en Esmeraldas, mediante la OCAME, organización Campesina Muisne Esmeraldas, en la Sierra mediante Monseñor Proaño con sus radios populares y en la Amazonía, mediante monseñor La Vaca, asesinado por los indígenas Huaorani , los curas Camelitas y domicos de Sucumbios, que protegían a las nacionalidades indígenas no contactadas o Taromenani de Orellana, los Josefinos de Tena y Pastaza. los Salesianos de Morona Santiago, las enormes y casi despobladas provincias amazónicas, que enfrentaban a los evangélicos de HCJB, y del Instituto Lingüístico de Verano.
En Quito, la Universidad Católica, había dado refugio a jesuitas argentinos, que escapaban de las sangrientas dictaduras argentinas como la Vileda, en los tiempos en que el actual Papa Francisco trabajaba en los barrios pobres de Buenos Aires, en el terror del Plan Cóndor, con el secuestro y desaparición de miles de jóvenes y niños.
Oswaldo Hurtado un abogado y profesor de la Universidad Católica, llegó al poder de la mano de la Democracia Cristiana Alemana, que financió su candidatura y a la Universidad Católica, como bastión para evitar la propagación de la Teología de la Liberación, de la que el Papa Juan Pablo II, de origen polaco y anticomunista, era un enemigo.
Con la llegada de Osvaldo Hurtado al poder, la Universidad Católica, que para entonces era la universidad de los ricos, pues con el libre ingreso a las universidades estatales, la chuzma velasquista, los indígenas, negros y mestizos pobres, las mujeres de menos recursos económicos, podía estudiar carreras universitarias, por lo que dejó de ser lo que eran las universidades hasta antes de Velasco Ibarra, el sitio de reunión de los ricos, y buenas familias por su apellido, en que los jóvenes de la clase alta, encontraban novios, amigos, socios, y el partido político que los proyecte, que era el papel de la Universidad Central de Quito, la Estatal de Guayaquil o la del Azuay de Cuenca.
Ahora ese papel lo asumían las universidades privadas. Las primeras fueron las universidades católicas, que se convirtieron en las protectoras de la moral, la fe y las familias.
La universidades Católica de Quito y Guayaquil se convirtieron en la cuna de la Democracia Popular, que colocó en la presidencia a Hurtado, Mahuad, y Noboa.
En los últimos meses de mi medicina rural en el Cabo San Francisco, me fue a visitar mi hermano mayor, el que había sido una víctima del militarismo en los años 70, llevaba una pistola, que mi madre le había dado para que mate a la amante de mi padre, una alemana con la que llegó a tener dos hijos, que se disputaba con mi madre el dinero, de mi padre, y con nosotros su cariño, pues ahora tambien tenían dos nuevos hijos.
Mi padre. a más de sus casas y apartamentos en Quito, compró una hacienda de 1000 hectáreas, a la que llamó Imperio, en Tandapi, una parroquia en la vía Quito Santo Domingo, a 40 minutos de la capital, donde tenían bosque nublado, aves, árboles maderables y medicinales como la sangre de drago o la quinina, y plantas medicinales como la guaviduca o la pedorrera. Alla lleve a mi abuela, a la que mi madre había expulsado de la quinta de Conocoto, con ella comencé a producir plantas medicinales enfundadas, luego de que termine la rural.
Además descubrí que mi hermano tenía diablillos de fósforo blanco, usado en las fiestas para hacer fuegos artificiales, pero que era usado por los suicidas. En mi última visita a Quito, antes de terminar mi rural en el Cabo, le comuniqué a mi madre el problema de mi hermano, le pedí que no lo obligara a ser un asesino y que lo pusiera bajo tratamiento psiquiátrico, con uno de mi profesores de psiquiatría, como lo hizo. El problema fue que el litio que usaba para controlar la manía-depresión, le producían impotencia, por eso lo dejaba, repitiendo los cuadros maníacos depresivos, que se complicaron cuando se dedicó al fisicoculturismo, para dejar de ser flaco, llegando a ser muy grande y musculoso, porque usaba anabólicos, más hormonas masculinas, que complican el cuadro de manía depresión, esto finalmente condujo a su muerte.
La noticia de su muerte la recibí en el Cabo, luego que una horrible y gigantesca mariposa negra nos despertó en medio de la noche, al día siguiente. La noticia nos hizo salir en una lancha a las 3 de la tarde, junto con otras 6 personas. Verónica estaba en el séptimo mes de embarazo. Al salir en la embarcación, donde era la única mujer, el motor se atascó en un banco de arena. El viaje fue una Odisea, en que casi pierdo a mi mujer y mi primera hija, Antonella.