El Plan Cóndor, la brutal llegada del neoliberalismo en América del Sur. Salud, política y vida en la Mitad del Mundo. Capitulo 11









El neoliberalismo en Ecuador  fue sobre todo la reducción del tamaño del estado, esto es menos profesores, menos médicos,  menos empleados públicos, menos obra publicano, no fue la privatización de todo, como en Chile, que se privatizó hasta el agua.  La razón era que el agua, estaba manejada por las primeras organizaciones indígenas y comunitarias llamadas las juntas de agua potable, y estas eran poderosas, porque tenían gran capacidad de movilización, además eran la principal fuente de ingresos de los municipios y juntas parroquiales, que para ese momento no eran parte del presupuesto general del estado, sino que se autofinanciaban mediante el pago de impuestos prediales, los permisos  de construcción, permisos de funcionamiento, y en algunos casos como del municipio de Quito, con la generación y venta de energía eléctrica.El estado era el principal educador mediante escuelas, colegios y universidades gratuitos,  pero el gobierno de León Febres Cordero, que ofreció PAN TECHO Y EMPLEO, no creó mas escuelas colegios o universidades estatales, ni hospitales o subcentros de salud,  ni carreteras,  redujo la inversión estatal,  alentó la creación de colegios, escuelas y universidades privadas con la Iglesia Católica tradicional a la cabeza, hacía préstamos a empresarios privados, para ampliar sus inversiones o negocios, les reducía impuestos, mantenía los bajos salarios, favorecía la salida de divisas,  la promoción de inversión privada,  a los narcos lavadores de dinero, que con Pablo Escobar y el Cartel de Medellín muy cerca lavaba su dolares en Ecuador  y especuladores financieros,  que se convirtieron en los principales terratenientes, inversionistas y hasta en banqueros poderosos como los Isaías.  Apoyó a los bananeros, a los terratenientes y sobre todo a los camaroneros,  mucho de ellos militares o ex-militares, , que invadieron los manglares, que eran areas protegidas, y  que convirtieron al Ecuador en el mayor exportador de camarones del mundo.
Era una  realidad diferente a Chile, donde el estado no era el gran inversionista como en Chile, que tenía una gran infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria, una gran cantidad de trabajadores afiliados al seguro social, esto es empleados privados y públicos, o tenía personas y empresas muy ricas, como las empresas mineras, plantaciones de frutas,  pesqueras, o  empresas del extranjero interesadas en manejar los servicios públicos, como ITT,  la empresa norteamericana de telefonía,  que fue parte del golpe de estado contra Allende.
En Ecuador, el presupuesto general del Estado dependía del petróleo estatal, que fue nacionalizado por la dictadura militar de Rodríguez Lara,  las empresas privadas explotaban petróleo pagando al Ecuador con uno de cada 5 barriles que extraían.  la empresa estatal CEPE,  entregaba el total de su petróleo  e ingresos al gobierno de turno,  el oleoducto trans-ecuatoriano o el puerto petrolero, que era manejado por la marina, eran estatales,   y arrendaban sus servicios, lo que daba ingresos directos al gobierno.
Ante esta realidad León Febres Cordero concentró su actividad en la persecución a los izquierdistas, que para ese momento eran los curas de la Teología de la Liberación, los estudiantes, los obreros sindicalizados, y sobre todo los campesinos que luchaban por la tierra,  pues las dos reformas agrarias, en 1968 y 1974, los convirtieron en pequeños propietarios, ser pequeños propietarios de tierra era la obsesión de los campesinos y en la principal amenaza a los terratenientes, que eran los que llegaron al poder con Febres Cordero, entre ellos Milton Bucheli, el principal terrateniente de Muisne, y su eterno alcalde.
Febres Cordero consideraba una amenaza a los curas de la Teología de la Liberación, por lo que apresó a Monseñor Proaño, el obispo de Riobamba, y a los curas Graciano y Julián. A Julian lo deportó a Italia, y a Graciano, lo mantuvo vigilado en el Barrio Quito Sur, vigilado del Padre Carolo, que fue el párroco de los barrios  más ricos de la capital, La Mariscal, La Floresta  y la González Suárez, que concentraban el mayor número de colegios, escuelas y universidades privadas, cuando la educación  se habían convertido en la principal fuente de ingresos de la Iglesia Católica.
Yo había terminado mi medicina rural en el Cabo San Francisco, tenía una esposa y una hija, pero no tenía trabajo.  Verónica, mi esposa pudo volver a trabajar como secretaria en Balao, en Esmeraldas y se convirtió en el sostén de la familia, esto no se separó , yo seguía buscando trabajo o una beca en Quito.
El libre ingreso a las universidades estatales y su gratuidad, habían producido 10.000 médicos, para una población de 10 millones de habitantes, en que el 80 por ciento eran campesinos pobres, o moradores de barrios miseria, que no tenían capacidad de compra de servicios médicos privados o medicinas, o que fueron bruscamente empobrecidos por el Fenómeno del Niño, que incluso los obligó a migrar.
La mayoría de los que terminamos la universidad, nos vimos en la desocupación. Los que tenían familiares médicos, vínculos políticos, o familiares empleados públicos pudieron entrar a trabajar en hospitales del ministerio de Salud,  del Seguro Social,  o del seguro Social Campesino, los restantes, los casados como yo, o solteros en la desocupación con ayuda familiar, tuvieron que volver a ser estudiantes de posgrado dentro o fuera del país, los demás, taxistas, o emprendedores en actividades distintas a sus estudios. lo que hoy pasa con los estudiantes de posgrado en el país.
Además  vivía una crisis en mi familia,  que había sido provocada por el suicidio de mi hermano, el odio de mi madre a mi abuela y a mí, el leal aliado de mi abuela,  a mi padre.  por a su amante alemana y  sus dos nuevos hijos, pero mis padres, que vivian eternas peleas, no se divorciaban por razones económicas, había muchos bienes y dinero en juego, lo que convirtió a su casa en un infierno.
La salida de los curas de la Teología de la Liberación Graciano y Julián de Muisne y de la OCAME, más el asesinato o muerte accidental  de sus dirigentes  o su corrupción,  produjo un colapso de la organización, lo que me quitó la posibilidad de seguir trabajando en los campos, donde  me sentía feliz, en especial frente al mar. pues mi deporte favorito es la natación y las caminatas.
Eduardo Estrella, mi profesor de psicología, que ahora además era el director del recién creado Museo de la Medicina, en el viejo Hospital San Juan de Dios,  al cual  ayudé recogiendo información abundante información  sobre las plantas medicinales, alimentos nativos y plantas útiles en el Cantón Muisne,  en un momento en que los campesinos debían recurrir a alimentos olvidados y plantas medicinales por el cierre de la vías y del comercio, durante un año, en 1982,  en que fui médico rural,  información que le sirvió para hacer su nuevo libro, El Pan de América.  Mientras buscaba oportunidades en Quito, le ayudaba al Museo de Historia de la Medicina,  haciendo una colección de las plantas medicinales andinas y del bosque nublado, donde mi padre tenía una propiedad y vivía mi abuela, que era una curandera con plantas andinas, para un muestrario en el museo,.
El Dr. Eduardo Estrella  había publicado un libro llamado PROBLEMAS SOCIOECONÓMICOS DE LA MEDICINA, que me lo aprendí de memoria al igual que su libro Medicina Aborigen, además,   como  fui su ayudante de cátedra en Psicología Médica, en la Facultad de Medicina de la Universidad Central  me dio la posibilidad de trabajar como profesor de medicina social y la nueva escuela de Saneamiento Ambiental. 
La medicina rural durante del Fenómeno del Niño de 1982, me hizo comprender que la salud no era un problema fisico, psicológico y social solamente, como me enseñaron, era un problema  ecológico, un problema religioso, un problema militar,  desde el descubrimiento de América, que trajo pestes, nuevos alimentos, los metales, la pólvora, la navegación, el caballo, que cambiaron la forma de moverse también de las enfermedades,   que la salud era tambien un problema económico, un problema, racial,  pues los indígenas no tenían defensas inmunológicas, de género, o de edad,  pero sobre todo era un problema de comunicación, pues llegaron la escritura y nuevos idiomas,  que cambió la memoria, la forma hablar,  de aprender,  y de entender la realidad, que era filtrada, o mirada por la lente de  una nueva religión, la Religión Católica. 
 La salud se convirtió en un problema histórico, donde los seres humanos eran el centro,  un problema geográfico , donde el Planeta Tierra y el universo eran el centro, y problema biológico, donde la vida,  el agua, el aire la tierra que cambiaban de  una era a otra y  posiblemente de  un planeta a otro, mediante cometas inicialmente, o posibles viajeros espaciales, como los actuales seres humanos,  tambien era el centro, por lo cual comencé a investigar la historia y la geografía de la salud,  en las culturas aborígenes y rurales de las regiones naturales del  Ecuador, en el Museo de Historia de la Medicina y contarles eso a mis estudiantes en la Escuela de Saneamiento Ambiental. 
 La medicina rural y el Fenómeno del Niño,  me permitió comprender que la mayor riqueza del Ecuador era su diversidad cultura, es decir su seres humanos y su diversidad biológica o biodiversidad, es decir las formas de vida, la información genética que poseen, ahora que la genética es la que está revolucionando la medicina, la agricultura, la veterinaria, etc. que en los trópicos es abundante,  no sólo  su petróleo, o sus bananas,  como me decían.
Hoy que el cambio climático, la extinción, el consumismo, el crecimiento poblacional humano,  de sus necesidades y la guerra se han convertido en las principales amenazas a este planeta, la salud es otra cosa muy diferente a lo que había aprendido en la universidad

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